Lo que comenzó como un intento autodidacta por atraer clientes a una feria artesanal, terminó convirtiéndose en una conexión profunda con una de las tradiciones más emblemáticas del arte popular mexicano. Alexandra Salazar, más conocida como Alexandra Sotell, es una artista plástica y maestra cartonera de Maipú que ha logrado proyectar su trabajo más allá de las fronteras chilenas.
Todo habría empezado cuando Leila, la mejor amiga de Alexandra, un día decidió sacarle una foto a la primera catrina que Alexandra había elaborado instintivamente con el objetivo de atraer clientes al puesto que tenía en la histórica feria artesanal de Maipú, en Av. 5 de Abril, sin saber nada aún sobre la técnica de cartonería mexicana.
«Mi mejor amiga vio la catrina y me dijo: ‘sabes qué, te recomiendo que saquemos una foto porque la catrina está muy bonita y va a traer gente a la feria’, porque en ese momento, la feria ya estaba decayendo bastante, y fue como darle un segundo aire. Pusimos la catrina y ella subió una foto a Instagram», recuerda Alexandra.
Aquella foto fue crucial. Resulta que fue vista por un mexicano, quien le habló a Alexandra en busca de saber cómo había realizado la catrina. «Ahí se me abrió un universo nuevo, porque a la semana después me escribe este mexicano, el señor Esteban Rodríguez Sánchez, folclorista y artesano que es hoy el director del Museo Nacional e Internacional de la Cartonería de México (MUNAINCART). En ese momento el museo no existía todavía», comenta la vecina.
Sorprendido por el estilo de su trabajo, creyó que se trataba de una mexicana. Alexandra le confesó que nunca había estado en México y que había creado la catrina de forma autodidacta. «Yo no debería hacer esto, pero te quiero enseñar cómo se hacen las catrinas. Si tú aceptas, yo te puedo dar clases», le habría dicho Esteban.
La historia previa a la primera catrina
La historia de Alexandra con el arte no comienza ahí. Su sueño en algún momento había sido estudiar Licenciatura en Artes, pero la vida la llevó por otros caminos.
Un curso del SENCE sobre tatuaje neotradicional en Maipú, impartido por el académico y tatuador Francisco Javier Cabello, le abrió la mente al simbolismo y riqueza cultural del arte corporal ancestral. Fue en ese espacio donde por primera vez vio una catrina y quedó impresionada por su diseño.
«Él nos dio una mirada antropológica de lo que era el tatuaje y nos abrió un mundo que era totalmente nuevo para mí. Yo era la mayor de ese curso, todos los demás tenían entre 20 y 25 años, y yo tenía 40. A pesar de eso, me fui adaptando. Esto fue en 2015», continúa detallando Alexandra.
«Nos empezó a mostrar cómo el tatuaje estaba inserto en casi todos los pueblos ancestrales de cada país, y nos mostró en algún momento lo que era el tatuaje en México. Ahí por primera vez vi una catrina. Me impresionó mucho el diseño», recuerda.
Luego de esto fue que conoció a Don Juan, dueño de la histórica feria artesanal de Maipú, quien le dio la oportunidad a la maestra y a su socia de Mongen natural, de instalarse con un puesto donde ella hacia tatuajes en henna.
Así llegó al día en que quiso conseguir una gran catrina para atraer clientes a su puesto. «No encontré catrinas acá en Chile. En ese momento eran muy caras y se tenían que traer del extranjero, y menos en el tamaño que yo quería», recuerda.
La decisión de realizar ella misma la primera catrina estuvo ligada a su experiencia reciclando. «Como estuve trabajando mucho tiempo en el reciclaje en la calle, que es la recolección de chatarra. Ahí yo recolectaba muchos materiales con los que me daban ganas de hacer cosas, porque siempre me gustó el arte, y, bueno, para dedicarme a criar a mis hijos y tener el tiempo suficiente para ello, decidí hacer este tema del reciclaje que me brindaba mucha libertad y me permitió criar a los chiquillos siendo una mamá presente».
Dentro de su búsqueda para adquirir una catrina para su puesto en la feria artesanal, indica que «en ese momento yo no pensé nunca que podían ser tan caras, y abordando esto del reciclaje, dije: pucha, voy a tratar de hacer una yo misma. Estuve luchando intentando adivinar cómo las hacían, casi un año estuve con eso, 6 meses solamente en la estructura», logrando hacer la pieza con el papel reciclado que recolectaba.
