Revolución Democrática atraviesa su momento más difícil. El partido del Frente Amplio se ha visto envuelto en una polémica a raíz del caso «Democracia Viva» después de que se revelara que la pareja de la Diputada Catalina Pérez, Daniel Andrade, también miembro de RD, firmó contratos directos con el Serviu de Antofagasta por más de 420 millones. Estos contratos fueron aprobados por Carlos Contreras, antiguo jefe de gabinete y correligionario de ambos.

En ese sentido el día de ayer el partido tuvo Consejo Político para analizar el caso y sus implicancias. Fue en ese espacio que el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, junto a sus colegas Macarena Ripamonti (Viña del Mar), Emilia Ríos (Ñuñoa), Carla Amtmann (Valdivia) y Luis Valenzuela (Tiltil), expresaron su rechazo a la forma en que se está manejando el caso.

En información publicada por La Tercera se asegura que los alcaldes solicitaron acelerar la expulsión de los dos responsables y enfatizaron la necesidad de suspender la militancia de Pérez «hasta que se determine su participación» en los hechos que podrían constituir delitos y que están siendo investigados por la Fiscalía.

Las demandas de los alcaldes ocurren luego que RD decidiera expulsar a Andrade y Contreras, pero no tomó ninguna acción disciplinaria contra la diputada Pérez. Hasta ahora, ella ha negado cualquier involucramiento en el caso y se ha retirado de su cargo como segunda vicepresidenta de la Cámara Baja para evitar una moción de censura impulsada por la derecha.

En la reunión del consejo político, también se decidió posponer las elecciones internas del partido por al menos un mes y establecer un comité de crisis para gestionar uno de los casos más complicados que ha enfrentado el partido, fundador del Frente Amplio.

Militancia celebra la intervención de los alcaldes y valoran congelar militancia de Catalina Pérez

En distintos grupos de whatsapp y otras aplicaciones, los militantes de base de Revolución Democrática han valorado el gesto de los alcaldes. En las bases, existe molestia por el actuar de la cúpula de RD y el silencio que ha guardado Giorgio Jackson.

La sensación es que existen militantes de primera y segunda categoría, y que el daño hecho por Andrade y Contreras golpeará fuertemente a un partido que nació bajo la consigna de hacer las cosas de manera distinta, impugnando «la vieja política».