En el siglo XXI se ha desarrollado una pseudo-filosofía llamada autoayuda. Principalmente los autores que escriben estos libros son aquellas personas que le dan consejos a personas que necesitan exhortaciones en todos los aspectos de la vida.
Hay diversos libros de autoayuda que se dedican a aconsejar sobre como ser exitoso en la vida o también superar los problemas existenciales de la vida, direccionado al “positivismo”. De esto mismo queremos hablar en esta columna, sobre que el mal llamado positivismo de la autoayuda es tóxico.
En primer lugar, el positivismo del que hablan los autores de los libros de autoayuda no tiene nada que ver con ser una “persona feliz” o “sonriente”, puesto que el positivismo es una antigua corriente filosófica que considera que la única forma del conocimiento es el científico y la única forma de validar un conocimiento es a través del método científico, es decir, cualquier idea o pensamiento que no es probado científicamente, no es conocimiento y son dignos de “delirios psiquiátricos”.
Esta corriente influenció notablemente las actividades económicas, ya que esta filosofía fue la base del liberalismo económico y desarrolló la revolución industrial. Además, esta corriente filosófica permitió que naciera la sociología, que es una rama de las ciencias sociales que ocupa las matemáticas para probar sus hipótesis. Como ven, el positivismo no tiene nada que ver con el supuesto “positivismo” que proponen los libros de autoayuda.
En segundo lugar, el positivismo de la autoayuda es un positivismo tóxico, por el hecho que instan a las personas a estar siempre felices, evadiendo el sufrimiento, en vez de enfrentarlo. Eso realmente es una contradicción con la vida misma, ya que el sufrimiento nos permite crecer como personas. ¡Sufrir es humano! ¡Sentir emociones es humano!
Es sumamente antinatural ver siempre las cosas positivamente, porque hay que enfrentar el sufrimiento y reinventarse en las dificultados de la vida. Bien lo diría Nietzsche, al decir que “lo que no nos mata, nos hace más fuerte” (Nietzsche, 2010, p.34). Esto nos dice que en la vida nos pueden llegar miles de golpes, pero si no nos matan, nos fortalecen y nos hace aun más poderosos. ¡La vida sin golpes no es vida!
Por esta razón, creemos que el positivismo de la autoayuda es tóxico. ¡Vida la vida!¡Si tenemos que sufrir, suframos! ¡Si tenemos que ser negativos, seamos negativos!¡Pasemos por nuestros procesos! ¡Seamos artistas! ¡No al positivismo tóxico!
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