Hace unos días, el maipucino Alberto Abarza le dio a Chile la primera medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, luego de ganar la final de 100 metros espalda. Si bien hoy celebra el gran momento, y aun le quedan un par de competencias, el camino hasta la gloria ha estado marcado por la perseverancia y el esfuerzo ante la adversidad.
Alberto Abarza fue diagnosticado desde su nacimiento con el síndrome de Charcot-Marie Tooth, una neuropatía degenerativa que atrofia los músculos. Ante esto la natación aparecía como una de las mejores terapias para atenuar los efectos de la enfermedad, es así como a los dos años ingresó por primera vez a una piscina de la Teletón. “Sin la Teletón no sería nada, no sería papá, nadador, no iría a trabajar. El amor que te entregan, que te enseñan a dar…”, contó Alberto a El Deportivo respecto a la importancia que la Teletón ha tenido en su vida.
Sin embargo su cuerpo comenzaba a sufrir las consecuencias de su enfermedad. A la edad de 15 años se le quitaron las ganas de levantarse y salir de casa abandonando el colegio por dos años. A los 21 seguía sumergido en la crisis que lo llevaron a fumar dos cajetillas de cigarros al día, pero su padre con solo una charla sería el encargado de traerlo de vuelta. De esta forma Alberto retomó los estudios, consiguió trabajo y formó una familia, pilares fundamentales para su desempeño deportivo.
Alberto Abarza, siendo triple medallista dorado en los Parapanamericanos de Lima, no recibió ayuda para su preparación hacia el principal evento deportivo a nivel mundial. En declaraciones a El Deportivo, en marzo del año pasado, Alberto decía: “Tuve una suerte de encontrón con el comité Paralímpico, que es el que administra los recursos, porque ellos no creyeron necesario que saliera del país para entrenar. Les dije que sí lo era, ya que la piscina del Nacional estaba en ese tiempo a 19° C, pero por mi discapacidad no puedo entrenar en una piscina con esa temperatura”.
Las dificultades económicas y la necesidad de preparación llevaron a que la madre de Alberto tuviera que vender la casa para poder costear su entrenamiento. Esfuerzo que hoy la tienen a ella y su familia celebrando el triunfo que dejará a su hijo grabado en la historia del deporte nacional.
“El 90% de los deportistas de alto rendimiento en Chile, o incluso más, son de altos recursos. No creo que haya deportistas olímpicos de bajos recursos. No veo deportistas que hayan salido de La Pintana, Maipú o Cerrillos. Si ves a las hermanas Abraham, los hermanos que tienen la laguna, Tomás González, Kristel Köbrich; todos tienen recursos. Y es porque hay que tener recursos en este país para hacer deporte”, dice Alberto Abarza respecto a las dificultades que los deportistas de pocos recursos tienen que vivir para dedicarse al deporte.
Pese a todas las dificultades que le ha tocado enfrentar, la vida le tenía preparado un enorme premio que lo tienen a él, su familia y un país entero festejando.
Pasadas las 04:30 horas de la mañana del miércoles 25 de agosto, Alberto Abarza, compitió en la final de 100 metros espalda categoría S2. Tras una estrecha batalla contra el brasileño Gabriel Dos Santos, terminó en primer lugar de la carrera con un tiempo de 02:00:40. De esta forma Abarza vería materializados todos los esfuerzos y duros momentos que le han tocado vivir consiguiendo la medalla de oro en los Paralímpicos de Tokio 2020, la segunda medalla de oro de nuestra historia.
“Queda más que demostrado que los sueños se cumplen, siempre soñé con cantar el himno en unos juegos y para cantarlos había que ganar la medalla y veníamos por ese sueño”, decía Alberto Abarza tras ganar la medalla de oro y cantar con orgullo el himno nacional en Tokio.
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