“Nos estamos jugando todo por una Constitución de justicia social”: Doris González, de vocera de Ukamau a candidata constituyente

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Doris González, ex vocera nacional del Movimiento de Pobladores y Pobladoras Ukamau y militante del Partido Comunes del Frente Amplio. Es trabajadora social y actualmente está realizando un Magister en Hábitat Residencial en la Universidad de Chile. Presidenta Fundación Feman y Directora Fundación Fernando Castillo Velasco.

Nacida y criada en la comuna de Estación Central. Reconocida por su lucha por el derecho a la vivienda junto a diferentes trabajadores y pobladores, y en donde dirigió la construcción del conjunto habitacional El Barrio Maestranza Ukamau, el más importante de las últimas décadas, ubicado en el límite Sur-Oriente de Estación Central.

Hoy es candidata para llegar a la Convención Constitucional por el distrito 8 con la Lista Apruebo Dignidad.

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Has dedicado gran parte de tu vida a la lucha por la vivienda ¿en lo personal qué fue lo que te motivó a dedicarte a esto?

Fueron varias cosas, pero lo primero fue a partir del diagnóstico que hicimos como “Ukamau”, donde dimos cuenta que una de las principales problemáticas que tenía nuestra población cercana era la falta de vivienda y era la necesidad de buscar una solución.

Seguido a eso, era haber vivido también esas condiciones de «albergamiento» durante muchos años. Mi madre igual transitó por mucho tiempo en un comité de vivienda, en la transición obtuvo la “vivienda”, pera era una caseta sanitaria que tenía solo baño y cocina, y no había nada más, el resto se tenía que construir o esperar a una segunda etapa que nunca llegó. También gente muy cercana que conocía estaba viviendo una precariedad muy grande.

Y lo tercero es que los conocimientos que fui adquiriendo mediante la academia y que estaban ligados a mi rol como trabajadora social, tenía que ponerlo a disposición de aquella organización que también me había entregado tanto a lo largo de mi vida.

El movimiento Ukamau cumplió 10 años, y la semana pasada lanzaron un libro que recoge su historia, ¿cuáles fueron los mayores aprendizajes que has tenido en este espacio de lucha y los principales problemas que te tocado pasar?

Es que sí podemos cambiar el país, Chile sí puede mejorarse desde su raíz y esa transformación va de la mano de las manifestaciones, de la ciudadanía. Hay un pueblo que se ha ido despertando con los años, a medida que van apareciendo las movilizaciones sociales, y que Ukamau fue parte de eso, de todo este proceso de crecimiento, donde se desencadena el 18 de octubre, donde dijimos nada más.

Este proceso 2021 tiene mucha esperanza y muchas expectativas, es por eso que todo este aprendizaje del trabajo colectivo de la organización de cómo hay q hacer las cosas de una forma distinta, de hacer política de una forma distinta. Todos estos aprendizajes tienen que estar ahí puestos, o esa convención va a ser igual que siempre.

Lo que más nos ha costado ha sido la despolitización de los sectores populares, cuando comenzamos a trabajar con las familias más vulnerables que buscan una solución de vivienda.

Principalmente la respuesta es “a mí no me interesa la política”, “mañana tengo que ir igual a trabajar”, “entonces quien gobierne o da lo mismo por quién votar”, entonces esas respuestas son lo que queremos erradicar porque la política no es ir a votar cada cuatro años. La política tiene q ser un espacio de transformación y subjetivación política sobre todo para las mujeres.

Son una de las cosas que más nos costó, pero también que nos ha dado más resultados porque el trabajo en las asambleas de politización a través de la discusión, de la reflexión y de la formación. Permitió que hoy esa gente que soñó por una casa y que vio el problema en individual, hoy ve la situación de manera colectiva.

¿Qué significa para ti la construcción del Barrio Maestranza en Estación Central? ¿es posible la réplica de este barrio en otras comunas?

En lo personal significó y mostró que “bien que lo hice”, que logré conducir o encabezar esta lucha para más de 400 familias, y no lo hice sola lo hicimos de manera colectiva. En un primer momento fuimos poquito, y esto fue creciendo de a poco con los años.

Por otro lado, logró participar a las familias y mostró una forma distinta de llevar adelante una política pública que en otros lados es tan permeable y se deja al mercado, la solución de vivienda.

Este barrio que fue 100% participativo, que fue muy deliberativo, que nos llevó a decidir dónde vivir y con qué condiciones. También que fue parte del proceso técnico con los arquitectos, que en definitiva diseñaron su propio proyecto a las familias, no solo el espacio íntimo, sino que los espacios públicos también.

En todos estos años de organización sufrimos, lloramos, reímos y también tuvimos grandes triunfos que no solo fue recibir las llaves de la vivienda, sino que otras cosas que fueron mostrando un camino que dice “nosotros si podemos».

Nosotras las mujeres también podemos encabezar una lucha, que históricamente han sido las mujeres que hemos engrosado, pero no siempre hemos sido la cara visible por la lucha de la vivienda y la ciudad.

Esto de marcar un hito en la política de vivienda también sirve para el resto, sirve para que otros y otras digan si se puede, es como un poquito lo que nosotros hicimos fue empujar la puerta, pero nosotros queremos que se abra de par en par, porque no queremos que el Barrio Maestranza sea un hito en la historia que nunca más se repita.

¿Cómo definirías tú el derecho a la vivienda y la democratización de la ciudad?

Primero, el derecho a la vivienda no significa que se tenga que ser propietario todo el mundo, sino que buscar mecanismo para que todos y todas puedan vivir dignamente. En eso pensamos del arriendo, la construcción, en viviendas desde el Estado, un abanico de oportunidades pero que piensen en el buen vivir y en la vida buena para los millones que vivimos en este país.

