Hoy fue un conmocionado Concejo Municipal, donde las asperezas entre sus integrantes fueron notorias.
Todo comenzó en momento de “varios” donde el concejal Horacio Saavedra, sin ánimo de ser confrontacional, expuso la queja que les hicieron llegar desde los Centros de Atención Municipal (CAM), quienes acusaban a la Municipalidad haber quitado la entrega de la “cajita de ayuda que le daban para sus tecitos”, la que recibían mensualmente.
La alcaldesa, Cathy Barriga, le contesta inmediatamente “!Ayy! don Horacio, don Horacio, a veces me gusta escucharlo tocar la orquesta –haciendo la simulación de estar dirigiendo una orquesta, mientras se ríe−, pero con cariño”, luego prosiguió en explicar que la caja no se ha dejado de entregar, sino que se ha mejorado. Pidiendo que no se hagan eco de acusaciones mal intencionadas.
Si bien el concejal Horacio Saavedra pasó por alto la “broma” de la alcaldesa, fue el concejal Ariel Ramos el primero en hacerle ver que sus dichos no fueron del todo cordial, haciendo una analogía que sería lo mismo que le dijeran una mujer que “se ve más linda callada”. La alcaldesa aclaró de inmediato que solo fue una broma.
Minutos más tarde, fue la concejala Marcela Silva, que le hizo un llamado a respetar el trabajo de los concejales, apelando que las denuncias que ellos entregan son de “buena fuente”, agregando que “nosotros como cuerpo colegiado necesitamos respeto desde la administración”.
En ese momento, es cuando la alcaldesa se ve realmente ofuscada y la conversación se les va de las manos. Hablando directamente a Marcela Silva le pregunta si ella sabe de la querella que la propia alcaldesa le interpuso, por injurias y calumnias –con un abogado privado, no municipal −.
Según la alcaldesa, la querella hace referencia a unas declaraciones que la concejala Marcela Silva dio en el matinal de Canal 13, donde afirmaría que la edil de nuestra comuna tiene familiares trabajando en la Municipalidad, es decir, la concejala la habría acusado de nepotismo.
Marcela Silva se ve sorprendida –al menos así parece− dice que no está al tanto de la querella, que no le ha llegado la notificación y que además no se acuerda de haber entregado esas declaraciones, sin embargo, aclaró que va revisar la entrevista y de ser así pediría las disculpas correspondientes.
Toda esta conversación se da en tonos altos de voz y con evidente ofuscamiento de las dos partes.
La respuesta no le bastó a la alcaldesa, quien pidió que le buscarán el vídeo, donde la concejala habría entregado la declaración. Rápidamente los televisores ubicados dentro del concejo, que están conectados al computador principal, comenzaron a entrar a internet y hacer el intento por encontrar el vídeo.
Pero, fue el concejal Delgadillo quien detuvo éste intento de la alcaldesa por demostrar su veracidad, frente a una discusión que iba subiendo de tono, de forma veloz.
Delgadillo le hizo ver que éste es un tema privado, puesto que es una querella que se hizo con abogados propios de la edil. Que es un tema de justicia y no de Concejo Municipal. Además, había personas esperando ser escuchadas, y que sería una falta de respeto para esos vecinos.
A pesar de lo dicho por el concejal Delgadillo, la edil siguió insistiendo en exponer el vídeo, afirmando que era un asunto público, porque es un tema que apela a su rol de alcaldesa. Finalmente, el video no se exhibió. Y así terminó un nuevo concejo municipal. Uno donde las peleas entre concejales y alcaldesa se hacen más frecuentes de lo que la gente espera y la ciudadanía demanda.
Barriga hizo sonar la campana y el concejo llegó a su fin.
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