La cárcel de El Dueso en Santoña, en España, ha establecido un programa innovador y terapéutico de rehabilitación para sus internos mediante el cuidado de perros maltratados. Desde 2007, este centro penitenciario ofrece a sus reclusos una terapia que les da la oportunidad de cuidar y rehabilitar perros que han sufrido maltrato y abandono, lo que ha resultado en una notable mejora en la salud mental y el comportamiento de los internos.
El programa de Terapia Asistida con Animales (TACA) ha tenido un impacto positivo en la vida de los reclusos, ya que se sienten útiles y cumplen con una función social positiva. El cuidado desinteresado de los perros no solo les ayuda a desarrollar habilidades prosociales, sino que también les proporciona una fuente de afecto y autoapoyo. Al trabajar con animales traumatizados, los internos aprenden sobre los efectos de la violencia y desarrollan comportamientos solidarios.
Pipo, un galgo maltratado, es uno de los muchos perros que han sido rehabilitados en El Dueso. Durante cuatro meses, Rodolfo, un preso de 61 años, cuidó de Pipo hasta que fue adoptado por Nagore Lluvia. A través de esta experiencia, Rodolfo ha notado una mejora en su bienestar emocional y ha desarrollado un vínculo afectivo con Pipo.
El programa TACA se lleva a cabo en 17 centros penitenciarios en España, con 282 internos participando activamente. El Dueso destaca por su atmósfera positiva entre los funcionarios y los internos, así como por su impresionante ubicación. Los internos pueden disfrutar de un circuito de tres kilómetros alrededor del perímetro de la prisión, así como de un recorrido más corto alrededor de huertos «solidarios», donde cultivan alimentos para comedores sociales.
Terapia en la cárcel: ganan los humanos y los animales
Manuel Martí, profesor de Psicología de la Universidad de Valencia, elogia en declaraciones dada a el diario El País, a los profesionales que trabajan en la prosocialidad en las cárceles, ya que las intervenciones y talleres que organizan transforman a los internos y les ayudan a crecer como personas. La ONG Galgos de CaSa ve a El Dueso como una «casa de acogida» para perros abandonados y considera que la rehabilitación de animales maltratados en la cárcel es una experiencia exitosa.
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El programa «dos vidas y un día», que comenzó en 2017, ha resultado en la adopción exitosa de diez perros, incluido Pipo. Nagore Lluvia, la adoptante de Pipo, destaca que la iniciativa crea lazos afectivos que benefician tanto a los reclusos como a los animales.
La experiencia de Rodolfo con Pipo y otros perros en El Dueso ha sido enriquecedora, proporcionándole estabilidad emocional y una conexión con seres vivos que nunca antes había experimentado. A medida que los internos participan en actividades prosociales positivas en prisión, encuentran un propósito en su estancia y aprenden a gestionar la culpa y las emociones negativas.
La importancia de rehabilitar a personas privadas de libertad
La rehabilitación de los presos es un aspecto crucial dentro del sistema penitenciario, ya que tiene como objetivo principal ayudar a los individuos a reformarse y reintegrarse en la sociedad de manera productiva y responsable. La rehabilitación es esencial no solo para el bienestar de los reclusos, sino también para la seguridad y el bienestar de la comunidad en general.
Al proporcionar a los presos las herramientas y habilidades necesarias para abordar y superar los problemas subyacentes que los llevaron a delinquir en primer lugar, se reducen las probabilidades de reincidencia y se promueve una sociedad más segura y armoniosa.
Además, los programas o terapias de rehabilitación en las cárceles pueden abordar una amplia variedad de problemas que enfrentan los reclusos, como el abuso de sustancias, la salud mental, la falta de educación y habilidades laborales, y la descomposición de las relaciones familiares.
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