Abel Acuña (29), maipucino, falleció el 15 de noviembre de 2019 en las inmediaciones de Plaza Baquedano tras un paro cardiorrespiratorio por inhalación de gases lacrimógenos y la interrumpida labor de los grupos de rescate por la acción de los carros lanzaaguas.
Los días que circundaron su muerte implicaron una serie de protestas en el Parque Tres Poniente. En una entrevista exclusiva con La Voz de Maipú, a un año de su muerte, Anselmo, padre de Abel, nos abre las puertas de su casa y de sus recuerdos.
Nos recibió un hombre con una calma y amabilidad que conmovía. Nos ofreció bebida y galletas. Ahí nos contó de Abel y el cariño que cultivó en su entorno, expresado en las más de dos mil personas, que afirma, asistieron a su funeral. Querido por todos, insiste, “desde la barra de la U a la del Colo”.
Reconoce haber estado ajeno a todo tema político; su única preocupación fue inculcarle valores y el respeto de los Derechos Humanos a toda persona.
Don Anselmo cuenta que se enteró de lo que había pasado en Plaza Dignidad cuando vio el cuerpo frío de su hijo, que nunca intuyó la gravedad de la situación, pues en la llamada que Rodrigo -amigo de Abel- les hizo sólo les indicó que fueran a la ex Posta Central, que ahí estaban los dos.
Abel habría sido reanimado en el mismo entorno de la Plaza, pero los intentos fueron infructuosos, pues los gases lacrimógenos y el agua para dispersar a los manifestantes, impidieron prestarle el socorro en los momentos que se debatía entre la vida o muerte.
Y, pese a los antecedentes médicos que él tenía, don Anselmo señala que ese argumento lo han utilizado las fuerzas policiales para justificar su responsabilidad en la muerte de Abel, pues “gran cantidad de chilenos tienen antecedentes previos (…) pero eso no da derecho a quitar la vida a una persona”.
“La violencia se produce porque no hay justicia”
Cuando uno le pregunta a don Anselmo qué esperan como familia, él responde sin titubear “justicia”.
Sin embargo, agrega que, más allá de encarcelar a los responsables directos, se necesita una reforma a Carabineros de Chile, particularmente Fuerzas Especiales, porque “no es posible que por ir a reclamar tus derechos fundamentales salgas herido, salgas asesinado”. Su percepción es que son agentes preparados para la guerra combatiendo a personas comunes y corrientes, incitando a la violencia de la gente.
Sobre la violencia, su opinión es que se produce porque “no hay justicia”. Para él es imperante la reforma a las pensiones, a la educación y que exista equidad; sin ella, “no se puede vivir tranquilo”.
“Abel votaría Apruebo”
Al conversar sobre el proceso constituyente, cuyo acuerdo fue firmado la madrugada del mismo 15 de noviembre en que Abel Acuña falleció, don Anselmo señala que él cree que su hijo estaría conforme, porque este reivindicaría los Derechos Humanos.
Finalmente, ante la pregunta de si Abel votaría, nos responde que “votaría Apruebo”.
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