Por Hernán Calderón Ruíz, Presidente de Conadecus.
No cabe duda que los dos cortes de agua en la Región Metropolitana han provocado malestar en los consumidores. Las autoridades del Gobierno Regional han sido sorprendidas, la superintendencia ha anunciado una investigación de las causas que provocaron los cortes y el Sernac ha enviado un oficio solicitando explicaciones a la empresa concesionaria Aguas Andinas.
La explicación de la empresa ha sido que fenómenos climáticos inesperados han producido aludes en distintos puntos del Río Maipo, enturbiándolo, arrastrando lodo y piedras. Sin embargo, estos fenómenos han sucedido siempre y antes no era necesario cortar el agua. El afluente acuífero abastecedor de la planta potabilizadora las Vizcachas es el Río Maipo, el cual recibe distintos afluentes, dentro de estos los del Río Colorado, afluente que abastece las hidroeléctricas Alfalfal y Los Maitenes, en esta última localidad fue donde ocurrió el último alud y debió nuevamente cortarse el suministro de agua.
El año 2008 la superintendente Magaly Espinosa y el gerente de Aguas Andinas declaraban en El Mercurio: “Queremos evitar los riesgos ocurridos por situaciones climáticas a la población en mayo del 2008 en materia de seguridad del agua potable, que es vital en el día a día para las familias”.
Para el gerente general de Aguas Andinas, Felipe Larraín, el tema es más global a raíz del cambio climático, lo que está haciendo más usuales las lluvias sobre los 3 mil metros de altura en los Andes y ocasiona ríos con excesiva cantidad de barro. “Esto imposibilita el normal funcionamiento de las plantas de agua potable por la alta turbiedad del agua”, explica.
Agregó Larraín que como el río Maipo es la principal fuente de abastecimiento de agua cruda para las plantas de potabilización, su empresa ha proyectado construir una obra de seguridad que permita llevar por un colector agua (cruda) limpia desde el Embalse El Yeso hasta la planta de producción de agua potable Las Vizcachas.
“No usaremos la caja del río como medio de transporte de agua cruda para aislar situaciones de exceso de barro”, concluyó. La iniciativa ya entró por Declaración a la consideración del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), e incluso el proyecto acaba de ser inspeccionado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, declararon en El Mercurio. Sin embargo, la empresa sanitaria EMOS —antes de privatizarse— había estado a cargo del abastecimiento de parte importante del agua de la Región Metropolitana.
Uno de sus logros fue la construcción de un acueducto que unió el embalse El Yeso con la planta Las Vizcachas, con un trayecto de más de 90 km, el cual permite trasladar agua limpia a la planta de tratamiento de Las Vizcachas; en caso de alud o turbiedad del agua puede reemplazarse por este abastecimiento, ¿el gerente de Aguas Andinas y la Superintendente estaban hablando del mismo acueducto? ¿Se abandonó el antiguo acueducto por falta de mantención? ¿Por qué el nuevo que se anunció el año 2008 todavía no se construye? ¿Qué hizo la Superintendencia para exigir el cumplimiento del anuncio? ¿Aguas Andinas cumplió con los planes de desarrollo y inversión anuales?
Lo que sorprende es la fragilidad del sistema de abastecimiento de agua potable por parte de Aguas Andinas, el principal proveedor de la Región Metropolitana. En menos de quince días ha habido dos cortes masivos y la rotura de una matriz que provocó una inundación de más de 50 viviendas. Todo indica que esta fragilidad puede deberse a falta de inversión en mantenimiento de redes existentes y renovación en las que han excedido su periodo de uso.
Las informaciones sobre este antiguo acueducto indican que tiene encargados por parte de Aguas Andinas, pero no hay información de su real estado; si tiene mantención o roturas. En la administración de EMOS éste era secado una vez al año para mantenerlo en buenas condiciones de uso. Por esto, para aclarar las dudas, será necesario una investigación sobre este hecho, se transparenten las inversiones que ha realizado Aguas Andinas en mejorar su principal afluente acuífero, el nivel de cumplimiento de planes de desarrollo e inversión anuales obligatorios, las fallas reiterativas de sus servicios, y las posibles negligencias y faltas de fiscalización por parte de la Superintendencia. El no cumplimiento de planes de desarrollo e inversión anual por parte de una sanitaria puede llevar a la caducidad de la concesión.
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