Durante este miércoles, se llevó a cabo la consolidación de un convenio entre Gendarmería de Chile y la Corporación Pro Basílica Santuario Nacional de Maipú para que el Templo Votivo de Maipú pueda recibir a personas condenadas por delitos menores para cumplir sus penas en la modalidad de trabajo comunitario.
La iniciativa se enmarca en el trabajo que lleva más de 10 años realizando Gendarmería a través del programa de Prestación de Servicios en Beneficio de la Comunidad (PSBC), en este caso, dependiente del Centro de Reinserción Social de Occidente, quienes tuvieron la oportunidad de compartir con el rector del Santuario, padre Marcelo Aravena, y en una conversación nació la idea.
«Fui invitado a participar en la entrega de certificados de cursos para personas que estaban dispuestas a reinsertarse en la sociedad. Eran personas jóvenes, penados por alguna situación del pasado y me pareció muy bueno que se esforzaran y dieran un paso para dignificarse y crecer como personas», es parte de lo que expone el padre.
«Tras visitar la sede del CRS y tener una larga conversación con los directivos donde me explicaron de qué se trataba el programa de reinserción, me interesé inmediatamente dado que tengo cierta familiaridad con este tema al haber participado en otras actividades penitenciarias similares, y ahí fue surgiendo la idea de por qué no poner al Templo a disposición», agrega el rector.

Oficialmente, se trata de personas que han sido condenadas a penas menores o que acceden a modificaciones de pago de multa, algo a lo que se puede optar una única vez en la vida, debiendo realizar actividades no remuneradas en favor de su comunidad, bajo un convenio de colaboración con entidades externas. 30 días de presidio equivalen a 40 horas de servicio comunitario.
Desde Gendarmería, Paola Velasco Rodríguez, psicóloga y actual jefe técnico regional subrogante de la región Metropolitana, destacó la importancia que tiene para ellos este nuevo hito toda vez que se trata de un beneficio no solo para el Templo Votivo y su entorno, sino también para la propia persona que debe cumplir con la condena.
«Le ayuda a mantener una habitualidad laboral, incorporación de horario, respeto y adaptación a una actividad laboral que le va a beneficiar, primero, en el cumplimiento de su pena o el no pago de la multa y, segundo, les propicia su adaptación a la sociedad, que es un proceso relevante para la reinserción», señala Paola.
«Todas las penas sustitutivas, a diferencia del sistema cerrado (cárcel), tienen una reinsidencia menor. Todas las personas que cumplen su pena a través de un sistema abierto tienen una estadística menor de reinsidencia porque, en general, tiene un mayor acompañamiento. Es bastante exitoso el modelo. Es necesario visibilizar que Gendarmería no solo abarca cárceles, sino que existen centros de reinserción y de integración social que hace que haya un mayor número cumpliendo penas a traves de estos sistemas abiertos», complementa.
Tiziano Maccioni, delegado del PSBC CRS Santiago Occidente, junto con destacar la importancia de la experiencia para incorporar durante el proceso punitivo el desarrollo de habilidades y competencias laborales que pueden no estar presentes en ciertos perfiles, también apuntó a la oportunidad de análisis de la conducta infractora.
«Las personas comienzan a cuestionarse, viendo la posibilidad de incluirse en el mundo social y laboral. Aunque no hay que perder de vista que, si bien esto se enmarca en una lógica de reinserción, esta es una condena que tienen que cumplir con una cierta cantidad de horas de servicio comunitario», comenta Tiziano.
Según lo indicado durante la instancia, asociado al programa del CRS, también hay otras iniciativas que son de habilitación donde se puede participar. Existen hoy algunas coordinaciones con otras redes, como la Municipalidad de Maipú, donde se puede complementar el proceso de reinserción.
«Para nosotros es muy bueno tener un lugar dentro de la comuna para poder derivar. Estuvimos funcionando mucho tiempo con que vecinos y vecinas de Maipú que tenían algún conflicto con la justicia debían ir a cumplir con su trabajo comunitario a otras comunas y hoy se puede desarrollar el espíritu de la pena que es retribuir a la propia comunidad el daño causado», sentenció, enfatizando en que se espera dar la mayor utilidad posible al convenio con el Templo Votivo.
En la misma línea, el padre Marcelo Aravena complementa que, junto con darle a los penados una oportunidad de tener un trabajo digno y entrar a la normalidad de la vida, tener un espacio donde se pueden desarrollar y tener relaciones interpersonales, además de ser tratados como personas, hay un beneficio mutuo.
«Realizando tareas de orden, de limpieza, de jardinería, en general tareas menores, nos beneficiamos todos. A nosotros nos viene bien que el Templo esté bonito, limpio y ordenado para que sea un lugar de paz, de acogida, al que sea agradable llegar», indicó.
«Esperamos que este programa sea un éxito. Que sea una experiencia positiva tanto para nosotros como para las personas que vienen a trabajar, que sepan que pueden ser un elemento positivo en la sociedad, que no son una amenaza, que tienen futuro. Este es un lugar muy querido por los maipucinos, un símbolo con identidad nacional, y confío en que tanto los directivos de Gendarmería como nosotros desde nuestro lado, demos todas las posibilidades para que estas horas comunitarias sean una experiencia buena para todos», sentenció el padre Aravena.
Según se estima, durante el mes de marzo deberían estarse incorporando las primeras personas para cumplir con su respectivo trabajo comunitario.

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