Empezó junio, y con ello el mes del orgullo para la comunidad LGBTIQANB+. Cada año quienes somos parte de la comunidad nos organizamos para exigir, a un Estado históricamente ausente, que se nos asegure un mínimo de calidad de vida, en donde podamos desarrollarnos sin el miedo constante a que nos maten solo por nuestra orientación sexual, nuestra identidad de género o nuestra expresión de género.
La violencia en contra de nuestra comunidad, lamentablemente, pareciera ir en alza y vemos, a lo largo de Latinoamérica, distintos retrocesos que generan miedo e inestabilidad constante en nuestras vidas. En Argentina, hace muy poco, quemaron vivas a 4 mujeres lesbianas, 3 de ellas murieron. Habían recibido amenazas anteriormente por ser lesbianas. En Perú, declararon a las personas trans como enfermas mentales, contrariando incluso a la comunidad científica. En Chile, según el XXII Informe Anual de los Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, el 2023 fue el año en que más atropellos a la comunidad LGBTIQANB+ se registraron, llegando al número de 1.597, teniendo la cifra histórica más alta en nuestro país.
Como comunidad, entendemos perfectamente que el problema de seguridad y el miedo es algo extendido a lo largo de nuestro país, y que la sensación de inseguridad ha ido en aumento en general en la sociedad. Pero frente al miedo de que nos asalten, nos roben, etc. también debemos sumar el deterioro que genera pensar que constantemente y en cualquier lugar nuestras vidas corren peligro, solo por ser parte de la población LGBTIQANB+.
Maipú es una comuna que se ha destacado los últimos años, bajo la gestión del alcalde Vodanovic, por avanzar con excelencia en aquellas cosas que le preocupan a los vecinos y vecinas de nuestra comuna. Si bien se establecieron como prioridades la seguridad, SMAPA y el arreglo de calles, también hemos tenido un importante avance respecto de los derechos de la comunidad LGBTQANB+, justamente eso es una demostración de que hay políticas públicas para todo y no porque nos ocupemos de una cosa, significa que no nos importa la otra.
Fue bajo esta gestión, por ejemplo, y bajo petición de la concejala Ka Quiroz (parte de las escritoras de esta columna) pudimos levantar y crear tanto la Comisión de Género y Diversidad, como la de Seguridad en el Concejo Municipal. Se creó la primera Ordenanza en contra del Acoso Callejero y Manifestaciones Ofensivas, se potenciaba el trabajo socioeducativo con establecimientos educacionales desde el departamento de género y diversidades, y al mismo tiempo se fortalecía la flota vehicular de la dirección de seguridad, se financiaban más cámaras a lo largo de nuestra comuna, se recambiaban luminarias y un largo etcétera de acciones que han ido en pos de mejorar las condiciones de seguridad de nuestra comuna.
Como podemos ver, no hay una dicotomía en avanzar en seguridad y en políticas públicas que protejan a quienes pertenecemos a grupos discriminados y marginados en nuestra sociedad, porque, de hecho, la violencia que sufrimos no es solo un problema de violación a nuestros derechos humanos, sino que también es un problema de seguridad.

El día de ayer, 4 de junio de 2024, se votaba en la cámara de diputados y diputadas una modificación y fortalecimiento a la ley Zamudio (20.609). Una Ley que desde que fue promulgada ha mostrado ser un texto poco efectivo en la línea la prevención y erradicación de la discriminación. Las modificaciones propuestas van en la línea, justamente, de fortalecer la prevención de la discriminación, además de promover y garantizar de mejor manera el principio de igualdad consagrada en la Ley.
- La modificación a la Ley incluía la creación del delito de “acoso discriminatorio”, que busca penalizar las manifestaciones ofensivas con razones de orientación sexual, discapacidad, religión, etc. Por otra parte, permitía que organizaciones sin fines de lucro puedan presentar acciones judiciales para defender a victimas de discriminación. Pero lo más importante es que esta mejora buscaba crear una institucionalidad que permitiera combatir, de manera efectiva, la discriminación y también prevenirla, fomentando además la inclusión.
Con votos en contra de nuestros diputados (distrito 8) Cristián Labbé, Agustín Romero, Rubén Oyarzo, y las abstenciones de Joaquín Lavín y Alberto Undurraga esta importante modificación fue rechazada por la cámara. Inentendibles votaciones, considerando que, como pudimos ver anteriormente, esta Ley no solo aporta a mejorar e igualar las condiciones de vida de la comunidad LGBTIQANB+ con la del resto de nuestros compatriotas, sino que también buscaba proteger a personas mayores, personas con discapacidad, y a todos los grupos históricamente marginados de nuestra sociedad. Pero parece que nuestras vidas importan menos que hacer un punto político. No es casualidad que las 3 mujeres, diputadas de nuestro distrito, hayan votado a favor, pues también han vivido la violencia que nuestros diputados parecen no ver.
Esperemos que después de ver esta burda desconexión con la realidad comunal y nacional, y las necesidades de todas las personas, los partidos de nuestros queridos diputados demuestren decencia y colaboración en comisión mixta, para que así nuestro sueño de vivir vidas sin miedo no vea más postergaciones.
Ka Quiroz Viveros. Concejala de Maipú, lesbiana y presidenta de la comisión de género y diversidad.
Merry Hernández, bisexual, administradora pública y militante del frente amplio.
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