La comuna de Maipú se caracteriza, en materia de poblamiento, por tres rasgos: la presencia de barrios emblemáticos de tamaño medio y alto, su elevada concentración de población y su componente socioeconómicamente mixto. Estos rasgos fueron definidos en la política pública de poblamiento que experimentó la comuna en el siglo XX, principalmente, en las décadas de 1960-1970.
Desde la formación administrativa de Maipú como comuna en 1891 y a partir de la creación de la localidad en 1895, la vivienda era principalmente privada y muy escasa. La conformación de sus barrios puede definirse como un rasgo propio del siglo XX.
Primero, con la aparición de barrios mediante iniciativa de los propios habitantes (auto construcción) y loteos, tales como el barrio Campos de Batalla, durante las primeras décadas del siglo. Después, con la aparición de las industrias en el eje Camino a Melipilla en la década de los cuarenta, las empresas CIC, Pizarreño, INSA, entre otras ofrecieron vivienda a los obreros urbanos durante la década de los cincuenta, mediante un sistema de paternalismo industrial.
Estas nuevas viviendas fueron desconfigurando la morfología local de la villa, ampliándola hasta albergar 11 mil habitantes a mediados de siglo (según censo de población y vivienda). Este tipo de residencias pueden considerarse igualmente como privada.
El sector público no hace su aparición sino hasta mediados de siglo con una posición bastante tímida. Algunos antecedentes de vivienda social pública en Santiago pueden encontrarse en las poblaciones de Cajas de la Habitación Obrera, pero los proyectos eran mínimos y de muy reducido tamaño (Hidalgo, 2019). Esto se debe a que el Estado todavía no invertía lo suficiente y no poseía las herramientas administrativas necesarias para hacerse cargo de forma masiva y serializada del problema de la vivienda.
Tampoco el sector económico de la construcción era lo suficientemente moderno, ya que no había suficientes empresas constructoras con la capacidad instalada para ejecutar programas masivos de vivienda social, y los ingenieros en construcción con conciencia social y manejo en el uso del hormigón armado recién comenzaban a egresar de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica.
Este es un rasgo que comienza recién a solucionarse con la creación de la Corporación de la Vivienda (en adelante CORVI), dependiente del Ministerio de Obras Públicas, en 1953 bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo.
Bajo ese contexto, la primera obra que construyó la CORVI en la comuna de Maipú fue la “Población Las Rejas”, compuesta de 1.540 viviendas, ubicada en la Subdelegación San José de Chuchunco (actual comuna de Estación Central), en la frontera invisible entre los barrios urbanizados de la comuna de Santiago y las chacras de la comuna de Maipú.
La construcción de este barrio tomó toda la década de los cincuenta, posicionándose como el mayor proyecto público hasta entonces (Moya, 2024). Según las Actas de Sesión Municipal, al finalizar la década, los vecinos de este barrio solicitaron a la Ilustre Municipalidad de Maipú cambiar su nombre a “Villa O`Higgins”, a lo que las autoridades accedieron en forma inmediata.
Así las cosas, la Subdelegación San José de Chuchunco se posicionó como el espacio predilecto del Estado para el fomento de la vivienda social en la comuna. Cuando el gobierno de Eduardo Frei Montalva realizó una de sus más mayores reformas administrativas, la creación del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU) en 1965, la CORVI pasó a depender de esta cartera aumentando sus presupuestos.
En materia local, también hubo una reforma administrativa igualmente importante: la publicación del primer Plan Regulador Comunal (Riquelme, 2023). Esto permitió liberar en las periferias de la localidad el suficiente suelo agrícola para ser urbanizado.
De esta forma, alrededor de 90 predios e hijuelas fueron adquiridos por la Municipalidad de Maipú y por el Estado, principalmente, para fines de vivienda social, pública en el caso de las corporaciones del MINVU, y privadas en el caso de las cooperativas. Igualmente, empresas inmobiliarias instalaron sus proyectos privados en los alrededores (principalmente al sur, por Av. Portales) del casco histórico donde hoy se encuentra Plaza de Maipú.
Figura 1. Viviendas sociales por sistema de cooperativas. Sobre las hijuelas del Fundo Maipú se construyó a inicios de los setenta la Villa Alonso de Ercilla, al poniente del Templo Votivo de Maipú, por Av. Portales. En la imagen, Andrea Roxana Gálvez Tapia.
Como parte del Programa Habitacional de Gobierno, la Población San José de Chuchunco fue la obra más ambiciosa en todo el sur poniente de Santiago. Compuesta de 3.004 viviendas y distribuida en 82 manzanas, la población fue construida sobre el Fundo San José de Chuchunco, de 54 hectáreas.
Diversas empresas constructoras, varias de primera categoría como Magri & Hepner, Sergio Litvak, Arquin, entre otras, participaron en la construcción de viviendas sociales en extensión y viviendas sociales en altura distribuidas en bloques tipo 1010-1020 de cuatro pisos. La población buscó integrar a los pobladores sin casa y con baja renta otorgándoles un espacio formal y habitable en la ciudad. Las obras no finalizaron hasta 1969 y la extensión de la población fue tal que debió ser dividida en dos barrios: Robert Kennedy y Villa Francia.
