En 20 años de funcionamiento de la Alta Dirección Pública en Chile, se han logrado avances significativos en la profesionalización y transparencia de altos cargos a nivel central. Sin embargo, en las municipalidades persisten prácticas de corrupción y nepotismo, evidenciando la necesidad urgente de implementar la Alta Dirección Pública en estos ámbitos para garantizar la idoneidad y la meritocracia en la selección de cargos.