En cada conmemoración del Día Internacional de la Mujer, emerge la necesidad de visibilizar las múltiples dimensiones que conforman la vida de las mujeres. Entre ellas, la salud mental, un pilar fundamental que, a menudo, queda relegado a un segundo plano. La salud mental, entendida como un estado de bienestar físico, psíquico y social, es esencial para vivir plenamente, establecer relaciones sanas y afrontar los desafíos cotidianos. Sin embargo, las mujeres enfrentan desafíos particulares que impactan negativamente en su bienestar emocional.
Desigualdades que Enferman
Diversos factores de riesgo, arraigados en desigualdades estructurales, contribuyen a una mayor prevalencia de problemas de salud mental en mujeres. La sobrecarga de roles, la discriminación laboral, la exposición a la violencia de género y la presión social son solo algunas de las variables que incrementan su vulnerabilidad. Estudios recientes revelan que las mujeres presentan mayores niveles de ansiedad, depresión e insomnio en comparación con los hombres. Específicamente, un 34,6% de las chilenas declara experimentar ansiedad moderada o severa, manifestada en síntomas como preocupación excesiva y tensión.
La pandemia de COVID-19 agudizó estas disparidades. El aumento del estrés, el aislamiento social y la incertidumbre económica impactaron de manera desproporcionada a las mujeres, quienes, en muchos casos, debieron asumir roles adicionales de cuidado y teletrabajo.
Romper el Silencio y Buscar Ayuda

Es fundamental romper el silencio en torno a la salud mental y promover el acceso a servicios de atención de calidad. Reconocer los síntomas de alerta, como cambios en el estado de ánimo, dificultades para dormir, pérdida de interés en actividades y sentimientos de desesperanza, es el primer paso para buscar ayuda profesional.
Afortunadamente, cuatro de cada cinco personas que han recibido atención de salud mental en el último año se declaran satisfechas con el servicio. Esto demuestra que el tratamiento psicológico es una herramienta efectiva para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional.
Estrategias para el Bienestar
Además de la atención profesional, existen estrategias cotidianas que pueden fortalecer la salud mental femenina:
- Priorizar el autocuidado: Dedicar tiempo a actividades placenteras, como leer, escuchar música, practicar hobbies o pasar tiempo con seres queridos.
- Fomentar el ejercicio físico: La actividad física regular libera endorfinas, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.
- Establecer límites: Aprender a decir «no» y delegar tareas para evitar la sobrecarga.
- Cultivar relaciones sanas: Rodearse de personas que brinden apoyo, comprensión y afecto.
- Buscar espacios de diálogo: Participar en grupos de apoyo o comunidades online donde se puedan compartir experiencias y recibir contención.
Un Compromiso Colectivo

En este Día de la Mujer, reafirmamos nuestro compromiso con la salud mental femenina. Es imperativo promover políticas públicas con perspectiva de género, garantizar el acceso a servicios de salud mental asequibles y de calidad, y fomentar una cultura de respeto, igualdad y apoyo. La salud mental de las mujeres es un pilar fundamental para construir una sociedad más justa, equitativa y próspera para todas y todos.
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