Desde principio de 2025, la vecina del barrio Longitudinal Mónica Bahamondes, comenzó con una curiosa iniciativa en una plaza local de su barrio. Impulsada por su gusto por la lectura, decidió colocar una mesa, un mantel y su colección personal encima para abrir su propio puesto de «trueque de libros».
Ubicada en la Villa Versalles, en una plaza de cuatro espacios que se encuentra entre las calles Butachauques, Ernesto Pinto Lagarrigue, Escampavia, La Corbeta y Chungungo, Mónica se pone cada día entre las 18:00 y 21:00 horas con sus títulos para intercambiar con los vecinos.
«A mí no me sirven los libros en el estante, los libros tienen que circular», exclama entusiasta la vecina, quien cumple su quinto año como jubilada de TENS, profesión en la que trabajó por más de dos décadas en el sector público de la comuna.

Todo partió hace 10 días con 25 títulos y hoy ha sumado más a su puesto de trueque de libros, donde destacan autores nacionales e internacionales como Ernesto Garratt, Isabel Allende, Jorge Baradit, Patricia Muñoz o Gabriel García Márquez.
Las únicas condiciones que pone Mónica para quienes quieran participar de esta iniciativa son: «Los libros deben ser originales y estar en buen estado para la lectura. Si alguien quiere donar, bienvenido sea, pero lo fundamental es que se genere este trueque de libros para no quedarme sin libros y que se vaya renovando la lectura de todos».
«Siempre le decía a mis amigas: «Oye lean», les prestaba libros y no los leían. Entonces, pensé en que los libros tenían que circular, porque nunca te devuelven los libros que prestas», agrega Mónica.

El trueque de libros, una excusa para conversar, recomendar y compartir
Si bien el primer objetivo de este espacio nace desde la intención de fomentar la lectura entre sus cercanos, lo que no siempre funciona, Mónica aprovecha también su vocación social para promover el encuentro entre sus vecinos del barrio.
«Se ha armado algo muy bonito, los vecinos que se conocen de años se juntan a conversar. La gente llega, se sienta, conversamos sobre los libros, nos recomendamos libros», narra Mónica, quien también recibe a los más pequeños de su villa.
«Como los niños son los primeros en llegar a jugar a la pelota, pasan por acá y se sientan en la banquitas a conversar sobre algunos libros que les hacen leer en el colegio. Acá llegan niños de 7, 12 y jóvenes de 14 que les gusta leer», cuenta.
Servicios de salud gratuitos y el reciclaje de libros
Mónica ha incorporado a todo esto, con sus más de 20 años trabajando como TENS, el ofrecer servicios básicos de salud. Gracias a los implementos que compró antes de su jubilación, la profesional le toma la presión y la glicemia a las personas mayores que llegan a su puesto de trueque de libros.
De igual forma, gracias a su experiencia como lectora, Mónica también recibe libros en mal estado con la intención de ser utilizados para reciclaje, gestión que ella misma se encarga de realizar.

Es así como Mónica Bahamondes transformó una parte de la plaza de la villa Versalles, en un lugar donde ella puede compartir su gusto por la literatura y su vocación como profesional de la salud con los vecinos de Longitudinal.
«La idea es entusiasmar a la gente a leer y que ojalá se replique en otras plazas. Mi único deseo es que la gente se tome sus plazas con cultura», concluye.
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