Benjamín Muñoz Bludau iba estar de cumpleaños el próximo 21 de abril. Nació en 2022 con algunos problemas en su corazón por el que terminaron instalándole un marcapasos a su corta edad, una exitosa intervención que lo tenía con un desarrollo aparentemente normal.
Según el relato de su familia, lo habían llevado primero al Hospital El Carmen, pero la operación no se pudo realizar en ese entonces por falta de cama, y después de casi un año y medio de espera finalmente lo atendieron en el Hospital Roberto del Río el pasado mes de enero.
“La evolución de Benjamín fue sorprendente. No hubo ningún tipo de rechazo al dispositivo ni otro tipo de anomalías, tanto así que comenzó a asistir al jardín y a desarrollarse como un niño normal, con las referidas indicaciones y cuidados instruidos por su cardióloga”, comenta su hermana Scarlette al respecto.
Estas instrucciones incluían la importancia de que, ante cualquier tipo de emergencia médica producto de las típicas patologías que se presentan en la temporada de invierno, como cuadros gripales o resfriados, no se le debía aplicar ejercicios de kinesioterapia. Y esto fue lo que pasó según relata su madre, Catherinne Bludau.
“Yo a mi hijo lo llevé porque era su primer resfriado después de la postura del marcapasos, tenía un poco de flema y se notaba algo agitado y nada más, pero naturalmente me preocupé. Entra a la TRIAGE sin cuadro de fiebre, de desvanecimiento ni nada. La doctora lo revisa y me dice que estaba levemente obstruido. En ningún momento me habla de que al niño se le iba a hacer kinesioterapia, le relaté que hacía un mes le habían instalado un marcapaso y luego se fue a llenar la ficha de mi hijo diciéndome que le iban a realizar exámenes de sangre y una radiografía pulmonar”, detalla la vecina.
“Ella se retira de la sala y entra una kinesióloga que me indica que le realizará kinesioterapia a mi hijo. Le repito que no se le podía realizar tal intervención por órdenes de su cardióloga, porque tenía el marcapasos y sale de la sala diciendo que lo iba a hablar con la doctora. Después vuelve y dice que la doctora la autorizó y yo me volví a negar insistiendo que a mi hijo no se le podía hacer kine y sigue diciendo que ya estaba autorizado, que si yo me seguía negando, me iban a sacar de la sala porque yo estaba vulnerando el derecho a la salud de mi hijo. Yo, como madre, con tal de no dejar a mi hijo solo, agaché mi cabeza y le realizó la kine”, continúa la madre, evidentemente afectada.
Siguiendo la cronología de lo ocurrido, Catherine habría sido testigo de todo el procedimiento hasta que su hijo dejó de reaccionar. “Al principio ella aspira su nariz para sacarle la flema y hasta ahí todo iba bien. Lógicamente Benjamín lloraba, asustado, pero dentro de lo normal, hasta que luego la doctora insertó sus dedos pulgares en la garganta de mi hijo, a nivel de la tráquea, y veo que mi bebé no reaccionó más. Mi hijo se empezó a poner morado y no hubo más resultados. A mi hijo me lo mataron”, sentencia la mujer.
Tras lo presenciado, Catherinne señala que activaron el llamado “Código Azúl”, le quitaron al niño se sus brazos y tanto la kinesióloga como la doctora que lo había atendido inicialmente desaparecieron de la escena.
“Yo solo escuchaba que alguien gritaba al interior de esa sala y pedía que alguien se hiciera cargo del equipo que atendía a Benjamín en ese momento. Escuchaba a alguien gritar que no sabía la cantidad de veces que le estaban inyectando adrenalina y que perdían la cuenta. Después de 40 minutos, apareció otro médico indicando que mi hijo había fallecido y que debía ir al Servicio Médico Legal”, y agrega en esa línea que la ficha clínica no indica qué procedimiento adoptó la kinesióloga, acusando “un vació en el relato de los hechos”.
La ficha de Benjamín, según detalla la madre, se limita a señalar: “Ingreso, resfriado común; signos vitales, normales; alta, FALLECIDO”.
Desde el Hospital El Carmen emitieron un comunicado donde junto con expresar sus más sinceras condolencias a la familia, asegurando que están en constante comunicación, indicaron que instruyó un sumario administrativo, además de una auditoría clínica para analizar el detalle de lo ocurrido.
“Reiteramos nuestro sentir y extendemos nuestro pésame a la familia del lactante, enfatizando que, como comunidad hospitalaria, continuaremos trabajando incansablemente para mejorar la calidad de la atención y garantizar la entrega de prestaciones dignas y oportunas a nuestros usuarios y usuarias”, sentenciaron.
Scarlette comenta que realizaron la denuncia correspondiente ante Fiscalía, desde donde confirmaron la recepción del caso y su derivación a la Unidad de Víctimas y Testigos. Sin embargo, al cierre de esta edición, no se ha notificado contacto con los afectados ni avance en la investigación, quienes insisten en que buscarán visibilizar lo ocurrido hasta obtener justicia.