Jeannette Lucía Sandoval tiene 60 años y ha pasado casi toda su vida en silla de ruedas. A temprana edad padeció de poliomielitis, una enfermedad viral que puede provocar parálisis ya que afecta directamente la médula espinal, pero gracias a todo el tratamiento que recibió en la Teletón, en su tiempo, salió caminando a los 18 años.
La siempre vecina de Maipú hacía su vida con normalidad cuando un trágico accidente automovilístico la dejó paralítica a sus 23 años. “A mi lado iba el que se iba a casar conmigo, quien falleció junto a los otros amigos y mi perrita que iban en el vehículo. Solo podía confiar en Dios y que por algo había pasado todo”, relata Jeannette.
Hace un año aproximadamente perdió a su madre, a partir de lo cual tuvo que aprender a desarrollar por sí misma varias tareas del hogar, reconociendo que no sabía ser dueña de casa. “Con mucha pena, aun viviendo el duelo, he tenido que seguir adelante. Tuve que aprender a estar sola, hasta me he caído en un par de ocasiones pero ahí aparecen de inmediato mis vecinos, que siempre están preocupados de mí”, apunta la vecina.
Además de Dios y su madre, uno de los pilares fundamentales ha resultado ser el deporte. Según recuerda Jeannette, tras lo sucedido, volvió a la Teletón, donde nunca le cerraron las puertas a pesar de su edad, destacando la labor del kinesiólogo conocido como “el tío Sebastián”.
“Cuando volví a la Teletón no podía hablar, no podía moverme, con suerte movía los ojos. Los terapeutas que se acercaban, me miraban, y me decían ‘ya, va a estar todo bien’, y el tío Sebastián fue muy fiel, no le importaba que fuera ya mayor”, comenta, agregando que fue en ese entorno donde descubrió el juego de boccias.
“Debido a mi estado, estaba viviendo en un hogar que tenía la institución para personas parapléjicas, con todas las condiciones necesarias, nos levantaban temprano y nos sentaban en una silla. En la atención sicológica trabajaban mucho con el propósito, con el ‘qué vas a hacer ahora’ y recuerdo que decía que quería estudiar enfermería, lo encontraba una carrera muy linda”, señala a modo de introducción.

Sin embargo, como seguía en silla de ruedas, tuvo que cambiar de objetivo. “De lo que sí estaba segura era de que la vida tenía que seguir. Tenía una mamá que me estaba apoyando, me aferraba a que Dios tenía algo para mí y un día, en un tiempo de juegos, me sacaron al patio y mientras veía a los niños jugar, alguien me tira una boccia. Me dice ‘tírala de vuelta’, lo hago y me responden ‘oh, potencial’. Era el tío de deporte”, cuenta.
Rápidamente la convencieron de que ese era su lugar. Aunque no estaba segura de que llegaría a ser una deportista como tal, continuó participando hasta que comenzaron a aparecer las oportunidades de competir.
“Me fui quedando, me fui quedando, y después entré a la selección en 2014, saqué el cuarto lugar a nivel mundial. En los últimos campeonatos nacionales he llegado a ganar, y como equipo la última vez nos quedamos con 5 medallas”, resume la maipucina, quien también incursionó en otros deportes como el tenis o la natación, pero las boccias se mantuvieron como su pasión.
Así, este lunes 7 de abril se va de viaje a Argentina, a representar por primera vez a Chile en el Torneo Nacional e Internacional de Boccias, en Mar del Plata, Argentina, evento al que asistirá con el apoyo de la Municipalidad de San Joaquín, ya que es allá donde practica el deporte de manera consolidada, en el Club Deportivo A Una Legua.
“Maipú tiene taller de boccias, pero es para entretenerse, no es competitivo. Tampoco encontré ayuda en implementos o para viajar a las competencias, nada. Ha sido la comuna de San Joaquín donde me he sentido realmente acogida y respaldada con este deporte, junto al equipo”, indica, lo que de todas formas no quiere decir que no esté orgullosa de ser una maipucina de toda la vida, de ahí de calle Victoria con O’Higgins.
“Cuando se fue mi mamá, mis vecinos lo primero me dijeron fue que yo no me fuera de ahí, que ellos me iban a cuidar y así ha sido. Siempre están pendientes y es un cariño que no tiene precio. En cuanto a las calles de la comuna, al menos donde me muevo no tengo mayores problemas, pero es la gente la suele no respetar los espacios”, dice apelando a la cuestión cultural, dando como ejemplo las ocasiones en las que espera el ascensor del metro y otras personas que no van en silla de ruedas se le ponen por delante.
Esto último abre paso a un antecedente no menor sobre esta vecina. Resulta que Jeannette protagonizó la demanda contra el Estado en 2016, cuando un procedimiento policial en la estación de metro Santa Isabel la mantuvo una hora ‘atrapada’ en el andén sin poder evacuar. Se dirigía en su silla de ruedas eléctrica a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) del Estadio Nacional. El proceso judicial dio fruto después de dos años, dando paso a un histórico precedente que obligó a la empresa a tomar medidas para que esto no vuelva a ocurrir, además de una multa.
“El celular no paraba de sonar aquel día. Fue todo muy intenso, con los medios encima de mí, esperándome en el CAR, pero yo no sabía siquiera qué decir, solo estaba muy, muy feliz por el logro que traería beneficios para todas las personas con discapacidad”, expresa al respecto.
Jeannete comparte su experiencia cada vez que puede, donde puede, y uno de esos espacios es Semejantes, una ONG dedicada a la integración de personas con discapacidad, capacitando a quienes se interesan en trabajar con personas con discapacidad y sus familias desde una mirada cristiana, a la que pertenece desde sus inicios en Chile.
«Ha sido un trabajo maravilloso, donde se ha podido bendecir a mucha gente, sobre todo personas que suelen no ser tomadas en cuenta, que viven lejos. A partir de eso también he colaborado con personas no videntes, y lo último que también estoy haciendo es dirigir personas con discapacidad en el deporte, creo que eso es muy importante», sentencia la vecina, quien también se muestra interesada en tener alguna oportunidad dentro de la comuna para poder inspirar a otros. «Si tú quieres, tú puedes. Aunque sea lento, tú puedes. Hay que animar a otros», cierra.

Mientras hace su maleta, emocionada por la nueva competencia que enfrentará la próxima semana, se comunica nuevamente con La Voz de Maipú para comentarnos que aún no consigue cómo trasladarse el día lunes a San Joaquín, donde se junta con su equipo antes de emprender viaje rumbo al país trasandino.
En el club de boccia de La Legua estuvieron desarrollando diversas actividades entre venta de almuerzos, rifas, completadas y más, tratando de reunir los fondos que necesitaban, sumado al recurso que les entrego su Municipalidad, y solo falta este ‘detalle’.
Si puedes colaborar, escríbenos al siguiente formulario y te pondremos en contacto directo con Jeannette Sandoval.