Dolores Pizarro Vidal es esposa, madre y cronista literaria. Estudió en la UTEM y en la Universidad de Chile. Fue galardonada con el Premio Limaclara en Argentina y es fundadora del periódico patrimonial La Ruta.
Ha publicado Crónicas de Maipú, Colegio Internacional Alba: un colegio con historia, Antología musical de grupos folclóricos de Goodyear-Chile y Nosotras, mujeres grandes. Su labor como cronista ha tenido presencia en medios locales, así como colaboraciones en plataformas digitales nacionales e internacionales.
En esta entrevista, conversamos con ella sobre el poder de la escritura como forma de preservar el patrimonio local, su visión del Maipú que fue y el que está por venir.
Dolores, en los años 90 escribiste un libro de crónicas sobre Maipú que hoy podríamos considerar patrimonio literario comunal. ¿Qué te motivó en ese entonces a retratar el Maipú de tu tiempo?
Me motivó el encontrar en Maipú un lugar amable para vivir. Sentí la necesidad de plasmar todo antes de que se esfumara. Había una historia en el ADN de los maipucinos que hacia lo suyo. Los vecinos, silenciosos, vivían sus propias glorias y disfrutaban de todos los espacios comunes que tenían. Solo quise contarles a otros que cerca y lejos de Santiago se respiraba aire fresco y se sentía vecindad. Más tarde que temprano, llegaría la modernidad y el espacio se reduciría, y el Metro con su aporte logístico explosionaría la demografía del villorrio.
¿Consideras que Maipú ha cambiado desde el año 2000?
Sí, hasta la fecha ha cambiado muchísimo. Lo molesto es que ¿por qué no para mejor? ¿O al menos mantener lo bien hecho? La plaza de Armas (o Mayor) tenía un núcleo de confluencia, ahora es imaginario. Lo que sucede con la Virgen del Cruce, monumento referente de Maipú. Lugar sagrado para los devotos y sus mandas, permanece no solo en la memoria colectiva sino que físicamente devastado. Los territorios y los rituales son los que proveen de identidad y ¿hay esperanzas? Al menos, me alegra que aún en Maipú se siga con la devoción religiosa en el Santuario y la celebración del 5 de abril.
¿Qué rol crees que cumple la escritura en la preservación del patrimonio local, especialmente en una comuna como Maipú?
El rol de la escritura es vital para todas las sociedades. Y considero que primordialmente para Maipú como lugar histórico. Aún queda mucho por escribir, divulgar y paradójicamente existe mucho talento local. Entonces, lo que falta son recursos. Cuando comprendí que Maipú era la célula original de la independencia de Chile, advertí lo trascendente que era rescatar el patrimonio, pensando en dejar evidencias de los orígenes y hechos para las futuras generaciones.
¿Tienes alguna crónica en particular que guardes con especial cariño, o que creas que hoy cobra un nuevo sentido al releerla?
Sí, mi crónica favorita “El pueblito de la Farfana”. Sería como leer el futuro… Esto fue lo que vivimos junto al fotógrafo. No conocíamos el sector, a medida que avanzábamos era extremadamente rural. Terminamos el recorrido a pie y debíamos encontrar a quién entrevistar. Se comentaba que la gente estaba reacia a colaborar con los medios. Omití el dato y continué mi búsqueda y encontramos no solo un vergel sino a bellísimas almitas… como no, allí había un conflicto con el agua. De hecho no tenían ni siquiera para consumo básico. Cuando finalmente llegamos, en pleno verano lo primero que se venía a la mente, era pedir un vaso de agua a quien aceptara hablar… y como siempre la divinidad lo arreglo todo. Encontramos no solo a un entrevistado sino a dos y además un gran vaso de agua que compartieron de su acopio gentilmente con nosotros. Como no recordar esta experiencia, en que “compartes lo que no tienes y no lo que te sobra”.
¿Qué opinas de que nuevos escritores maipucinos estén publicando crónicas en La Voz de Maipú y redes sociales?
Me parece fantástico. Son necesarias nuevas voces de expresión y fundamental aquellos que realicen el rescate patrimonial. Tremendo aporte “al alma de un pueblo” y eso es puramente identitario. Si queremos una mejor comuna la creación y difusión literaria patrimonial es el tejido que acoplará los futuros enlaces. Felicitaciones a estos nuevos escritores, y a la Voz de Maipú, que continúan rescatando y difundiendo el legado local.
Las palabras de Dolores Pizarro nos recuerdan que el patrimonio no solo habita en los monumentos, sino también en los relatos que se atesoran en la memoria y se comparten con pasión. En este mes del Patrimonio, su testimonio nos invita a escribir, recordar y defender la identidad de Maipú, una historia viva que aún tiene muchas páginas por contar.

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