Voz del Vecino: Pésima atención en el Rincón Alemán 2.0

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Esta sección de La Voz está creada para publicar las denuncias de los vecinos en general. Esta vez, es el mismo Director de La Voz, quien narrará su experiencia en el Rincón Alemán 2.0. Acá, le dejamos su relato.

Debo reconocer que me costó usar esta sección para relatar un hecho que me pasó hace unos días, en el Rincón Alemán 2.0. Un bar-pub, ubicado en la calle Chacabuco entre Monumento y Manuel Rodríguez. Y digo que me costó usar la sección, pues está pensada para los vecinos y no para mis experiencias. No obstante, mi mujer me convenció. “Lo que nos pasó, puede pasarles a otros maipucinos”, me dijo. Encuentro que tiene toda la razón.

 UNA NOCHE FATAL

La noche del sábado 17 de marzo decidimos salir junto a mi mujer y dos primos de ella, a charlar un rato. Por sugerencia de “la prima” fuimos a un conocido bar en calle Pajaritos. La atención era buena, pero la música estaba muy fuerte, lo que dificultaba la conversación. Decidimos abandonar el lugar. Propuse ir a mi querida “Higuera” a comer algo y sorber algunos de sus deliciosos tragos. Para mala suerte, estaba cerrada, por lo cual decidimos entrar al Rincón Alemán 2.0, ubicado en calle Chacabuco 178.

Ingresamos al local y vimos que la atención a la mesa, era casi inexistente. Si bien la música estaba fuerte, la ubicación de mesas en el exterior, nos propició el ambiente para hablar.

Cerca de las cinco de la madrugada, tras haber ido a comprar unas cervezas, las cortinas del local se bajaron. Acto seguido comenzaron a hacer aseo en el sector que nosotros estábamos. De pronto, un guardia nos dice que “chiquillos, se tienen que ir”. Le explicamos, que lo haríamos, sin embargo queríamos beber las cervezas que minutos antes se habían comprado en el local. Al final, y en muy malos términos, nos dijo que “les doy 10 minutos”.

No pasaron ni 3 minutos y un segundo tipo llega a decirnos que nos tenemos que ir. “La prima” le dice que le entreguen un vaso plástico, para llevarse su cerveza. La situación era tensa. Por un lado la prima le decía que si la echaban se iba con la cerveza en el vaso de vidrio, pues había pagado por ella. El tipo decía que no se podía llevar el vaso y que no tenía vaso de plástico. Un tira y afloja.

El tipo desapareció 2 minutos y llegó con un vaso plástico. En el momento, “la prima” se da cuenta que el vaso viene lleno de tierra en su interior y ahí se arma la tole tole. Ella le pregunta si “¿me quieres huevear?” y el tipo nos increpa y nos dice que nos vayamos. Llega un segundo sujeto, de estatura pequeña, pero fornido quien nos grita que nos vamos. Me declaro un tipo quitado de bulla. Casi nunca salgo a este tipo de locales y les pedí a mis acompañantes, que mejor nos fuéramos. Yo salí a pasarlo bien, no a meterme en problema. Así que abandonamos el «sucucho».

Estamos arriba del auto, estacionados fuera del bar y el tipo me dice “no vuelvan más, si vienen de nuevo los vamos a echar”. Le miro y le pregunto “¿me estás hablando en serio”. Me dice que sí y me invita a pelear “¿te vai a parar conchetumadre? Yo soy el dueño de este local y hago lo que quiero”, me dice.

El tipo me decía “ándate conchetumadre”, y eso que yo ya estaba en el auto, fuera de su local. Le hice ver que “la calle no es tuya, ya me fui de tu local y no pienso volver, pues eres un ordinario” y ahí estaba el guardia, al lado del auto, presto a atacarnos. Me fui indignado, prometiendo jamás volver a nada que diga “Rincón Alemán” y pensando que cada vez que el concejo municipal aprueba estas patentes, debería investigar quienes serán los dueños y qué tal tratan a sus clientes.

En este caso, el dueño (si es que lo era) demostró no tener ni la más mínima idea de cómo tratar al público y terminó, además de insultando, ofreciendo hasta combos. ¿La moraleja? Cuando salga de noche, vea bien donde acude. La idea es pasarlo bien y no terminar amargado por tipos carentes de modales y más encima matones.

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