El ex boxeador Martín Vargas vuelve a ser noticia, esta vez, no por su historia como el púgil que disputó cuatro veces el título mundial, sino por una carta que envió a la Municipalidad de Maipú donde expresó su descontento con la institución.
Desde hace más de dos décadas que Martín Vargas trabaja para el municipio, realizando talleres y compartiendo su conocimiento y pasión por el boxeo a niños y jóvenes de la comuna, hecho que sufrió un duro revés desde el mes de noviembre del presente año.
En la carta, el ex boxeador comienza contando que notificaron, vía Whatsapp, a su hija Natalia, para citarla a una reunión por el no pago del sueldo de su padre durante el mes de noviembre.
«Se le solicitaba que se presentara al día siguiente en las oficinas de DIDECO para asistir a una reunión con el jefe de la Oficinas del Deporte y el jefe de Gabinete del Alcalde. Al llegar, fui notificado que no seguiría prestando servicios en la municipalidad, ya que, según los funcionarios presentes, no estaba realizando actividades, motivo por el cual mi sueldo no había sido noviembre. Sin embargo, la manera en que se gestionó este aviso me parece profundamente irrespetuosa e informal, y considero que no me corresponde ni a mí, ni a ningún otro trabajador de la comuna», expone en la carta.
En el escrito, Martín Vargas expone sus más de 20 años en los que ha estado recibiendo a más de 100 personas en sus talleres gratuitos, incluso formando no solo a campeones nacionales sino también, latinoamericanos.
También reconoció el apoyo recibido durante la pandemia, donde sus clases se adaptaron a charlas motivacionales, con las que continuó aportando a la comuna.
En la segunda parte de la carta, es donde el ex púgil explica el motivo por el cual no pudo realizar las actividades que hizo de manera ininterrumpida durante más de 20 años. Se refirió al atropello que sufrió en mayo de este año y que lo tuvo con complicaciones médicas durante varios meses.
«El 30 de mayo sufrí un grave accidente de tránsito que me mantuvo hospitalizado durante semanas y que, hasta el día de hoy, requiere tratamientos y rehabilitaciones constantes. Durante este tiempo, mi sueldo fue pagado con normalidad hasta el mes de octubre, pero en noviembre, al no recibir el pago correspondiente, acudimos a la Oficina de Deportes para consultar la razón, lo que finalmente derivó en la reunión descrita», explica Martín Vargas.
Fue en esta reunión preliminar a su despido, que el ex campeón de 69 años, declara haber vivido un hecho «profundamente doloroso».
«Al solicitar la palabra para expresar mi punto de vista sobre la importancia de mantener actividades de boxeo en la comuna y mi intensión de seguir contribuyendo, sufrí una dificultad para continuar mi discurso, algo que forma parte de las secuelas del accidente. En ese momento, los funcionarios presentes se burlaron de mí, demostrando una falta de empatía y respeto hacia mi persona y mi trayectoria», cuenta.
En la parte final de su carta aclara no estar pidiendo «caridad», además de sentirse muy orgulloso de que el Polideportivo lleve su nombre, también destaca que su labor como formador y ser el exponente más importante del boxeo nacional son motivaciones para seguir contribuyendo a la comunidad.
«No estoy solicitando caridad, solo una oportunidad para continuar haciendo lo que sé hacer: transmitir mi conocimiento y experiencia a los niños y jóvenes de Maipú. Si eso ya no es posible, lo mínimo que espero es que mi desvinculación se maneje con respeto y la dignidad que cualquier persona merece, especialmente alguien que ha dedicado su vida al deporte y a la comuna», expresa.
«Espero que situaciones como esta no vuelvan a repetirse con ningún trabajador o colaborador de la municipalidad», cierra Martín Vargas.
Desde la Municipalidad, una respuesta no se hizo esperar y desde la entidad señalaron, en un comunicado publicado por Chilevisión, que el ex boxeador «No está en condiciones físicas de cumplir las funciones estipuladas inicialmente en su contrato, por lo que se le brindará un apoyo económico permanente sin obligarlo a realizar labores que no son compatibles con su estado de salud».
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