Maipú Inseguro: incompetencia y millonarios sueldos en la prevención del delito (segunda parte)

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Maipú Inseguro: incompetencia y millonarios sueldos en la prevención del delito (segunda parte)

En una primera entrega de esta investigación, La Voz publicó el testimonio de un exfuncionario del programa Maipú Seguro, quien expuso los problemas estructurales de la seguridad ciudadana en Maipú.

El testimonio daba cuenta de cámaras de televigilancia funcionando al 40% de su capacidad, funcionarios de prevención de delito sin curso OS10 y “postes inteligentes” que eran usado como un citófono para pedir el WiFi. 

En esta nueva entrega, hemos recopilados nuevos antecedentes que revelan la estructura interna  y los nombres de la plana que conforma el programa Maipú Seguro de la Municipalidad de Maipú. 

El problema de las cámaras de seguridad

Uno de los problemas más graves que detectamos en la investigación fue el mal funcionamiento de las cámaras de televigilancia. 

En Maipú existen alrededor de 40 cámaras que vigilan la calles de la comuna. Esas cámaras son operadas desde la 25 y la 52 Comisaría de Carabineros de Maipú, pero quienes sólo facilitan el lugar pero no participan en su operación.

Es decir, que las cámaras de televigilancia son operadas por funcionarios municipales en dependencias de Carabineros. 

El problema con estas cámaras es que hasta hace una semana operaban al 40% de su capacidad y con serios problemas de pixelación y dificultad para moverse en 360º. En una palabra, falta de mantención adecuada. 

La Voz denunció incluso uno de los «apagones de estas  cámaras», lo cual dejó a Maipú sin vigilancia por  un tiempo indeterminado.

Samuel Muñoz es asesor en seguridad, y además ex operario de cámaras de televigilancia en Carabineros, entre otras funciones que cumplió en sus 30 años de servicio en la institución.

Retirado y con ganas de seguir colaborando,  ingresó a la unidad de Maipú seguro con la intención de traspasar parte de su conocimiento. Ya dentro, observó la impericia y falta de competencias e intentó comunicarse infructuosamente con la alcaldesa para informarle de estas falencias, incluso mediante Ley de Lobby. 

Despedido por hablar más de la cuenta, Samuel ha sido pieza clave para entender el funcionamiento de esta unidad.  También nos ha ayudado a conocer ejemplos, como el caso de Cerro Navia o Las Condes, donde el personal cuenta con la preparación requerida y las personas a cargo tienen la competencias necesarias.

Todo lo contrario a lo que pasa en Maipú. 

Las cámaras son un aspecto fundamental de la seguridad pues permiten vigilar distintos puntos de la comuna aprovechando la tecnología,  ahorrando recursos y haciendo más eficiente el uso del personal

Según informaciones desde fuentes al interior de Maipú Seguro, el problema del enlace de la cámaras fue solucionado esta semana, y luego de intensas reuniones tras las denuncias de La Voz.

En efecto, un funcionario municipal recibió instrucciones para subirse a una copa de agua donde está ubicada la antena que transmite la señal y reparar el problema tras meses de mal funcionamiento. 

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(fotografías del sistema de monitoreo de cámaras, a la izquierda después del arreglo a la derecha uno de los apagones denunciado por La Voz)

Las dudas sobre Maipú  Seguro

Otro punto en duda es cuán eficiente es el trabajo de los funcionarios de Maipú Seguro, en especial respecto de las competencias, las atribuciones y el grado de coordinación con Carabineros.

A modo de ejemplo, supongamos que ocurre un portonazo en las calles Uno Sur con Primera Transversal. Si un vecino llama a Carabineros, la llamada llegará a la Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) y desde ahí será derivada al operador de radio de la 25 Comisaría de Maipú o directamente a un funcionario de un cuadrante, según la gravedad de la situación.

En todo este proceso, la participación de Maipú Seguro es prácticamente la de testigos del operativo, pues no existe una coordinación real, solo la buena voluntad de Carabineros de compartir información del procedimiento debido al hecho que ambos comparten un mismo espacio físico.

Algo llamativo en todo esto, es que gran parte de las estadísticas de cumplimiento o logro de Maipú Seguro se basan en procedimientos efectuados directamente por Carabineros sin que medie mayor participación por parte de la seguridad ciudadana. 

Ejemplo de esto son los datos que se muestran en instancias como los consejos de seguridad de la municipalidad, que es el espacio donde se da a conocer el estado del trabajo y novedades como fue en su momento la instalación de los postes “inteligentes”. 

Sin ir más lejos, en el consejo del año 2018 (donde no asistió la alcaldesa) se señaló que “Maipú Seguro  indicó el número de procedimientos que los vecinos han denunciado en la central telefónica (1418), dentro de las denuncias destacan hurto, robo de vehículo motorizado, robo en lugar habitado y robo por sorpresa”.

