Lo estábamos esperando, sólo faltaba la evidencia del Simce 2022 para corroborar lo que el terreno y la evidencia internacional ya nos indicaba: nuestros estudiantes retrocedieron con la pandemia. Sin embargo, no es lo único que conocemos. Sabemos que niñas, niños y adolescentes tienen el potencial para aprender al máximo nivel, pero aún faltan oportunidades y condiciones para que lo logren. Y ahí sigue estando nuestra oportunidad y responsabilidad.
Hoy nos estamos jugando el futuro de nuestros estudiantes y por ende del país. Así que una vez más es necesario reforzar el llamado a entender en profundidad los desafíos que enfrentan nuestras comunidades escolares, tanto desde el terreno como desde la evidencia, para tomar decisiones que mejoren la educación. Nuestro foco debe seguir puesto en desarrollar a los equipos docentes y directivos. Son ellos quienes pueden fortalecer la alianza con las familias, reforzar la importancia de la asistencia a clases, comunicar altas expectativas a los estudiantes, generar ambientes de contención emocional, innovar dentro y fuera del aula, etc.
Esperamos que el dolor que generan estos resultados se convierta en sentido de urgencia para que los tomadores de decisiones se movilicen y generen los acuerdos y condiciones necesarios para revertir estas cifras y garantizar lo que tanto anhelamos: que un día todos los estudiantes en nuestro país reciban una educación que les permita lograr lo que sueñan.
Javiera Horta
Directora Región Metropolitana
Enseña Chile