Cinco comunicadores acusan haber renunciado a Londres 38 debido a los abusos y maltratos de Alexandra Benado, ex coordinadora general del centro de memoria. El grupo firma que la institución «faltó a la verdad» al negar que existían denuncias formales al respecto», en su carta al presidente electo.
Cinco comunicadores enviaron una carta al presidente electo, Gabriel Boric, detallando presuntos maltratos laborales y hostigamiento por parte de la futura ministra del Deporte, Alexandra Benado, cuando se desempeñaba como coordinadora general del centro de memoria en Londres 38.
Las acusaciones se viralizaron el pasado viernes, cuando se confirmó su nombramiento como jefa de cartera, y acabaron con misivas remitidas al equipo del próximo mandatario, adjuntando material al correo de Giogio Jackson, el cual indica que los hechos se iniciaron en 2017, según informó El Mercurio.
Por el momento, Camila Vallejo, futura vocera, ha reafirmado que la revisión exhaustiva previo a conocerse el gabinete no había arrojado denuncias contra Benado.
Además, destacó que el círculo de Boric confía «en su trayectoria, en su calidad humana, en su ética, y creemos que va a hacer un tremendo trabajo en esa institución porque no solo es experta en el deporte, sino que en derechos humanos».
Londres 38, por su parte, sostiene que «hasta el día de hoy no hemos conocido ninguna denuncia formalizada a través de los canales existentes para enfrentar conflictos laborales, así como tampoco a través de los propios de nuestra organización». Esta versión es avalada por su directorio.
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¿Qué maltrato denuncian?
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Los acusadores señalaron en el último comunicado que dieron a conocer, que, pese a lo declarado por la organización Londres 38, «sí realizamos más de una denuncia por los canales internos de la organización (que, al carecer de protocolos respectivos, recaen en las directivas mismas); conocimiento dispuesto en su debido momento ante el directorio, mismo que ha intentado borrar, faltando a la verdad, en su comunicado lanzado el 22 de enero del presente».
Entre los antecedentes adjuntados hay cartas de despedida que hacen mención a los eventuales maltratos de Benado. La periodista, Lissette Fossa, quien precisa que su salida se relaciona con que «hay rasgos del modo de liderar, de corregir, y de trato que, en lo personal, no me parecen».
«Ante visiones distintas de cómo expresarnos, cómo entender la confianza y los roces he decidido dar un paso al costado, también porque esto ha generado daño emocional en mí. Ya he compartido mis críticas, con respeto y confianza a la coordinación, agradezco ese espacio de conversación», añade carta a sus ex compañeros de trabajo.
Andrea Ocampo, otra de las denunciantes, sumó un correo que afirma que «viví episodios de hostigamiento laboral que hasta último momento fueron cuestionados, teniendo testigos directos, llevando tratamientos médicos respectivos y esto no puede seguir ocurriendo. Esconder las cosas bajo la alfombra solo hace que el andar sea dificultoso».
En la misma, Ocampo llama a dialogar e implementar medidas de contención psicológicas, tanto individuales como colectivas.