Sin embargo, que hayan existido esas denuncias no significa necesariamente que el delito haya sido perseguido, ni apoyado por la unidad,  ni tampoco da pistas sobre qué papel cumple Maipú Seguro en eso. 

Estas estadísticas son datos que bien podría manejar Carabineros, y en última instancia la Subsecretaría de Prevención del Delito.  Entonces queda abierta la pregunta sobre qué rol cumpliría el personal de Maipú Seguro, puesto que su rol se debería limitar a la prevención del delito y no su combate. Esto, considerando muy especialmente que el personal no cuenta con la capacitación mínima para enfrentar estas situaciones como es el curso de OS10 u otras capacitaciones de carácter legal u operativo. 

Para un carabinero en funciones de radioperación en pleno procedimiento resulta finalmente intrascendente el apoyo o no de  una camioneta de Maipú Seguro, puesto que no es relevante para el procedimiento. Esto principalmente por la falta de un un rol claro y ausencia de coordinación bajo estrictos protocolos de ambas organizaciones.

También es necesario recordar que no existe un desglose preciso sobre el número de operaciones realizadas por personal de Maipú Seguro, tomando en cuenta que muchos “procedimientos” son mediados por la aplicación privada SOSAFE, otros mediante el llamado directo a la linea habilitada y otros nacen a partir de operaciones de Carabineros que luego son acompañadas por personal de Maipú Seguro.

Un concejal nos señala en reserva que una estadística relevante sería la eficacia post venta del uso de las miles de alarmas comunitarias que se han instalado. De eso hasta el momento no existe ningún dato que confirme o niegue el impacto que estos dispositivos tienen en la sensación de seguridad.

Punto aparte es la aplicación SOSAFE, que el año pasado fue catalogada por expertos en seguridad como “altamente vulnerable”, pues habría permitido que información como nombres, apellido, correos e incluso la ubicación exacta pudiera ser vista por personas externas.

Volviendo al portonazo, en el mejor escenario si Carabineros está gestionando el procedimiento enviará una patrulla al lugar de los hechos. Mientras tanto el funcionario municipal que trabaja junto al radioperador llamará a su base de Maipú Seguro para avisar y ver si existe una camioneta disponible para apoyar.  

El Carabinero dudará algunos segundos si desea  el apoyo de esta unidad. Finalmente cederá por cortesía profesional, pero en la práctica no hace mayor diferencia puesto que este personal no puede actuar directamente en el procedimiento.

El problema con este esquema es Maipú Segur estaría pasando por alto su principal función: prevenir delitos. 

Según nos cuenta un especialista, el escenario ideal sería que el personal de Maipú Seguro levantara datos en base a su relación con la comunidad, paseando por los barrios, hablando con la comunidad para recopilar antecedentes relevantes que luego sean entregados a las Policías. 

En el escenario actual, sin las competencias ni la capacitación adecuada la instrucción parece estar más enfocada en “demostrar” que “hacer” algo. 

Muchas camionetas amarillas de seguridad dan vueltas por la comuna sin detenerse en sus recorridos.

La pregunta que muchos se hacen es qué sentido tiene estar gastando bencina en camionetas que recorren la comuna sin personal competente ni atribuciones para combatir el crimen.

Millonarios sueldos “sin competencias”

El año 2017 la Municipalidad de Maipú abrió una licitación por 85 millones de pesos para comprar 4.986 alarmas comunitarias conectadas a 553 centrales. Las mismas que muchos vecinos recibieron por parte de la municipalidad en los años siguientes.

Esta adjudicación aparece firmada por una comisión técnica compuesta por Santiago Cantarutti, Luis Chamorro y Sergio Lucero. Ninguno de los cuales parece tener mayores conocimiento sobre las especificaciones técnicas o de seguridad de estos elementos.

Los equipos de Maipú Seguro están divididos en distintas unidades.  Los alfas eran son los guardias encargados de la seguridad de la alcaldía. Los deltas son quienes “patrullan” el centro de Maipú. Ambas unidades terminaron fusionándose en una sola. 

De hecho, los “chaquetas amarillas”, como son conocidos, son destinados casi en su totalidad a proteger el perímetro cada vez que hay concejo municipal debido la insistencia de distintos grupos por hacerse presentes. 

Lo curioso de esta función es que nadie cuenta con atribuciones, como por ejemplo las de ser inspector municipal, lo que permitiría, por ejemplo, fiscalizar situaciones durante su recorrido.  

Esta forma de funcionar contrasta radicalmente con otras comunas como Cerro Navia o Las Condes, donde existe una constante evaluación del personal acompañada por capacitación legal, médica, en seguridad, entre otras. Cerro Navia fue más lejos y contrató para su “policía municipal” muchos de los cuales son ex uniformados .