Una vez terminada la primera catrina y con la foto publicada en redes sociales, entonces, llega el maestro Esteban Rodríguez Sánchez a su vida. «Nosotros nos conocimos por Facebook y me empezó a dar clases todos los días durante dos años más o menos, primero por Facebook y después fue por Skype. Durante 1 año se dedicó a enseñarme lo que era la estructura, cómo se trabajaba, cómo se hacía para que las piezas no le salieran hongos. Diversas cosas que eran súper trascendentales para la conservación de la pieza», explica Alexandra.
«Así se fue dando una amistad con el mexicano. Me contaba lo difícil que era para los cartoneros de su país producir estas piezas, lo poco valorado y mal pagado que era, y la importancia de conservar esta técnica ancestral, que no solo cumplía un objetivo decorativo, sino que estas piezas también narraban sus tradiciones», agrega.
«[Esteban] siempre tuvo fe en que yo podía llegar a hacerme conocida con la cartonería. La verdad es que para mí fue bastante poco creíble en un comienzo, pero persistía porque en realidad a mí me gustó mucho, me comencé a apasionar mucho con esto que empecé a hacer», comenta la artista.
La travesía de la cartonera
Con la exposición de su trabajo en redes sociales, Alexandra comenzó a posicionarse como una verdadera pionera de la cartonería mexicana, con el hecho sin precedentes de que una mujer chilena fuera quien se especializaba en esta técnica de arte extranjero.
En 2019, durante las celebraciones de la Independencia de México, fue invitada por la comunidad de mujeres mexicanas en Chile, liderada por la mexicana Adriana Alonso, al evento conmemorativo “El grito de independencia de México”, que se celebra cada 16 de septiembre en ese país.
Alexandra llevó alrededor de 20 catrinas pequeñas al evento, las cuales provocaron mucha emoción en las personas de la comunidad mexicana, incluso hasta el llanto, según recuerda.
En la instancia, se encontraba el entonces embajador de México en Chile, Francisco Olavarría. Alexandra se acerca a él y le muestra una de sus catrinas. «Quedó muy impresionado», recuerda.
«Ahí empieza mi camino hasta hoy con el trabajo que hemos estado haciendo ya hace mucho rato con la embajada. Ha sido un trabajo colaborativo, gratuito, que sí me han traído muchas experiencias, a pesar de que al principio no era algo remunerado, sí me trajo mucha satisfacción, fue el primer paso que di a consolidarme como maestra cartonera, y eso también fue consolidando a mis maestros alrededor del mundo», señala la mujer.
El 8 de abril del 2020, en el marco de las conmemoraciones por el natalicio de Gabriela Mistral, Alexandra participó representando a MUNAINCART en la actividad de ofrenda en honor a esta gran poetisa chilena. La ceremonia fue encabezada, por la Gobernadora de Coquimbo Krist Naranjo, el alcalde de Vicuña, Rafael Vera Castillo, y el delegado presidencial de Coquimbo, Rubén Quezada. Gracias a la gestión del primer secretario y Encargado de Asuntos Culturales de Embamex don Jorge pascual rubio.
El Encargado de Negocios de México, Armando Arriazola, hizo entrega del busto de Gabriela Mistral a la Gobernadora. Esta obra, es una creación de Adalberto Álvarez Marines, artista mexicano, y que le fuera encomendada a Alexandra para hacer llegar este homenaje, en representación del museo como embajadora de la cartonería en Chile.
Cómo creó las catrinas monumentales y su primera muestra en público
Don Jorge Pascual Rubio, un nuevo Agregado de Asuntos Culturales de la embajada de México en Chile, conoció a Alexandra y el trabajo que había estado haciendo en la elaboración de catrinas con el apoyo de la embajada. Un día, alienta a Alexandra a hacer una pieza más impactante, a lo que ella respondió con la idea de realizar una catrina gigante.
Esta idea se la comentó a su maestro, Esteban, y él le indicó que nunca había hecho algo así, no sabía cómo, por lo tanto, no la podía asesorar en aquel proyecto. Entonces, se pusieron en búsqueda de otro maestro que la pudiera ayudar con esta propuesta.
«Conocimos al maestro Juan Hernández, de Guanajuato, que él es una persona que hace monumentales. Tiene catrinas de ocho y más metros de altura«, indica Alexandra, encontrando al maestro que buscaba.
Alexandra se puso en contacto con Juan, su nuevo maestro de piezas monumentales, y durante 1 año y medio estuvo trabajando en una catrina de 2 metros de altura.
