Teatro a Mil se hizo presente en Maipú por cuarto año consecutivo con «Mo y la cinta roja» durante la noche de este miércoles, contando con la gran atracción de un niño de mimbre de 7 metros de altura que sin duda deslumbró a los asistentes.
Las vecinas y vecinos se empezaron a reunir a las afuera del Templo Votivo horas antes para esperar a Mo, todavía con la luz del sol, y según las autoridades se llegaron a contar alrededor de 20 mil personas.
Ya a las 21:30 horas, el niño comenzó a compartir su historia desplazándose desde Camino a Rinconada hasta llegar al interior de la explanada del Templo, acompañado con velas gigantes y una misteriosa caja de regalo.
La directora de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO), Nishme Zafe, minutos antes del show, indicó: «estamos hace un rato ya trabajando por la recuperación de espacios públicos y, en ese sentido, esta obra nos permite congregar a muchas familias de Maipú que tienen hoy la posibilidad de acceder a un espectáculo gratuito».
La historia de Mo habla sobre la perspectiva del niño al verse enfrentado a la migración forzada por la guerra. Carmen Romero, directora de Fundación Teatro a Mil, hizo el llamado durante la instancia a «no olvidarnos nunca de los niños que migran, que sufren, que tienen que cambiar de país».
En medio del espectáculo interactivo, algunos vecinos tuvieron la surte de llevarse uno de los globos gigantes que Mo soltó por los aires al entrar al Templo Votivo. Acompañado de música, proyecciones de luces y, por supuesto, una larga cinta roja, el niño de mimbre finalmente abre su caja de regalo ante los aplausos de miles de vecinos de Maipú.
Como palabras finales, el director de la obra, Benoît Mousserion indicó que «hay miles de niños hoy que tienen que caminar sin sus padres». Una obra para reflexionar sobre la familia y los niños en el complejo y duro contexto de migar a causa de una guerra.
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