Este domingo se realizó la última visita guiada del mes de septiembre en la Quebrada de la Plata. La instancia, desarrollada por la Universidad de Chile en conjunto con la Municipalidad de Maipú y la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata, ha servido para educar acerca del valor ambiental y endémico de las especies que habitan en la Quebrada. Sin embargo, la jornada de hoy no estuvo libre de malas prácticas por parte de visitantes irregulares.
Como una iniciativa para educar y retomar las actividades de la Quebrada de la Plata, la Universidad de Chile, en conjunto con la Municipalidad de Maipú y la Organización Ambientalista Defensa Quebrada de la Plata, concluyeron el mes de septiembre este domingo con una visita guiada por entre sus cerros para cerca de 20 personas que se inscribieron para participar.
En la instancia, representantes de la universidad guiaron la caminata en medio de flora y fauna endémica de la Quebrada, exponiendo acerca de la biodiversidad de la zona. La actividad se extendió por más de cuatro horas y culminó en el bosque de peumos, uno de los únicos que queda en la Región Metropolitana, con una exposición de María Muga, presidenta de la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata, quien realizó una presentación que fue desde el proceso de desalojo de la actividad minera ilegal, hasta los problemas de contingencia que enfrenta hoy la Quebrada debido, principalmente, a la actividad de motos enduro.
Pero a pesar de la presencia de vehículos municipales, familias y niños, el recorrido no estuvo libre de la presencia de motoristas que serpenteaban por los cerros o interrumpían la actividad con la ruidosa aproximación de sus motos.
En un momento, Rosa Peralta, administradora del terreno de propiedad de la Universidad de Chile, detuvo a dos motociclistas que tenían intención de pasar por el lado de un grupo de personas. Debido a la riesgosa maniobra, los motociclistas aceptaron volver por donde venían, no sin antes intentar dialogar para lograr pasar.
Sin embargo, cuando se daban la vuelta, una persona que integraba el grupo de visitantes les dijo que las motos hacen un tremendo daño a la Quebrada. Uno de los motoristas le respondió y se fue alterando cada vez más, propinándole insultos e insinuando que la situación podría subir de nivel. El visitante, sin embargo, no le tomó importancia y los motoristas se fueron volteándose con dificultad por el cerro.
Pocos minutos después, en el mismo tramo, se acercó una pareja en bicicletas, junto con su hijo, también en bicicleta, y dos perros Beagle con arnés. Rosa fue hacia ellos para explicarles que, dentro de las actividades no compatibles con la Quebrada, está la presencia de perros, lo que le valió varios minutos de descalificaciones por parte de la mujer.
Rosa intentaba explicarle que la calidad de santuario restringía el ingreso libre de personas, y que en los diversos carteles al interior de la Quebrada estaba explícito que la presencia de perros es una actividad incompatible con el cerro, pero la mujer se limitaba a decir que ha visitado la Quebrada por más de 15 años y que la Universidad de Chile “hace mal la pega” porque “no educa”, sino que prohíbe.
Ariel Moreira, vocero de la Organización Ambientalista, dice que la excusa de personas que dicen visitar la Quebrada desde hace años carece de sentido, pues eso no las faculta para ir en contra de las determinaciones legales que implica un Santuario de la Naturaleza. Y agrega que “Ellos siempre vienen con los perros. Esos perros son Beagle, son perros zorreros, están hechos para caza, entonces cuando los sueltan representan un verdadero riesgo para ciertos animales que existen aquí”.
Sin embargo, entre ayer y hoy, la presencia de grupos de personas y entidades de la universidad permitieron el desalojo de varios motoristas, aunque varios otros lograron quedarse y ocupar la Quebrada como pista de entrenamiento. María Muga dice que “la actividad estuvo buena. Lo que más me gustó fue que paramos a motoristas y ciclistas junto con la universidad. Se devolvió gente que andaba con perros. Se les explicó que esto es un santuario, no un parque”.
Es por ello que en lo sucesivo, y dentro de las posibilidades, se espera continuar con las actividades educativas para así lograr concientizar y robustecer las medidas para que la Quebrada de la Plata logre recuperarse de las devastaciones y sea considerada verdaderamente como un Santuario de la Naturaleza.
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