Hace 63 años la perrita «Laika» fue enviada a morir al espacio

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El 3 de noviembre de 1957 la perrita rusa «Laika» se convertía en el primer ser vivo en abandonar el planeta tierra. Tras pasar varias pruebas, los rusos lanzaron ese día el Sputnik 2. La perrita, que fue recogida desde las calles de Moscú, fue sometida a innumerables pruebas, para ser enviada en una misión suicida.

En esos años no se informó, pero la cápsula en la que iba el can, no tenía forma de regresar a la tierra. Laika, no fue la única en ser enviada al espacio. Pero la historia comienza antes. Y tiene un contexto.

El mundo experimentaba lo que conocemos como guerra fría y el líder soviético Nikita Kruschev, llebaba dos años al mando tras la muerte de Joseph Lenin. Por esos años, la carrera espacial, que ponía en competencia a los Estados Unidos con los Soviéticos, estaba desatada.

Con dos potencias intentando imponer su visión política y económica al mundo, la conquista del espacio les permitía demostrar poder, fuerza, tecnología y desarrollo.

Pero las prisas, dicen por ahí, son malas consejeras. Kruschev invirtió grandes sumas de dinero, y por ello el primer satélite soviético se puso en órbita el 4 de octubre de 1957.

Adportas de celebrar 40 años de la revolución comunista, el mandamás de la Unión Soviética pidio a Sergey Korolev, ingeniero responsable del programa espacial, un hito espectácular.

En en ese contexto que aparece la idea de enviar un perro al espacio. Sin tecnología para poder hacer retornar una nave, la muerte de la escogida sería segura. Pero eso no se dijo.

De hecho, los soviéticos difundieron por años la farsa de que Laika había muerto sin dolor, tras una semana sobrevolando el espacio. Sin embargo, con el tiempo la verdad emergió: Laika murió seis horas después del lanzamiento, tras sufrir varios problemas respiratorios y un paro cardiaco, ante una cápsula que se sobrecalentó.

Así escogieron a Laika

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Para escoger qué perro iría al espacio, los soviéticos tuvieron algunos criterios. El perro debía ser pequeño, y pesar máximo 7 kilos, por razones de espacio. Asimismo, consideraron que los perros de raza eran demasiado delicados para esa misión. Por lo cual, las candidatas a ir al espacio fueron reclutadas en las calles de Moscú.

Además, indica la BBC, «los especialistas preferían trabajar con hembras, a las que consideraban más disciplinadas, y los animales de pelo liso se veían como más adecuados para la instalación de sensores».

Tras varias pruebas fueron 10 candidatas a ir al espacio. Eran todas hembras, pues los rusos las consideraban más disciplinadas. Tras medir la resistencia en la cámara de presión centrífuga, Makhu, Laika y Albina fueron las finalistas.

En un contexto donde proyectar éxito era primordial, Albina fue descartada por encontrarse preñada. En tanto Makhu se descartó por tener las patas chuecas: es decir, era poco fotogénica.

¿Un dato curioso? El nombre Laika, a raíz de la odisea del animal, se popularizó en todo el mundo. ¿Quién no conoció una perrita llamada Laika?. El nombre tiene su origen en el ruso, y significa literalmente «ladradora».

Una perra enviada a morir al espacio

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Del tamaño de una lavadora era el Sputnik 2 y fue ahí donde metieron a Laika, conectada a sensores de respiración. Además, los soviéticos podían medir temperatura y presión. Por ello, los días previos al lanzamiento, Laika tuvo que pasar extenuantes jornadas dentro de la cápsula, con el fin de que se acostumbrara.

Fueron los sensores conectados a Laika los que mostraron lo que pasó con la perrita. Durante el lanzamiento, el ritmo de pulsaciones de Laika se triplicó respecto a su estado normal. Además, el pulso del can demoró tres veces más en volver a niveles normales, respecto a las pruebas que se habían hecho en tierra.

Los sensores de temperatura mostraron la terrible situación que vivió Laika. La temperatura en la cápsula subió por sobre los 40 grados. Seis horas después del despegue, el corazón de la perrita más famosa de la época se había paralizado, producto del calor, el estrés y de una prueba para la que no estaba preparado el animal, ni su nave.

En total el cuerpo de Laika dio 2.370 vueltas en órbita antes de quemarse al entrar en la atmósfera un 14 de abril de 1958.

Las mentiras de la prensa y otros animales enviados al espacio.

Durante una semana los diarios soviéticos engañaron a su pueblo. Las publicaciones oficiales daban cuenta de la salud del animal, e incluso ilusionaban a la gente con al falsa idea que la perrita podía regresar.

Los medios internacionales caían anonadados ante el logro soviético: pero todo era falso.

La mentira se volvió en contra. La agencia de noticias soviética informó que la perrita había sido sacrificada por motivos «de humanidad». Desde entonces, la indignación en la opinión pública fue creciendo como la espuma.

La muerte de Laika fue el primer eslabón de una seguidilla de lanzamientos que incluyeron animales. En total los soviéticos enviaron al espacio a más de 45 perros. Los estadounidenses, por su parte, apostaron por enviar monos. 15 fueron enviados por los yanquis, y 8 murieron.

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