Mientras los analistas de Apuesta en deportes aquí evalúan el futuro de Plymouth Argyle en el Championship, el club ha decidido prescindir de Wayne Rooney tras una serie de resultados desastrosos que han dejado al equipo en el último lugar de la tabla.
El Desastre en Plymouth
Los números son demoledores: el equipo ocupa el último puesto (24º), no ha ganado en nueve partidos consecutivos (seis derrotas y tres empates), y en los últimos 14 encuentros solo ha conseguido una victoria. Como las grandes figuras de Wimbledon, Rooney llegó con una reputación formidable, pero su rendimiento no ha estado a la altura de su nombre.
Una Carrera de Fracasos
La trayectoria de Rooney como entrenador es una sucesión de fracasos. En Derby County, su primer equipo, logró evitar el descenso en su primera temporada completa, pero no pudo evitar la caída a League One en la siguiente, aunque el club sufrió una penalización de 21 puntos.
Su experiencia en la MLS con DC United tampoco fue mejor: último lugar en la conferencia en 2022 y fuera de playoffs en 2023. En Birmingham City, tomó un equipo que ocupaba el sexto lugar y lo llevó al vigésimo en solo tres meses, con solo dos victorias en 15 partidos.

El Final del Camino
Plymouth representaba una última oportunidad de redención. El presidente Simon Hallett lo describió como un «candidato apasionado e inteligente» que podría traer un «fútbol emocionante y atacante». Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente: el peor ataque de la liga (22 goles), la peor diferencia de goles (-29) y derrotas humillantes como el 1-6 ante Norwich y dos 0-4 consecutivos.
Al igual que muchos grandes campeones que brillaron en Roland Garros, la transición de Rooney de jugador a entrenador demuestra que el éxito en una faceta del deporte no garantiza el triunfo en otra. La diferencia es que mientras algunas leyendas deportivas logran reinventarse, Rooney parece incapaz de encontrar su camino en los banquillos.

La comparación que hizo con Guardiola tras la derrota ante Coventry resume su desconexión con la realidad: «Miren al City, incluso uno de los mejores equipos puede pasar por momentos difíciles». La diferencia es que mientras el City de Guardiola lucha por títulos, el Plymouth de Rooney luchaba por la supervivencia, una batalla que finalmente ha perdido.
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