Pablo Carlier, Joselyne Millán y Patricio Herrera, vecinos de Maipú, han logrado lanzar el juego de mesa Make Make al mercado, el cual se inspira en la cosmovisión Rapa Nui. Pablo y Joselyne, se reunieron con La Voz en la tienda Ludi para contarnos más sobre esta historia.
Sin mayores conocimientos, sólo siguiendo el hobby y la afición que se transformó en un proyecto viable, los vecinos comienzan a trabajar en su sueño.
«Patricio, Joselyne y yo queríamos hacer juegos, no éramos expertos en juegos, no éramos expertos en ni una cosa relacionado a esto, porque aquí no hay carrera para estudiar. Yo estudié arquitectura, mi amigo Patricio es diseñador industrial, ella es profesora de física, no tienen nada que ver con el juego, pero siempre jugamos», comenta Pablo.
«Esto nació sin saber nada», dice Joselyne por su parte.
El juego Make Make «está basado en los mitos y leyendas de Rapa Nui», indica Pablo. Consiste en una disputa entre distintos clanes de la isla, en donde hay piezas que representan a los jefes de los clanes, llamados Ariki, los cuales llevarán a cabo una disputa por invocar al dios Make Make y que así obre a favor de su clan, siendo este el objetivo del juego. Además, se cuenta con piezas de moai, que sirven para la protección de todos los clanes en el juego.
«Es un juego que sirve mucho para poder mostrárselo a las personas iniciando en los juegos de mesa, porque son reglas muy sencillas», dice Pablo.

El juego, de la editorial chilena Circoctel, tiene una modalidad de entre 3 y 4 jugadores, en donde cada uno escoge su clan. Un juego para toda la familia, a partir de los 8 años, con partidas de alrededor de 30 minutos, en donde los participantes deberán implementar una estrategia para dominar la isla y se familiarizan con conceptos propios de la cultura Rapa Nui.
«Se ocuparon hartos conceptos para poder también ocuparlo como herramienta educativa de los pueblos originarios», indica Joselyne, destacando el valor agregado del juego.

Make Make y la conexión de Maipú con Rapa Nui
«Aquí en Maipú existe una conexión con la gente de Rapa Nui que es muy poco conocida. Nosotros tenemos un moai al lado de la Biblioteca de Maipú, y ese fue un moai regalado real. Hubo un intercambio cultural. Yo me acuerdo cuando era chico, salía en las noticias de la época, que se hizo un intercambio cultural muy profundo. Nosotros recibimos un moai, y moai no hay en todas partes», comenta Pablo, refiriéndose al moai traído en 1994 en un intercambio cultural entre los municipios de Maipú e Isla de Pascua, ubicado en Plaza Rapa Nui, en la esquina de las calles Alberto Llona y Chacabuco, en plena Plaza de Maipú.
Indagando más en la historia de los autores, Pablo nos comenta:
«Yo había tenido la posibilidad de participar de lugares ñoños, cuando era cabro en la universidad, que eran pubs de juegos que existían en la época, estamos hablando del año 2000. Estaba estudiando en la Universidad Mayor, eso me permitió a mí tener puros amigos del barrio alto, entonces me iba a carretear con ellos y ahí conocí los play pubs. ¡Por qué nunca había visto esto, puedo carretear y jugar, me tomo un copete y además tengo un juego, maravilloso!».
«Para nosotros fue un tremendo logro ser de Maipú y que te pesquen. En el fondo, nosotros no pertenecemos a la órbita del mundo de los juegos de mesa, que se da por lo general en el barrio alto», indica Pablo.
«Si tu te das cuenta y haces la revisión de los lugares en donde hay sólo tiendas de juegos de mesa. Aquí en Maipú está Ludi, las demás son de Trading Cards. Vas a Providencia, Ñuñoa, Las Condes, tienes lleno de tiendas de juegos de mesa porque se vende más», dice Joselyne.
Gracias a la gestión de Rodrigo López, editor de Circoctel, el juego pudo venderse a otros países, tales como México, Estados Unidos, Canadá, Francia y Australia. El diseño se le debe al artista Gianfranco Giordano, quien, en palabras de Pablo «es uno de los secos a nivel nacional en el mundo de los juegos de mesa».
Pablo comenta que anteriormente «había hecho juegos, pero siempre en el contexto de hogar, nunca pensando en que pudiese transformarse en algo que pudiese generar ventas o que me pudieran pagar por eso. Nunca pensé que esto se pudiera transformar en algo real, y con Make Make nos dimos cuenta que sí».
«Para nosotros fue muy rico trabajar juntos, lo pasamos muy bien trabajando juntos», indica Pablo, quien tuvo la buena experiencia de trabajar con su pareja, Joselyne, y su vecino y amigo Patricio, quienes en conjunto lograron colaborar y crear este juego, también con la colaboración y edición del equipo de Circoctel, con Rodrigo López como editor y Gianfranco Giordano en ilustración, quienes se interesaron por el proyecto, apostaron por este y lograron lanzarlo con un bello diseño en 2022.
El juego, lo puedes encontrar a la venta en la tienda Ludi, ubicada en Monumento #1636, Maipú, así como en otros comercios de Santiago.
«Esto es un paso ya dado y ahora hay más proyectos (…), los procesos creativos siguen», indica Pablo, quien continúa en la creación de otros juegos, recordando el éxito que tuvo en su debut, junto a sus co-autores, con Make Make.
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