Cabe señalar que la comunicación entre Alexandra y Juan durante este periodo fue siempre de manera telemática, al igual como lo hacía con Esteban, con clases mediante videollamadas.
Cuando Jorge Pascual se enteró de la pieza terminada en 2022, él se encontraba gestionando una muestra en el Museo Artequín de Quinta Normal. Se trataba de la inauguración de la exposición fotográfica Día de Muertos de los artistas, el mexicano Marcos Bautista, y el chileno Ángel Cristi, y decidió comenzar las gestiones para integrar la pieza monumental de Alexandra en la muestra.
Era el primer Día de Muertos post pandemia del museo y el objetivo era instalar un altar, por lo que Pascual puso en contacto a Alexandra con una amiga suya, una mujer mexicana que vivía en Estados Unidos, para que la asesorara en cómo hacer un altar de Día de Muertos.
«Por una cosa de tradición no van a dejar jamás que una chilena haga un altar de muertos», indica Alexandra. Pero con esta asesoría que venía de parte de una experta en altares prehispánicos, se consideraba aceptable, ya que aquella mujer le enseñó los elementos que debía disponer un altar de Día de Muertos y el significado que tiene para los mexicanos.
El altar y la catrina de dos metros que había hecho Alexandra estuvo expuesto en el museo por tres meses, entre noviembre y enero. 6 mil personas visitaban la exposición cada fin de semana contra todo pronóstico, considerando el contexto post covid.
Para el 24 de octubre de 2022, fue invitada por la entonces nueva embajadora de México, Alicia Bárcena, al homenaje cultural “Fandango por la lectura”, una nueva ceremonia de conmemoración de los 100 años de Gabriela Mistral en México y de su participación en la reforma educacional mexicana. Ahí pudo conocer a la primera dama de México, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del ex presidente de México López Obrador, en donde le entregó una de sus catrinas.
En otra ocasión, en marzo de 2023, se realizó una exposición de fotografías inéditas de Frida Kahlo en el Museo Artequín y Bárcena nuevamente le hizo la invitación a Alexandra para participar de la inauguración de la exposición, llevando sus catrinas. «No había visto catrinas de esa calidad ni en México», recuerda que le dijo la embajadora a Alexandra, quien le manifestó su intención de continuar apoyando su trabajo.
Altares, comunidad y memoria
En el transcurso de todo esto, donde Alexandra agarra vuelo en la cartonería y comenzaba a gestionar talleres, tomar iniciativas y colaborar en proyectos culturales con la comunidad mexicana en Chile, estaba viviendo con su mejor amiga, aquella que había sacado la primera foto. «Ella tenía cáncer, estaba al cuidado de ella. Dejé de trabajar varios meses», indica, pero mantuvo contacto con la embajada de México para preparar proyectos.
«En medio de todo, mi amiga fallece. Fue un golpe muy duro para mí porque ella fue una gran impulsora de que siguiera con esto cuando yo no quería nada», dice Alexandra, ya que a pesar de todos estos logros que se han mencionado, también hubo frustración, decepción y momentos difíciles para salir adelante con sus proyectos.
«Los vecinos del sector, que eran de la Villa El Sol, me ayudaron muchísimo con mi amiga. Ella estaba en una situación muy complicada económicamente. Su familia no podía estar presente y yo era la persona que representaba a la familia», detalla al respecto.
Con la asesoría que recibió Alexandra en cómo hacer altares de muertos, realizó uno para su amiga Leila. «Ella era tarotista, entonces pensaban [los vecinos] que yo estaba haciendo brujería, y tuve que parar en un momento en el velorio y explicarle a la gente lo que era y empecé a decirles: miren, esto es un altar, esta es una forma en que yo estoy tributando a mi amiga», comparte la vecina.
Con esta explicación, los vecinos cambiaron su actitud frente a esta costumbre mexicana y su simbología, comprendiendo nuevas formar de enfrentar la muerte de un ser querido y llevando ese mismo día velas para Leila.
«Siento que tengo que agradecerles todo lo que nos ayudaron, así que, si ustedes me ayudan, yo hago un altar de muertos para la comunidad, para que puedan aprender a despedir a sus muertos, a reencontrarse con ellos cada año, no con este dolor que nosotros vivimos cuando se nos pierde un ser querido», le dijo Alexandra a los vecinos de la villa.
