En los últimos años, la noche en Santiago ha cambiado radicalmente. Lo que antes era sinónimo de encuentros, vida barrial activa y emprendimientos funcionando hasta tarde, hoy está cruzado por la inseguridad y el deterioro del espacio público. Según la última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC 2023), un 90% de los habitantes del Gran Santiago considera que la delincuencia ha aumentado, y un 70% declara evitar salir de noche por temor. Maipú no es ajeno a esta realidad.
En este contexto, como Concejo Municipal nos encontramos ante un debate complejo, pero necesario: la renovación o rechazo de patentes de alcohol. Como presidente de la Comisión de Seguridad del Concejo, he sostenido con convicción que no se trata de una caza de brujas ni de un intento por acabar con la vida nocturna de la comuna. Muy por el contrario, queremos cuidarla, dignificarla y proyectarla de manera segura, responsable y sostenible.
Hemos recibido denuncias de vecinos que ven mermada su calidad de vida por locales que funcionan fuera del horario permitido, que generan ruidos molestos, que no cuentan con las condiciones mínimas de seguridad, o que, en algunos casos, han sido foco de peleas, consumo de drogas o incluso delitos violentos. Estos no son hechos aislados, sino parte de un patrón que se repite y que debemos enfrentar con decisión.
La patente de alcohol no es solo una autorización comercial, es una concesión del Estado que implica deberes. No cumplir la normativa, no respetar a la comunidad que rodea estos espacios, no mantener un entorno seguro, tiene consecuencias. Lo que estamos haciendo hoy al rechazar dos patentes –como las de The Lux y New Vittorio– no es un acto arbitrario ni punitivo, es una señal clara: en Maipú, la ley se respeta. Y cuando no se respeta, se actúa.
Queremos sentar un precedente. Más allá del legítimo derecho a emprender, es fundamental comprender que el desarrollo de cualquier actividad económica en barrios residenciales requiere diálogo, responsabilidad y relación con la comunidad. Porque tan importante como generar empleo o dinamizar la economía local, es garantizar la seguridad y tranquilidad de quienes viven cerca de esos lugares.
Sabemos que no se trata solo de rechazar patentes. Por eso estamos trabajando también en soluciones de fondo. En el Barrio Central, por ejemplo, hemos impulsado un camino de asociatividad junto a locatarios, seguridad municipal y juntas de vecinos, para implementar un modelo de corresponsabilidad. Fiscalización periódica, mejoras en la iluminación, instalación de cámaras, capacitación a los dueños de locales, fomento al comercio seguro: todo suma.
Es necesario construir una política comunal nocturna que articule seguridad, cultura, economía y comunidad, y esto solo será posible si los actores privados se comprometen con reglas claras. De lo contrario, terminaremos reforzando la desconfianza de los vecinos y vecinas, que ya han optado por replegarse en sus casas y evitar circular de noche. Lo ha demostrado la Cámara Nacional de Comercio: las ventas nocturnas han caído hasta en un 35% en ciertos sectores de la capital en los últimos dos años, producto directo del miedo y la falta de orden, pero también de la nula capacidad de articulación entre distintos actores e instituciones.
La buena noticia es que hay alternativas. Existen locales que funcionan de manera ejemplar, que se articulan con sus barrios, que cuidan su entorno, que forman parte activa de la vida en comunidad. Son esos los ejemplos que queremos multiplicar. A ellos queremos apoyarlos, reconocerlos y entregarles herramientas para que sigan creciendo.
Rechazar una patente no es un castigo, es un acto de responsabilidad. Y también es una oportunidad para ordenar, mejorar y devolverle a Maipú la confianza en que es posible tener una vida nocturna segura, activa y respetuosa.
Invito a todos los locatarios y locatarias a abrir sus negocios para que sean centros de encuentro, cultura y tejido social, porque convivir con la comunidad no es una carga, sino una fortaleza. Y si queremos recuperar la noche maipucina, debemos empezar por ordenarla.
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