“Cuando trabajamos con pasión y conocimientos, la gestión nos
lleva a grandes resultados. Todo esfuerzo con corazón da frutos
positivos», dice nada más empezar la entrevista Israel Gómez, un maipucino que creó «Trekking Principiantes«.
Profesor de educación física y amante de subir cerros creó un proyecto que ha cambiado la vida de más de 10.000 personas en Chile al abrirles las puertas al apasionante mundo del Trekking. Desde su experiencia profesional hasta los hitos que marcaron su camino, Israel nos revela los secretos detrás de su éxito.
Trekking para Principiantes: Los inicios según Israel Gómez

Israel, cuéntanos, ¿cómo nació Trekking Principiantes?
Todo comenzó en 2020, en plena pandemia. Queríamos crear un espacio
para personas que, como yo, sentían la necesidad de desconectarse, pero que no sabían
por dónde empezar en el mundo del trekking. Pensé en un grupo pequeño, de unas 20
o 30 personas, con rutas amigables para todos. ¡Jamás imaginé que en dos años,
seríamos una comunidad de más de 10.000 apasionados!
Eso es impresionante. ¿Cuál crees que ha sido la clave del éxito?
La inclusión, sin duda. Este proyecto es para todos: sin importar la edad,
el género, la condición física o la experiencia. Además, el hecho de que sea gratuito
rompe barreras económicas y hace que muchas personas se atrevan a intentarlo.
Vamos a conocerte un poco más. ¿Quién es Israel Gómez fuera del trekking?
Soy profesor de pedagogía en educación física, especialista en gestión
deportiva municipal y guía certificado en turismo aventura por SERNATUR. Además, soy
rescatista WAFA, lo que significa que estoy preparado para enfrentar emergencias en
zonas agrestes. También represento en Chile la campaña internacional Stop the Bleed,
que enseña técnicas de control de hemorragias.
Además entiendo trabajas en el Municipio de Maipú
Así es. Llevo más de 18 años trabajando en la Municipalidad de
Maipú, liderando proyectos deportivos para la comunidad. Y desde hace un año, soy uno
de los directores en Chile de la Red Internacional de Recreación, una organización que
promueve la recreación como herramienta para mejorar la calidad de vida en 7 países.
Hablemos de esos proyectos que marcaron tu carrera en Maipú. ¿Cuáles
recuerdas con más cariño?
Le tengo especial cariño a La Calle del Deporte, un proyecto del 2015. Imagina cerrar parte de una avenida tan transitada como Pajaritos y convertirla en un gimnasio al aire libre. Ese fue el objetivo: crear un espacio donde las familias pudieran participar en actividades como zumba, fútbol callejero, clases de yoga, entre otras. Fue un proyecto piloto que demostró cómo la creatividad puede transformar la vida urbana.
Recuerdo que la participación era enorme
Sí. También se me vienen a la cabeza a las cicletadas familiares recreativas que se convirtieron en un clásico. No solo era un recorrido en bicicleta, sino toda una fiesta ambulante, con música en vivo, estaciones de hidratación, actividades para niños y un fuerte enfoque en promover el uso seguro de la bicicleta. Tuvimos participantes desde los 3 hasta los 80 años.

Te apasiona el tema del deporte comunal
Mucho. He dedicado una vida al tema. Cuando partimos el 2009 con las fiestas de zumba, cuando no era conocido el tema en Chile y logras que más de 1000 personas bailen en una plaza que es pública, entiendes la importancia de llenar de sentido a los espacios comunitarios. Las plazas no son de la gente hasta que la gente las integra a sus rutinas.
Además esos eventos permitieron sacar del deporte del centro de la comuna
Sí, me acuerdo que con MaiPuroDeportes que antes se llamaba Vivo Deportes tuvimos un enfoque descentralizador. Llevamos actividades recreativas a barrios donde el municipio no llegaba. Y además a cada barrio se llevaban actividades distintas, en función de sus intereses.
Entonces igual la chispa de la creación del grupo de trekking está en tu aprendizaje en el Municipio
Creo que sí. Me acuerdo que el 2011 me tocó integrar el equipo que gestionó la Continental Cup de Voleibol Playa en plena plaza de Maipú. El evento servía como eliminatorias para los juegos olímpicos de Londres 2012. En esa ocasión transformamos la plaza en una cancha de voleibol playa y que tenía que cumplir estándares internacionales. Fue un desafío logístico enorme, donde tuvimos que importar arena, instalar gradas y recibir atletas internacionales. Esas experiencias me dieron rigurosidad y método. Eso lo apliqué al grupo de trekking y -por esos años- nos convenció que en Maipú podíamos parar eventos de primer nivel.
Liderar iniciativas de este tipo debe ser un gran reto. ¿Cómo enfrentas esa
responsabilidad?
Es un equilibrio entre pasión y trabajo en equipo. Siempre he creído que
los grandes proyectos no son el resultado de una sola persona, sino de un grupo
comprometido. Mi rol ha sido guiar, escuchar y potenciar las ideas para lograr el mayor
impacto social posible.
Para cerrar, ¿qué consejo darías a quienes comienzan en la gestión
deportiva?
Que trabajen siempre con la comunidad en el centro de sus proyectos. Escuchar sus necesidades, crear espacios inclusivos y no dejar de capacitarse es clave. Rodearse de equipos apasionados es el primer paso hacia el éxito.

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