Y la democratización de la ciudad también tiene que ver con la participación que podemos ejercer en la planificación de las ciudades, en el desarrollo del hábitat como un espacio dinámico en el que el Estado debe colaborar con las comunidades. Pero el ejercicio práctico es que la ciudad debe llegar a los lugares donde aún no llegan, donde se construyó vivienda solo pensando en unidades habitacionales medidas serán en cuotas sin interés con requisitos que varían entre un pie de pago y cuotas fijas.

¿Cuáles son las principales problemáticas que ven dentro del Distrito 8 y qué propuestas tienes dentro de una Nueva Constitución?

Uno de los principales focos de conflicto que me ha tocado ver es el tema de la movilidad, vialidad, como el transporte es un problema para muchas vecinas y vecinos. Acá en Chile tenemos el transporte público que es uno de los más caros de América Latina y que no es muy bueno.

En ese sentido es importante pero también hay otros temas que tiene que ver con acceso a servicios. Hay espacios del Distrito 8 que todavía no tienen alcantarillados, en pleno siglo XII. Todavía hay comunidades que no tienen acceso al agua, y esos temas deben ser tocados y la Constitución debe hacer valer esos derechos.

Esas son las metas: tener derecho a alcantarillados, transporte público adecuado, buenos hospitales, colegios, oportunidad de desarrollo. No sirve pensar que la ciudad sea un huevo frito, que todo se centre en la yema en el centro y que la clara se siga expandiendo en el sartén y la gente siga viviendo en lugares de la ciudad donde tiene poco acceso a vivienda, colegios dignos, etc.

Aparte del derecho a la vivienda, ¿cuáles son los tres principales principios que vas a defender en la Convención Constitucional?

Tiene que ver con los bienes comunes, recursos naturales y particularmente el agua, que es una cuestión importante hoy que se discute no solo en el espacio político, sino en los barrios, la gente tiene una preocupación muy grande por lo que va a pasar.

Acá en Cerrillos tenemos una comunidad muy grande de un Data Center que va a ocupar las napas subterráneas para refrigerar sus equipos y eso pone en riesgo el futuro no solo de los vecinos de dicha comuna, sino de la región completa. No podemos seguir pensando en la ganancia por sobre la vida humana. La recuperación del agua es algo fundamental que quiero llegar a construir, que voy acompañada, no solo voy yo, sino las luchas que se han venido avecinando en nuestro país.

Hay que acabar con un sistema de precarización para nuestros adultos mayores. Porque las pensiones no les alcanzan, cuando un Estado le obliga a entregar nuestro dinero a las empresas. No basta con reformas, hay que modificarlo y pensar en un sistema que garantice pensiones para entregar dignidad a nuestras viejas y viejos.

Y, por otro lado, los temas de género que tiene que ver con las mujeres. Al final ganamos paridad en la Convención, pero no todos los partidos lo cumplieron porque quieren mantener el patrón patriarcal. Eso me va a costar llevar adelante, que las mujeres tengan el conocimiento necesario, que el trabajo doméstico sea reconocido, que las mujeres tengan espacio en las decisiones, que no solo se piense que en los 8 de marzo se tenga que manifestar.

En el debate constituyente, ¿cuáles crees que serán los mayores obstáculos que vas enfrentar si sales electa?

Primero, hay muchos personajes que son candidatos, que no les interesa modificar nada, al contrario, prefieren profundizar un modelo de libre mercado. Si ellos ganan, tendremos que confrontar ideas, además el tema de los ⅔ que es una cuestión que dejaron amarrado en el acuerdo del plebiscito, que la gente no participó. Entonces, yo creo que tiene que ver con lograr el quórum, porque el reglamento debería ser popular.

¿Desde la Convención Constitucional, es necesario generar un mecanismo vinculante para que la gente participe?

Yo creo que sí, tiene que haber un nivel de participación vinculante y en eso se tiene que ocupar diferentes estrategias, no puede ser que digan que no vamos a hacer transmisiones online de lo que pase a través del Palacio. Esa es la misma lógica que el congreso.

Más que eso, los convencionales tienen que salir a la calle, con todas las medidas sanitarias, para hacer consultas, votaciones, dar cuenta en los territorios de lo que se está discutiendo. Porque son las comunidades quienes nos mandaron esta responsabilidad.

¿Cómo te imaginas que se quedará redactada la participación?

Va a ser un proceso bien peleado, con muchas movilizaciones sociales ejerciendo la presión, todo lo que se ganó fue a través de las manifestaciones. Y no hay que tenerle miedo, al contrario, deben acompañar y guiar el camino.

Las garantías que tenemos que entregar son los derechos que hoy están siendo entregados al mercado que no generan expectativas de vida. Hay que cambiar la lógica de debatir a puertas cerradas, se debe realizar un Chile justo, con derechos y participativo. Espero que no sea una utopía, sino una realidad.

Un llamado a la ciudadanía que todavía no sabe por quién

Mucho tiempo nos mantuvimos alejados de la política, hoy las personas común y corrientes se tienen que manifestar, este 10 y 11 de abril no perderemos el voto, tenemos mucho que decir.

Y aquellos que hemos trabajando que no tenemos el nivel de publicidad y recursos económicos de otros, hoy nos estamos jugando todo para que esta constitución de justicia social. Esa es la invitación, si queremos cambiar Chile y la Constitución, salga a votar y transformemos juntos y juntas un mejor país.

Doris González promete que luchará por eso.

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Doris González en el Barrio Maestranza

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