Así es como comienza una nueva tradición en Villa El Sol, el realizar un altar de muertos público los días 1 y 2 de noviembre de cada año, lo que sería la primera versión del festival en Chile: “De Xico al Mictlán”, una celebración que une vida y muerte desde la cosmovisión mexicana en idioma náhuatl mexicano y que se postula al Gobierno Regional (GORE). Xico, significa ombligo, símbolo del origen de la vida, y Mictlán es la tierra de los muertos, el lugar final de las almas.
Este evento fue posible gracias al consentimiento y respaldo del Museo Nacional e Internacional de la Cartonería de México, que empatizó con lo sucedido y apoyó el impulso de Alexandra.
La segunda vez que realizaron Día de Muertos en la Villa El Sol, Alexandra no esperaba lo que iba a pasar. Ese día, estaba invitado Carlos Iván Mendoza, jefe de Cancillería de la Embajada de México en Chile (EMBA MEX), pero indicó que no podría lograr asistir y que iría otra persona en representación de la embajada.
En un momento llaman a Alexandra, alguien la estaba buscando. «Yo soy la nueva embajadora Laura Moreno», escucha Alexandra, sorprendida, al igual que el resto de los presentes. Se trataba de la sucesora de Alicia Bárcena, que inesperadamente fue convocada por el presidente López Obrador para asumir la Cancillería de México.
La embajadora Moreno observó el altar y las catrinas realizadas por Alexandra, y le comenta: «Es primera vez que yo voy a un día de muertos en que yo me siento como en mi casa, así como lo vivía yo en México cuando era niña».
Su carismática presencia en la Villa El Sol, generó profunda emoción entre los asistentes, marcando un momento histórico para la comunidad, que pocas veces tiene acceso a este tipo de experiencias artística sobre todo por la solemne visita.
«En 2024, volvió a honrarnos con su presencia, reafirmando su interés por el fortalecimiento del patrimonio cultural mexicano en el extranjero. Desde entonces, ha promovido activamente diversas iniciativas que incluyen a la cartonería mexicana, valorando y destacando mis obras monumentales», comenta Alexandra.
Fundación del Museo Nacional e Internacional de la Cartonería
Para Alexandra, la cartonería es un oficio aún desconocido en Chile. «Es un arte que hemos ido difundiendo con la comunidad mexicana. Además, se hace con materiales reciclados y naturales. Se utiliza papel reciclado, engrudo y en ocasiones caña de río, que recolecto cerca de mi taller en Rinconada rural», destaca la maipucina.
Esta técnica, además, cabe destacar que tiene la particularidad de que se construye en base a materiales reciclados y naturales. Alexandra indica que sus piezas están hechas principalmente de papel reciclado, y las estructuras más grandes, se sostienen con caña de río, la cual obtiene del río que corre cerca de su taller en la Rinconada Rural de Maipú.
La actividad que se realizaba entre Alexandra y el maestro Esteban, comenzó a hacer ruido en el mundo artístico, con la exposición de sus trabajos y los talleres online que comenzaron a llevar a cabo, incluyendo cada vez a más artistas y artesanos de diferentes partes del mundo.
«El visibilizarlo en otro país, les permitió de alguna forma, empezar a visibilizar más lo que era el trabajo de la cartonería en el mismo México, y esta alianza que se empezó a formar, se empezó a fortalecer de una manera que el maestro me empezó a presentar otros maestros importantes dentro de la cartonería, entre ellos, los nietos de Pedro Linares, que Pedro Linares para los chilenos no es conocido, pero a nivel mundial es muy conocido porque es el creador de los alebrijes1«, indica.
Esteban Rodríguez Sánchez y la directora de la sede de Valle de Chalco, Verónica Flores Alfaro (quien hoy también es parte fundamental en esta labor), son las personas clave a través de las cuales Alexandra pudo ampliar sus redes.
«Pude conocer a David Linares, a Leonardo Linares, también a los otros hijos, y bueno, don Linares estuvo enseñándome también a hacer alebrijes, de ahí pasé a otros maestros que son también importantes, como el maestro Adalberto Álvarez, que es crack de la cartonería. Él incluso tiene cartonería en la Casa Blanca, así de importante es», continúa.
«Empecé a conocer gente que para mí era insospechada que me iba a enseñar, y muy ávida de enseñarme. Nunca me cobraron nada, sólo me pedían que yo los ayudara a difundir su arte, porque se empezó a dar ese, no sé cómo llamarlo, como ir y venir de comunicaciones, que empezó a hacer ruido el hecho de que en Chile se estaba haciendo cartonería y estaba enseñada por mexicanos, y generó una gran curiosidad».
