«Eran las 6:33 de la mañana cuando me llama mi hermano», parte contando Daniel Ramírez, uno de los dueños. A esa hora recibía la lamentable noticia de que su local, La Isla Club Restobar, estaba siendo afectado por un incendio y llegó rápidamente a verlo con sus propios ojos.
La escena en ese minuto eran las intensas llamas arrasando con el espacio y un centenar de voluntarios de bomberos luchando para que el fuego no afectara a locales y viviendas aledañas, además del tránsito en Avenida Pajaritos completamente desviado.
«La Islita», como han expresado sus seguidores, vecinos y amigos, llevaba más de 6 años atendiendo con una profunda convicción de hacer de este lugar un espacio abierto, con un «ambiente de respeto, cariño y cultura», donde no solo recibía artistas nacionales, sino también internacionales.
«Esto es más que un negocio, es un club, y la gente que frecuenta un club es gente que se conoce y que conoce acá, y tratamos de mantener siempre esa magia y ese ese estilo del carrete por decirlo así», cuenta Daniel.
Rosa Díaz, su pareja y también dueña, continúa el relato enfatizando que el local era prácticamente su segunda casa y que esto del incendio era muy doloroso, pero que estaban todas las ganas de salir adelante.
«Considero que soy una mujer de garra y tengo que pararme una vez más. La pandemia, no nos agotó, o sea, créeme que sí estuvo a punto, pero hicimos lo posible con mi pareja y lo sacamos adelante. Esta no va a ser la excepción», expresa la mujer.
«Me duele el alma porque aquí cada cada clavo que sostenía era fruto del amor, del esfuerzo, y de querer siempre lo mejor para mi gente. Aquí en Maipú somos un local donde el dancehall, reggae, hip-hop prevalece por sobre todas las cosas», continuó, destacando que nunca, en todo este tiempo, habrían tenido que enfrentar algún reclamo de las autoridades ni menos hechos de violencia, como se ha visto en otros centros nocturnos de la comuna.
Jennifer Velázquez, una vecina que llevaba asistiendo desde que abrieron después de la pandemia, complementa señalando que la noticia fue como «un mal sueño».
«Mi corazón se partió. Acá somos una comunidad y ahora más que nunca tenemos que demostrar esa comunidad que somos para poder parar el local y el espacio que tantos momentos felices ha brindado a cada uno. A mí me sacó una depresión», indicó Jennifer.
Trabajadores detrás de La Isla
Los dueños comentan que detrás de ellos, hay otros 35 trabajadores con los que prácticamente quedan de brazos cruzados, justo antes de las fiestas. «Acá muchos tienen hijos, y es una lástima porque no solo es el local, sino cada una de esas familias», indican al respecto.
Desde que se controlaron las llamas y se logró apagar el incendio, los dueños y amigos que los acompañan no se han movido del local esperando que Bomberos realice los peritajes correspondientes, ya que hasta el momento no se ha logrado esclarecer la causa del siniestro y menos si es que hubo o no participación de terceros.
Asimismo, señalan que personal municipal se hizo presente durante el operativo de emergencia y solicitó los datos, sin embargo, al cierre de esta edición, no se han vuelto a contactar con los afectados.
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