Una mujer de 80 años no relacionada con la iglesia fue implicada en un macabro descubrimiento de un cuerpo en una maleta en Ñuñoa. La Arquidiócesis de Santiago confirmó que la difunta, una mujer de 60 años, no era monja, a pesar de la confusión inicial. La madre, presunta monja, alegó que los restos correspondían a una colega fallecida. La hija, recién llegada de Italia, es la única ligada a la iglesia. La institución eclesiástica respalda investigaciones para aclarar esta inquietante situación.