El menor, que vive con trastorno espectro autista sufrió malos tratos a pesar de encontrarse en situación de discapacidad.
La noche del martes 22 de septiembre, Alicia Ibarra llevó de urgencia a su hijo de 12 años al Hospital El Carmen de Maipú. Esto, al percatarse de que el menor presentaba una hemorragia digestiva. Al ingresarlo, la madre dio aviso en recepción de que él padecía de trastorno espectro autista, incluso mostró su credencial de discapacidad, con la esperanza de recibir los tratos adecuados.
Cuando le realizaron el control de signos vitales, Alicia le señaló al enfermero de turno la situación de su hijo y según cuenta, el funcionario del hospital, de iniciales F.P, tuvo un trato arrogante e incluso burlesco, aún sabiendo del trastorno padecido por el niño. Luego de esperar, fueron llamados por el médico encargado de examinarlo, de iniciales C.G.S, quien enseguida tuvo una actitud discriminadora con el menor.
«Este señor inmediatamente comenzó a burlarse de mi hijo por como venía vestido, él se vistió con calcetines distintos y ropa de su hermano, con dos tallas de diferencia» afirmó Alicia al narrar la agresión verbal de parte del doctor, que hacía referencia al peso del niño y su manera de vestir.
Luego de este acontecimiento la madre le insistió al doctor que su hijo padecía de TEA, y que por favor fuese más cuidadoso. Sin embargo, al ingresar al box y contarle al médico que el menor había presentado sangre en sus heces, el profesional hizo varios comentarios inadecuados respecto a la procedencia del sangrado.
«Le salió sangre por un mojón duro» «¿Estás seguro de que no te tocaste tú?» son algunas de las incomodas afirmaciones por parte del doctor C.G.S, narradas por Alicia Ibarra, quien exigió que se le realizaran exámenes a su hijo, pues la situación era alarmante. En respuesta a esta petición el médico dijo: «La única solución es meterle el dedo en el poto».
Tras estos repudiables dichos, Alicia encaró al médico por su falta de profesionalismo y criterio con las personas con espectro autista, por lo que decidió que a su hijo no le realizaran el tacto y pedir el alta del menor para hacer un reclamo.
La mujer, relató en conversación con La Voz de Maipú, que al salir de la consulta se encontró con otro caso de negligencia médica: un menor de dos años a quien se le negó la atención y en consecuencia, se le reventó una hernia. Razón por la que los familiares de ambos afectados procedieron a manifestar la situación.
Una vez efectuado el reclamo, el hijo de Alicia fue nuevamente atendido por otro equipo médico de la Unidad de Urgencia Pediátrica del Hospital. Esta vez el menor recibió una atención adecuada. Se le otorgó acceso a atención con un gastroenterólogo especialista y fue hospitalizado al siguiente día del incidente.
A pesar de la buena atención que recibió el niño por el segundo equipo médico, la respuesta del hospital fue una carta de disculpas, en la que se señala que los responsables del maltrato solo recibieron un llamado de atención del jefe de la Unidad de Urgencia Pediátrica, mas no una sanción que evite que estos actos de violencia médica vuelvan a ocurrir.
Alicia luego de esta lamentable experiencia, busca justicia. Ella como representante legal de la Agrupación Aprende a Vivir TEA y TGD, exige una ordenanza municipal que fiscalice y sancione a las instituciones que vulneren la dignidad de las personas en situación de discapacidad.
«Con los niños no se juega, no necesitamos gente así en el hospital. Se supone que es un hospital amigo, donde tiene que valer el respeto y la dignidad de las personas; no fue así», menciona Alicia Ibarra, ante la grave situación de la que fue víctima su hijo.
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