Ariel Francisco Ticona Ibarra tiene 28 años, es maipucino y hace dos años que se interesó por realizar el arte de tejer en telar azteca. Actualmente vende bufandas, gorros y portalápices en el patio delantero de su casa, ubicada en Villa el Abrazo, y detrás de este joven emprendedor hay mucho qué contar.
Debido a su condición de Síndrome de Down, sus padres prefirieron ingresarlo a un colegio diferencial desde que tenía cuatro meses de edad y eligieron el establecimiento Las Violetas, lo cual fue bastante importante en su etapa educacional.
“Preferí llevarlo a un colegio diferencial, porque no soy muy partidaria de los colegios inclusivos, porque en una sala de cuarenta niños, es muy difícil que puedan estimularlo de forma eficiente”, afirmó Alicia, su madre.
A su edad, Ariel ha realizado diversas actividades recreativas. Ha participado en un grupo folclórico junto a sus padres, ha jugado fútbol e incluso ha intentado con el golf.
Le gusta ver jugar a la selección chilena, a pesar de que no estaba contento por el empate contra Argentina, admite que los trasandinos son bastante buenos, por lo que eso le da cierta tranquilidad.
El joven nos cuenta que la pandemia le ha frustrado la vida amorosa, debido a que no se ha podido encontrar con Helen, su polola desde hace ya dos años. Sin embargo, el amor es más fuerte, por lo tanto, la llama todos los días para saber cómo está.
“No la veo desde el 14 de febrero, que ese día cumplíamos dos años, le pedí pololeo el día de los enamorados”, comentó Ariel, además de confesarnos que es un romántico, y que en una oportunidad le cantó con micrófono en mano a su polola la canción de Leonardo Favio, “Te regalé una rosa”, en una versión única, con la sinfonía de la teleserie “Soy Lorenzo”.
Venta del Día del Padre
A los 17 años entró al colegio Monte Carmelo. Allí realizó talleres de manualidades, en compañía de sus profesoras, las tías María y Paola y fue ahí donde comenzó a interesarse por el arte del telar.
“Al principio me costó pero aprendí”, contó Ariel, quien ya ha hecho docenas de trabajos con los telares.
Hoy, acercándose al día del padre, decidió vender sus productos, para un fin en específico. Vende bufandas, cuellos y portalápices. De todos los tamaños y de todos los precios. Sus valores oscilan entre los mil y 6 mil pesos.
Ariel, como la mayoría de las personas, tiene un sueño. Él está guardando las ganancias de su emprendimiento para comprarse una casa con el anhelo de independizarse y poder vivir junto a su polola.
Por el momento, quien maneja sus ventas telefónicas es su madre Alicia: Si desea comprar algún producto a Ariel, se debe comunicar al +56 9 91626642.
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