Nunca supe su nombre, hasta que lo busqué en google por su apodo: “El Baucha”. Estuve sentado en la misma mesa, intercambié palabras con el último cantor popular de Santiago, pero sin conocer su trayectoria. Algo intuí por el respeto con que era mirado. Pero la historia comenzó un poco antes.
Me invitaron unos “amigotes” al Tradicional Restaurant “El Huaso Enrique” y acepté motivado por ver la cueca chora que tanto me gusta, en vivo y en directo. Nunca supe que el local estaría cerrado para lo más granado de los clientes pues “El Huaso” cumplía 60 años de existencia.
Nada más llegar y ver un par de mesas más allá sentado a Pablo Zalaquett (o tal vez era el Kramer disfrazado) caché que la cosa era en onda vip.
Vino gratis, comida a destajo y grupos que se presentaban en medio de cuecas choras o de “puterío” como me dijo un amigo que se sentó al lado mío. En fin: un paraíso en Santiago, donde el tiempo parece correr más lento y los parroquianos disfrutan de lo lindo. Un oasis en medio de la ciudad que avanza a un ritmo vertiginoso. Y ahí sentado al frente mío estaba Luis Araneda o “Baucha”, un hombre de 86 años que minutos más tarde se subió al escenario junto a un ciego virtuoso llamado “Aladino Reyes”, pianista y acordeonista que da gusto escucharle.
El Baucha: “Una leyenda”
El Baucha canta desde los 6 años y hoy es el único integrante del grupo “Los Chileneros” que está vivo. El 2006 recibió el Premio Presidente de la República y hoy canta por amor. Vive en Renca y trabaja sólo en aquellos lugares donde es bien atendido; le gusta la buena mesa y mandarse uno que otro pencazo etílico. Es algo mañoso y se da el lujo de dejar a varios con la mano estirada cuando le piden un autógrafo. Es una especie de divo, pero generoso. Un cantor popular medio “rock star” que cautiva con sus tangos, boleros y cuecas.
Bueno para jugar brisca, le reconoció hace un tiempo a El Mercurio que: “Canto desde los seis años, y desde que era cabro que andaba metido en todos los clubes del barrio cantando”
“Bauchita”, aquel caballero que me mete conversa, grabó en 1967 su primer disco llamado “La cueca Centrina”. Hoy ese LP es considerado no sólo de culto, sino que un material imprescindible del folklore nacional.
Con el auge que vive la cueca chora, el Baucha se ha convertido en un cantor de culto.Es el último de una camada que hizo de las suyas varias décadas atrás y se ha dado el lujo de cantar en los mejores restoranes de la capital. También se mandó unos temas en la Quinta Vergara para un Festival de Viña y su casa, en Renca, está atestada de varios reconocimientos.
Un grupo de los que se presentan quieren que “El Baucha” les acompañe en un tema, pero él se niega. No tiene ganas y dice que anda apurado, no obstante se sube al escenario y da la sensación que no se quiere bajar. Hace un dúo de miedo junto a Aladino Reyes. De sus cuerdas vocales manan los últimos gritos de una generación de artistas populares que hoy son respetados y admirados por varios jóvenes.
La noche avanza y uno de los amigos quiere volver a casa. Me paro con ganas de más.Me voy pero prometo volver a aprender el arte de las cuecas choras. El Huaso Enrique seguirá por mucho rato celebrando sus 60 años. El cumpleaños estuvo de miedo. Y yo conocí al Baucha y le di hasta la mano. Eso basta para que la noche haya valido la pena… y con creces.
Les dejo un video que grabé (muy mal, pues fue con el iPhone), pero va con harto cariño. Para que cachen al Baucha
Deja una respuesta