Como cada día, José Luis Sbarbaro (23) se dirige rumbo al club Team Cayo de boxeo. Ubicado en la intersección de Avenida Portugal con Av. Matta, este lugar ha sido parte de su rutina desde 2022, año en que comenzó a ser profesional en su rama.
Ligado al deporte desde que era muy pequeño, «Kotto», como es conocido hoy en día, comenzó sus primeras andanzas en el club de fútbol Gremio de Longitudinal. El fútbol fue su primera pasión, hasta aproximadamente los 15 años, que fue cuando como un adolescente entró por primera vez a un gimnasio de boxeo.
«Cuando me puse los guantes, nunca más me los quise sacar. Aunque había practicado otros deportes, el boxeo me apasionó de manera diferente», cuenta José Luis.
Este cambio en su vida lo llevó a levantarse horas antes del colegio para poder entrenar. «Los profesores me dejaban dormir en algunas clases porque entendían que yo entrenaba», comenta orgulloso el actual cuarto lugar nacional del ranking en la categoría Superpluma.
A nivel amateur, José Luis comenzó en el Club México y a lo largo de su vida ha tenido una gran preparación para hoy ser profesional. Sus pasos por Argentina y Estados Unidos fueron la previa para llegar a tener su primer combate el 10 de septiembre de 2022 contra Pablo Villafane.

«Las experiencias afuera me han forjado como boxeador y como humano, ya que estuve mucho tiempo solo afuera y estar rodeado de personas de un nivel tan alto te hace cambiar de mentalidad», expresa.
Dentro de sus éxitos antes del profesionalismo, José Luis fue subcampeón nacional en la categoría 56 kg en 2018 y subcampeón nacional en los 60 kg en 2019. En total, desde 2017, participó de 47 peleas, las que le permitieron medirse ante algunos de los mejores boxeadores del país.
Durante 2021 viajó para entrenar y competir a nivel amateur en California, Los Ángeles, Orlando, Nueva York y Buenos Aires, visitas que no hubiesen sido posibles sin el apoyo de su familia y su entrenador.

La pelea más complicada del profesionalismo: José Luís y la dificultad para financiar una carrera
Si fueras José Luís Sbararo, cada mañana tendrías que ejercitarte físicamente: Pliometría, trabajos de pesas o correr son típicos en los entrenamientos del maipucino. «Si la pelea está lejos, el trabajo es más pesado, si está cerca, es más específico», explica el boxeador.
Durante estos dos años como profesional, el boxeador maipucino ha logrado disputar 4 combates oficiales, teniendo que financiar él, su coach Mariano Cayo y su familia la organización de cada uno de los eventos.
«Mi mamá, mi pareja y mi entrenador han sido fundamentales para que yo pueda pelear, no solo estoy contra otro luchador arriba del ring, estoy contra todas las dificultades», comenta José Luís.
Rifas y bingos han sido fundamentales para que José Luís haya podido librar sus anteriores combates. Sus últimas peleas las disputó y ganó en Valdivia y en Iquique, ciudad donde consiguió dos de sus cuatro triunfos.
Además, el profesional trabaja actualmente en las madrugadas como guardia de seguridad en Santiago Centro, lo que complementa con la realización de clases personalizadas y grupales en el gimnasio de su coach.




Durante estos años, el maipucino ha quedado abajo de combates y campeonatos por no poder costear su carrera. Si bien, el panorama es complicado para «Kotto», él no pierde la esperanza de poder pelear dentro de la comuna.
«Sin el apoyo económico, yo no podría concentrarme en entrenar», señala José Luís, quien tuvo la oportunidad de ver al alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, en la inauguración de canchas de fútbol en la comuna.
«Más que buscar ayuda, yo estoy buscando oportunidades para demostrar lo que sé hacer. Estamos buscando poder pelear dentro de Maipú y demostrar que en la comuna hay talento», expresa José Luís.
Con la ilusión de seguir escalando y continuar con su historial positivo en el profesionalismo, José Luís Sbarbaro no olvida sus objetivos, los cuales lo han llevado a superar complicadas situaciones y que hoy lo tienen en el primer nivel nacional.
«Mi sueño siempre ha sido ser campeón mundial y lo voy a ser. Lo ideal para 2025 es conseguir el apoyo necesario para pelear acá en Maipú y seguir subiendo en mi categoría. También espero poder dejar huella en las nuevas generaciones, ser un ejemplo de que todo se puede conseguir con trabajo y lucha constante», cierra.
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