Para quienes nacimos y crecimos en Maipú, vivir lejos ha sido parte esencial de nuestra identidad. Viajar dos horas en micro para llegar al centro, “a Santiago”, es parte de la cotidianidad de muchos de los cerca de 600 mil habitantes de la comuna.
En el 2011 esta realidad prometía cambiar. La inauguración de la extensión de la Línea 5 del Metro conectaría a Maipú con la ciudad; sin embargo, en una comuna tan grande, esa promesa fue diluyéndose. Las cinco estaciones que la red de Metro tiene en Maipú están todas asentadas al oriente de la comuna, en el eje Pajaritos, beneficiando a menos de la mitad de su población.
En contraste, barrios más densamente poblados no tienen Metro, ni la promesa de uno cerca, como Portal del Sol, Sol Poniente y Parque Tres Poniente -que han triplicado su población entre 2002 y 2017 y seguirán creciendo según el Plan Regulador Metropolitano (Municipalidad de Maipú, 2024)-. Lo que sumado a escasas vías que conecten Maipú y el centro de la capital, han propiciado atochamientos viales y largos tiempos de traslado desde el sector poniente de la comuna, degradando la calidad de vida de cerca de 300 mil personas.
En tanto, el eje conformado por las comunas de La Florida y Puente Alto proyecta tener 25 estaciones a 2030: cinco veces más estaciones que Maipú, con una población que no alcanza a ser el doble. Más exclusión para sectores históricamente postergados de la región.
Para las vecinas y los vecinos de las Villas San Luis, Divina Providencia o La Esperanza, no es sólo la llegada del Metro una forma de transporte, sino que es volver a tener presencia del Estado en el territorio, que por años ha sido postergado, lo que se evidenciaba en su deterioro en el espacio público y al abandono que también han enfrentado de parte del privado, con escasa presencia de supermercados, farmacias o servicios de telecomunicaciones.
Y, si bien durante los últimos 4 años con la gestión del alcalde Tomás Vodanovic se ha apostado por revertir esta realidad, invirtiendo en plazas, multicanchas, nuevas luminarias led y la pavimentación de sus principales avenidas como Camino a Rinconada y Borgoño, es necesaria una respuesta más contundente de parte del Estado. La justicia territorial no se logra sólo con acciones municipales, sino que requiere grandes inversiones estatales, especialmente en algo tan determinante como es el transporte.
Por ello, la llegada del Metro, no sólo será una alternativa eficaz de transporte para vecinas y vecinos, sino que sería un agente de cambio en la calidad de vida y en la justicia social del Poniente de Maipú. Es integrar a la ciudad a sectores históricamente postergados, con el objetivo de generar espacios urbanos de calidad, con perspectiva de futuro y con la dignidad por delante.
Nicolás Jara
Precandidato a CORE del Frente Amplio