En paralelo, la CORVI proyectó un barrio de amplias dimensiones, en esta ocasión, en el Fundo El Toro, colindante entre la Línea del Ferrocarril de Santiago a Cartagena por el poniente, Camino a Melipilla al oriente, Esquina Blanca por el sur y Américo Vespucio por el norte. En ese sentido, la nueva población “Villa México” se destacó por su estratégica ubicación, como parte de insertar en las estructuras urbanas a esta parte de la Subdelegación Cerrillos (actual comuna de Carrillos).
Villa México, compuesta de 2.112 viviendas, tuvo como principal público objetivo funcionarios públicos, empleados y obreros del sector industrial que, para entonces, ya estaba consolidado como el segundo cordón industrial más importante de la provincia (solo por detrás del cordón Vicuña Mackenna). Seis empresas constructoras participaron en la obra y la población no estuvo completa hasta 1971, cuando el gobierno de Salvador Allende comenzó a ejecutar su propio Plan Habitacional (Riquelme, 2020).
Figura 2. Las viviendas sociales en altura distribuidos en colectivos 1010-1010 fueron uno de los diseños emblemas de la CORVI. Villa México, Robert Kennedy y Villa Francia cuentan con esta huella arquitectónica del Estado.
Para 1971, el Estado superaba en capacidad de producción de viviendas al sector privado y las corporaciones habitacionales dependientes del MINVU, como la CORVI y la Corporación de Mejoramiento Urbano (en adelante CORMU), invertían lo suficiente como para focalizar la producción en la vivienda social. La CORMU hizo su aparición en la comuna de Maipú con el programa habitacional de la Unidad Popular. Este plan incorporó construir la “Villa Padre Carmelitas”, de 618 departamentos dúplex, ubicada en las 12 hectáreas restantes del Ex Fundo San José de Chuchunco.
De esta manera, se completó la urbanización de este sector mediante vivienda pública. Sumado a lo anterior, en la Subdelegación Maipú, al sur oriente de la localidad, entre las calles Cuatro Álamos, Vicente Reyes y Segunda Transversal, la CORMU proyectó construir la “Villa Cuatro Álamos”, compuesta de 808 departamentos dúplex, distribuidos en 28 bloques tipo CFA.
Estas obras contaron con el sistema de “trato directo”, es decir, la CORMU ejerció de corporación constructora debiendo disponer de las máquinas de construcción y los obreros, muchos de ellos, contratados de los mismos campamentos beneficiaros que esperaban ser erradicados y alojados en sus viviendas definitivas. Tras el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, ambas poblaciones fueron continuadas y completadas hasta 1976, aunque ampliamente afectadas en su equipamiento comunitario. Debido a la falta de recursos y crisis presupuestaria, las corporaciones habitacionales del MINVU debieron ser disueltas, dando forma al SERVIU Metropolitano, institución sucesora.
Figura 3: Villa Cuatro Álamos de Maipú, construida por la CORMU entre 1971-1976.
Figura 4: Villa Cuatro Álamos de Maipú, construida por la CORMU entre 1971-1976.
El SERVIU Metropolitano ha continuado destacando en la comuna de Maipú a través de las poblaciones Las Torres (proyecto original CORVI) y El Despertar durante el periodo dictatorial y la Población Villa San Luis durante el periodo concertacionista. Sin embargo, los proyectos SERVIU adolecen del sentido desarrollista de integrar diversas capas sociales y de incorporar equipamiento comunitario (ausencia de escuelas, jardines infantiles, parques, canchas deportivas).
Además, a partir de 1976, la nueva institución se amparó en la gran reforma a la Ley General de Urbanismo y Construcción que fortalecía el sector privado y eximía a las empresas constructoras de edificar equipamiento comunitario fuera del radio Américo Vespucio. El SERVIU muy recientemente ha modificado este paradigma de la planificación, pero el retroceso se mantuvo durante largas décadas afectando el desarrollo y el crecimiento de estos barrios de la comuna.
Para finalizar, este autor pudo contabilizar en su investigación doctoral que el sector público edificó +8.300 viviendas sociales generando un stock para recibir a +36 mil habitantes solamente entre 1965 y 1976. Por el contrario, el sector privado edificó +3.600 viviendas sociales, principalmente a través del sistema de cooperativas. Esto afectó la morfología de la comuna, dejando atrás sus rasgos rurales (que tanto cambió la comuna durante este periodo es motivo para otra nota) posicionándose como un espacio urbanizado y satélite de la metrópoli.
La comuna pasó de tener 20 mil almas en 1960 a 44 mil en 1970 y 124 mil en 1982, según los censos de población y vivienda. En efecto, en ninguna otra etapa histórica de la comuna, el Estado había intervenido tanto y había modificado tanto la comuna.
A inicios de la década de los ochenta, la comuna contaba con +23.000 viviendas permanentes, es decir, unidades que contaban con una esperanza de vida mínima superior a los 25 años (los departamentos CORVI y CORMU fueron construidos con una esperanza de vida mínima de 50 años), cantidad superior a otras comunas satélites como San Bernardo, Puente Alto y Quilicura.
Para entonces, el historiador maipucino Raúl Téllez Yáñez (1981) daba cuenta que la comuna era completamente diferente a la de antaño, con una población más anónima y familias que eran difíciles de reconocer unas a otras. El Maipú Contemporáneo y moderno es más reciente de lo que aparenta.
Oscar Riquelme Gálvez
Historiador especializado en construcción y vivienda social.
Doctor © en Historia, Universidad de Chile
Magíster en Historia del Chile Contemporáneo (UAH)
Núcleo de Historia Económica y Social, Universidad de Chile.
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