Motivados por el impacto de la cartonería, frente a las adversidades que entorpecían la función de Alexandra, para ampliar esta red de agentes de la cartonería, ahora hacia otros países. sus mentores decidieron fundar MUNAINCART.
«En las escuelas de arte mexicanas, la cartonería no estaba reconocida como un arte, estaba reconocida como una artesanía, y hoy en día, es una de las artes populares más importantes de México», indica Alexandra, reconociendo el trabajo que entre varios artistas, artesanos y maestros de la cartonería fueron capaces de realizar.
«La gente que era mexicana, y que de alguna manera quería mantener sus raíces vivas, la forma más arraigada y más fácil de visualizar, era la cartonería, sobre todo con el tema de las catrinas», explica Alexandra.
Ella misma comenzó a buscar a mexicanos de todas partes del mundo que quisieran formarse para ser maestros cartoneros. «Empezamos a encontrar gente en Francia, Estados Unidos, Ecuador, Bolivia, Perú, Italia, España. Alrededor de 17 países interesados. Varios de los nuevos embajadores de la cartonería, no sabían nada, al principio sólo tenían la pasión igual que yo. Esteban no daba a bastos, y me encomendó que yo misma empezara a enseñarles».
«Empezamos a preparar talleres en distintos países, y a nombrarlos emisarios de esta técnica y se formaron así los embajadores de la cartonería. Así nació MUNAICART, el Museo Nacional e Internacional de la Cartonería, que desde el 2023 ya tiene sede física, imparte clases y trabaja con representantes en todo el mundo«, detalla la artista, agregando que «gracias a este trabajo colectivo, la cartonería pasó de estar en decadencia a reconocerse como uno de los más importantes en el arte popular mexicano».
Actualmente, Alexandra trabaja junto a su compañero Esteban Inostroza y sus hijos, quienes también forman parte activa de este proyecto, permitiéndole responder a una demanda creciente y seguir expandiendo la cartonería mexicana más allá de las fronteras.
«Llevo 10 años dedicada a esto y nunca he viajado a México por falta de recursos, pero sigo esperando ese momento para seguir especializándome. La cartonería me permitió ganar un lugar, no solo como artesana, sino también como artista. Y eso ha sido posible gracias a mis maestros y a toda la gente que me ha apoyado», sentenció.
Pronto viaje a México
Aunque hasta ahora no ha podido, no puede pasar más tiempo. Alexandra debe viajar próximamente a México para recibir un reconocimiento muy especial: ser oficialmente nombrada parte del grupo fundador del Museo Nacional e Internacional de la Cartonería (MUNAICART).
Además, resulta ser la encargada de coordinar las actividades de los Embajadores de la Cartonería a nivel mundial, una red de artistas y promotores que nació a partir de este mismo impulso colectivo durante la pandemia, y que hoy es reconocido internacionalmente. Dichos embajadores han sido fundamentales en la difusión global de este arte y creciente valoración.
Este proceso también marcó un hito para el museo, gracias al apoyo del presidente el Lic. Armando García Méndez y el secretario del H. ayuntamiento el Lic. Alan Velasco Agüero, que hoy es el actual presidente del municipio de valle de Chalco solidaridad, quienes entendieron la labor gestionada y su importancia gestionando su consolidación, con una sede física institucional, ubicada en Av. Del mazo s/n, colonia San Miguel valle de Chalco solidaridad, Ciudad de México. Desde allí, el MUNAINCART realiza talleres, clases, exposiciones, conversatorios etc. y mantiene una presencia activa en el fortalecimiento de la cartonería como parte del arte popular mexicano.
Cabe reiterar que gracias al trabajo colaborativo entre sus mentores y Alexandra, la cartonería pasó de ser vista como una práctica artesanal menor, a ocupar un lugar relevante dentro de las artes populares. Hoy se valora desde una mirada más artística, sin prejuicios, dándole el espacio que merece dentro y fuera de México.
Alexandra lo resume así: “La cartonería me permitió darme a conocer, no solo como artesana, sino como artista. Y eso ha sido posible gracias a la generosidad de mis maestros, a mi familia y a todas las personas que han creído y se nos han unido en este camino, que hoy es un colectivo, vivo y profundamente significativo”.
- Artesanía mexicana tradicional que consiste en realizar con cartón o madera, seres fantásticos muy coloridos. ↩︎
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