Análisis: En Maipú ganó el desencanto

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La Voz de Maipú

Los más fanáticos integrantes de la «Nueva Mayoría» en Maipú, celebraron con justicia que la candidata Michelle Bachelet, subió de un paupérrimo 39% de las votación en la comuna en primera vuelta, a más de un 60%. Sin embargo, más allá de las botellas de champagne descorchadas, se hace menester un análisis serio, respecto a los miles de vecinos que, pudiendo haber ido a votar, no lo hicieron.

El gráfico que acompaña este análisis, da cuenta de una realidad que es alarmante. Si tomamos en cuenta el padrón total de electores en Maipú, podemos ver que un 59,97% de los maipucinos no fueron a las urnas. Es decir, la verdadera nueva mayoría es la de aquellos que optaron, por comodidad, convicciones, ideales o flojera, no salir de sus casas.

De los 343.277 electores habilitados para emitir el voto, apenas 137.407 lo hicieron. Es decir una inmensa mayoría, constituida por 205.870 maipucinos no acudió a emitir su voto.

Algunos dirán que esto «no es tema». Sin embargo la cantidad es inmensa. A nivel nacional, Maipú no escapa de la norma, pues votaron 5,5 millones de electores en el país, de un total de 13.500.000 habilitados. La cifra, es la más baja desde la recuperación de la democracia y varios han asegurado que Bachelet, es una Presidenta de mayoría relativa. Temprano, al momento de ir a votar, Bachelet se ponía el parche antes de la herida. “En democracia gana el que tiene más votos. La legitimidad no depende de cuánta gente vaya a votar”, decía ante la prensa.

En países con voto voluntario las cifras son más altas. En Venezuela la última elección tuvo un 80,52% de participación. Pero volvamos a Maipú. Si tomamos en cuenta el padrón, descubrimos que Bachelet obtiene el 24% de los votos, y Matthei alcanza el 14%. Las cifras son preocupantes, pues de cada 10 maipucinos habilitados para votar, ni siquiera 3 lo hicieron por la candidata de la nueva mayoría.

Las razones para explicar la baja votación son muchas. En primera vuelta 173.484 vecinos votaron; en segunda apenas 137.407. La baja es natural, pues muchos, al ver que su candidato no pasó a segunda vuelta, optaron por restarse. Sin embargo, una inmensa mayoría no tuvo el ánimo para ir a votar. Instituciones políticas desgastadas, desgano y hastío son las causas, que los expertos apuntan para explicar el descalabro electoral que se vivió. Muchos hablan de reinstaurar el voto obligatorio.

Más allá de eso, el verdadero desafío para los políticos, es reencantar a ciudadanos que cada día creen menos en ellos. En el caso de Maipú es urgente que la clase política haga un mea culpa y el centro de las prioridades sean los vecinos. Sin ir más lejos, el gobierno comunal de Christian Vittori, lleva un año en el poder, y la mejoría de la comuna no es lo prometido. Harto show, harta bulla, pero nada cambia.

Si la clase política no honra la actividad que desarrollan, cada vez las autoridades serán elegidas por menos votantes y habrá crisis de representatividad y, lo que es peor, las nuevas generaciones verán en la política solo un grupo de personas que se sirven a sí mismas, y no a actores sociales comprometidos con los cambios que Maipú y Chile necesitan.

Lo de ayer domingo no sólo fue grave, también penoso. Queda mucho camino por recorrer.

 

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