Según información entregada a La Voz desde Maipú Seguro, la Municipalidad de Maipú ya estaría buscando una empresa que pueda capacitar al personal con el curso de OS10. Es decir, subsanar un problema de diseño fundamental que al parecer a nadie se le ocurrió.

La pregunta que nace a raíz de esto es quiénes son las personas que están a cargo del programa y cuáles son sus competencias.

A continuación, algunos de los nombres que más nos llamaron la atención revisando en la página de Transparencia Activa de la Municipalidad de Maipú

Luis Chamorro parece ser la persona encargada de la cámaras de televigilancia,  una especie de coordinador logístico. En Transparencia Activa aparece como conductor de prevención ciudadana y egresado de enseñanza media. Por su trabajo recibe mensualmente 1.319.271, más la horas extras que en el mes de julio ascendieron a 587.239 pesos.  Es decir, 1.906.510 por hasta hace poco tener las cámaras operando al 40% e incluso con apagones.

Un dato que llama la atención de Chamorro es que además de su pago mensual contaría con el beneficio de vivir en una casa municipal.  Este beneficio, reservado para algunos pocos privilegiados es uno de los secretos mejor guardados en la municipalidad.

El director de la Dirección de Prevención y Seguridad Ciudadana es Santiago Cantarutti.  Según la página de transparencia activa, Cantarutti solo es egresado de Enseñanza Media. El director recibe 4.926.161 de pesos brutos mensualmente.  Dos millones más de lo que ganaba en noviembre del año pasado por el mismo trabajo.

Un funcionario municipal confiesa que debido a una curiosa costumbre de ir a marcar horas extras  usando pantuflas, Cantarutti quedó con el apodo de “el pantuflas”. 

Más allá si la anécdota es cierta o no, podemos ver que Cantarutti cobró desde enero a diciembre del 2016 horas extras que no bajaban del mi llón de pesos.  En diciembre del 2016 “el pantuflas” cobró 1.724.604 solo en concepto de horas extras, sin contar los 6.138.155 que recibió de sueldo.   

Es decir, el director de seguridad en Maipú llegó  a cobrar cerca de 8 millones por su labor con cuarto medio rendido.  Un millón más de lo que ganaba un subsecretario de gobierno en la misma época. 

Cantarutti mantuvo esta costumbre hasta comienzos del 2017, luego de lo cual dejó de cobrar estas horas extras y siguió cumpliendo la misma labor que cumple hasta hoy sin el dulce agregado.

José Sepúlveda Hormazábal   Su descripción de cargo conductor de la dirección de prevención y seguridad ciudadana y cuenta con estudios de egresado de educación media. Por este trabajo recibió en junio su sueldo de 899.449 de pesos brutos mensual más 436.027 en  horas extras. Trabaja en la municipalidad desde enero del 2003.

Sepúlveda además comparte trabajo junto a su cónyuge, María López  Tapia (470.000 bruto), quien se desempeña en la guardia interna de la municipalidad, y a su hijo Fabián Sepúlveda Tapia (884.062 bruto), estudiante de derecho y quien designa los turnos de la guardia interna.

Orlando Pacheco aparece como electromecánico. Sería encargado analizar proyectos y colaborar en su ejecución técnica, verificación de especificaciones y plazos.  Por esto recibe 2.000.000 de pesos brutos mensuales.  Pacheco, conocido como “el ingeniero”, sería el encargado técnico de la cámaras.  Es la persona que esta semana se puso manos a la obra para intentar corregir los problemas de pixelación y rotación de las cámaras después de meses de mal funcionamiento. 

Pacheco fue justamente la persona que la semana pasada tuvo que subir a una copa de agua para corregir la señal de las cámaras, que hasta hace poco funcionaban al 40%.  

Es también la persona responsable de que haya más de 40 cámaras funcionando en base a dos antiguos servidores de los tiempos del alcalde Undurraga a falta de un levantamiento técnico más adecuado.

Loreto Rivera es coordinadora de Maipú Seguro y responde directamente a Cantarutti.  Es profesora de educación básica y por coordinar el área de prevención del delito recibe desde enero de 2017 1.768.126 de pesos mensuales bruto.

Loreto fue una de las protagonistas de la primera parte de nuestra investigación  y junto a Patricia Montero Gallardo (711.794) son las coordinadoras del personal que recorre la calles de la comuna con sus distintivas chaquetas amarillas.

Debido a la descripción de su cargo y su lugar en el organigrama, son personas claves en todo el proceso de coordinación entre el personal de apoyo y Carabineros. 

Pero la responsabilidad mayor recae en el director del departamento, Santiago Cantarutti, el “pantufla”. 

Sobre los hombros de Cantarutti descansa finalmente la responsabilidad del diseño y ejecución de un plan de prevención ciudadana que, a la vista de los antecedentes, hasta ahora genera más dudas que certezas. Más ruido que nueces. 

 

 

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