Álvaro Cáceres parte contando que nunca esperó sacar un puntaje máximo en la PAES. El día en que daban los resultados, dejó puesta la alarma y estaba solo en su casa cuando revisó la plataforma y se encontró con la sorpresa.
“Le saqué el pantallazo y se lo mandé a mi papá y mi mamá. Ellos se emocionaron mucho, lo difundieron y me empezaron a llamar todos”, recuerda el joven estudiante del Liceo Nacional de Maipú, el único establecimiento público que logró un puntaje máximo en la comuna.
Después de pasar casi toda su enseñanza media entre el estallido social y la pandemia, reconociendo que a pesar de todos los esfuerzos del liceo le costó concentrarse en los estudios -y aprovechó de profundizar sus habilidades tocando bajo-, cuenta que este último año “le dio con todo”, aunque nunca con una sobreexigencia.
“Por el buen promedio, varios tuvimos una beca de gratuidad en el Preuniversitario Pedro de Valdivia, y eso ayudó harto con las mismas clases del liceo. No era tan aplicado, pero si estaba en clases ponía atención, hacía los ejercicios, de repente si estaba en una clase de Historia, por ejemplo, y no me llamaba mucho la atención, me ponía a hacer una guía de matemáticas, pero nunca pensando en llegar necesariamente a esta meta del puntaje más alto”, relata el maipucino, quien lo que sí tenía claro era lo que quería estudiar: Ingeniería Civil.
Ximena Barahona, profesora de matemáticas que además fue profesora jefe de Álvaro, expresó su orgullo por el logro del estudiante además de señalar que en los últimos años, trabajando en el liceo, ha recuperado la esperanza en la movilidad social.
“El nivel de trabajo de este colegio es una oportunidad increíble para los chiquillos a nivel de materiales, al menos desde la perspectiva de las matemáticas. Llevo 30 años haciendo clases, ad portas de terminar mi vida laboral y encuentro maravilloso terminar el proceso trabajando en la excelencia académica, dándole oportunidades a todos, sin excepción”, destaca la pedagoga.
“Álvaro en particular es un estudiante que optó por hacer lo que tenía que hacer. Dedicarse, ser disciplinado, proponerse metas, sobre todo en estos últimos tiempos que fueron lapidarios para la educación. Desde la docencia trabajamos durísimo por lo que entregamos en pandemia”, comentó Ximena, enfatizando en que aunque como profesores pueden dar todo de sí, la decisión final es del estudiante.
“Él siendo muy reservado, silencioso, con una conducta muy ad hoc a lo que uno espera como profe, tenía claro lo que quería conseguir y a eso fue. Ahora está cosechando los frutos de sus decisiones y solo le queda construir con todo lo que viene”, complementó.
La anécdota: una “talla” que se terminó haciendo realidad
Álvaro recuerda que el día en que se presentó a dar la prueba de Matemáticas 1, la terminó lo suficientemente rápido para revisar varias veces sus respuestas antes de entregarla.
“Llegó el día de la licenciatura, y uno de mis compañeros me preguntó cómo me había ido, y yo leseando le dije ‘no, yo creo que saqué todas buenas, demás saqué puntaje nacional’, él respondió que él también y nos dimos la mano y todo en broma. Jamás pensé que terminaría pasando en serio.
Brecha entre colegios pagados y públicos
Uno de los temas que se vuelve a poner sobre la mesa junto con la entrega de puntajes de este año es la brecha entre colegios particulares, subvencionados y públicos. Un estudio de la UC mostró que los primeros alcanzaron hasta 171 puntos más que los municipales.
Si bien el Liceo Nacional de Maipú es un establecimiento público, dependiente de la Corporación de Educación (CODEDUC), a través de los años ha logrado mantener cierto estándar en cuanto a sus metodologías, haciendo la comparación con otros colegios municipales que hacen lo que pueden con pocos recursos.
“Creo que las oportunidades que se tienen como estudiante definitivamente cambian entre un colegio privado que uno público. Puedes poner el mismo o incluso más esfuerzo, pero un colegio con más recursos hace la diferencia en el desarrollo que uno tenga”, expresó Álvaro.
“Nosotros ya tuvimos una ventaja, como colegio público en este caso, con el acceso al preuniversitario gratis como te contaba. Eso no es algo que todos tengan”, agregó.
Ximena, por su parte, también reconoce que entre los colegios municipales el Liceo Nacional marca una excepción, aunque hace el alcance de que esto no es por los recursos que llegan, porque serían “tan limitados como los que llegan al resto del sector municipal”.
“Aquí hay una excepción en términos del formato de trabajo. En términos de la calidad de material que se le genera a los alumnos. El profe tiene claro que aquí no se trabaja para los estudiantes estrella, se trabaja para todos, y siempre pensando en esta nivelación hacia arriba”, detalló al respecto.
En la misma línea, agrega que de todas formas en niveles generales el sistema es lapidario. “Cuando tienes acceso a profesores particulares que para la familia no significa mucho económicamente, cuando se preocupan que el estudiante tenga una tablet, un celular de última generación, etc, por supuesto que las oportunidades se multiplican”, indica en sintonía con la reflexión que ha habido en la opinión pública al respecto.
Agradecimientos
Álvaro expresó palabras de agradecimiento a sus profesores, primeramente, tanto a Ximena Barahona como también a Sixto Maulen, el profesor del curso enfocado en la preparación de Matemáticas 2. “Él es todo un personaje y hacía las clases súper entretenidas”, destacó.
También a sus compañeros del preuniversitario y del liceo, “a veces más para las risas que para estudiar, pero las risas igual son parte del proceso” y, finalmente, a su familia, incluyendo a su gato Micho, que lo acompañó en todo este año de estudio.
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