Como todos sabemos se aproxima la Convención Constitucional, en la cual se elaborará la nueva Constitución de nuestro país, en donde uno de los temas que se debe esclarecer es en el laicismo que debiera predominar en nuestro país.
Con la Constitución de 1925 se estableció la separación de la iglesia con el Estado chileno, instaurando la concepción de un Estado laico, es decir, nuestra República no cuenta con una religión oficial.
Esto nos deja el cuestionamiento de si realmente Chile presenta un Estado laico, ya que se presentan varias instancias donde se contemplan situaciones que ponen en duda esta afirmación, tales como la frase “en el nombre de Dios y de la Patria”, utilizada por el Congreso nacional para la apertura de sus sesiones, lo cual es erróneo, ya que siendo Chile un Estado laico sus legisladores no deberían promulgarse a Dios.
Otro ejemplo es en los colegios, donde aún se practica la religión católica como asignatura, formándose una exclusión de creencias, donde los alumnos que no forman parte de esta religión, son puestos a realizar otras actividades o simplemente no escuchar la clase.
En el artículo 3° de la constitución política y el Decreto 924 del 07 de enero de 1984, se estipula que cada establecimiento escolar debe ofrecer de manera electiva las clases de religión, haciendo referencia que los establecimientos educacionales no cuentan con los medios para poder dar clases a cada alumno con una creencia religiosa distinta, por lo que se destaca la religión católica.
La tensión que ha existido entre la Iglesia y el Estado ha perdurado siglos, sin embargo, es momento de que nuestro Estado sea completamente laico sin que predomine el oficialismo católico y que además, debe estar regulado en la nueva constitución.
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