Luis Miranda egresó de la carrera de medicina veterinaria en la Universidad de Chile en 1984, y hace 35 años llegó a vivir a Maipú. Al empezar su carrera, trabajó por cortos periodos de tiempo para otras personas, pero al poco tiempo abrió su primera consulta cerca de Avenida 5 de abril, a pasos del Templo, con un colega.
El 30 de abril de 1999, abrió la Clínica Veterinaria Tres Poniente, en la calle del mismo nombre, trabajo que le ha permitido ver crecer a sus cuatro hijos. Una de ellas es veterinaria.
Aunque afirma que le queda poco para retirarse, sigue atendiendo y tomando él mismo las radiografías a mano. Conversamos con él sobre cómo ha cambiado la relación de los dueños con sus mascotas, cómo lo hicieron durante la pandemia, y las ocasiones en las que se han «funado» a este tipo de centros, entre otras cosas.
¿Por qué quiso estudiar para ser veterinario?, me imagino que en ese tiempo no estaba la carrera en tantas universidades.
Como buen viejo, soy titulado de la Chile, en ese tiempo era casi la única facultad, junto con la Universidad Austral en Valdivia. Eran de las pocas facultades y era bastante selectivo el ingreso.
Me gustaban los animales, que es lo básico, y porque siempre lo vi como un medio para hacer mi vida. Hay gente que es veterinaria porque se le dio la vida para que fuera veterinaria y otra que lo es por vocación. Yo pertenezco al primer grupo. Hay que tener ciertas habilidades, claro.
En todos estos años, ¿cómo siente que ha cambiado la relación de las personas con las mascotas?
Bastante, justamente estábamos conversando con las colegas, que antes llegaban los pacientes llenos de pulgas, de garrapatas, sucios, muchas veces y actualmente es raro que se de un caso así.
La gente tiene otra relación y debo hacer hincapié en esa relación con algunas especies domésticas, me llama la atención el cambio que hubo. Desde la pandemia aumentó la afinidad con los gatos, por cómo son ellos. Ahora andan muy parejos con los perros, diría que llegan más.
¿Y la relación de los clientes con los veterinarios?
También, se ha hecho muy exigente, muy competitivo, han abierto muchas consultas.
En realidad, hay una ley que duerme en Congreso, que es para poder categorizar los diferentes establecimientos médico veterinarios, en términos de qué condiciones te da una consulta para decir si es una clínica, o cuándo es solo una consulta. Se ha tratado de normar eso y no se ha podido.
Durante la pandemia ustedes podían seguir funcionando, ¿cómo fue eso?
Démosle gracias a San Francisco de Asís y a todos los dioses, de que afortunadamente fuimos categorizados como servicio esencial.
Seguimos trabajando con mucho cuidado, con bastante respeto a las medidas de control de la enfermedad, pero seguimos trabajando que es lo importante. Los veterinarios no pasamos mucha zozobra económica durante ese tiempo, debo reconocerlo.
La gente al estar en su casa… quizás notaba más las enfermedades de sus mascotas.
Sí, hay varios factores de ese tipo que influyeron y de ahí que los gatos se hicieron populares. Antes llegaban, principalmente, entre junio y agosto, ahora todo el año.
Debo hacer una pequeña, no sé si acusación jajaja, pero para los jóvenes millennials, los gatos reemplazaron a los niños.
Yo conozco muchos amigos de mi hija y todos tienen gato. Ella también tiene un gato indoor y le puede dar comida desde el teléfono, tiene un sistema que hace que se le pueda dar comida por internet y la gata llega corriendo, feliz jajaja.
Respecto a las funas, se han visto varios casos en contra de veterinarios, ¿qué piensa de eso? Me imagino que no siempre recae la culpa en el médico
Es un mal uso que se hace de la opinión pública, pero es una cuestión de interpretación.
Además, ustedes son humanos, también se pueden equivocar.
La mayor parte de las funas o problemas entre clientes y veterinarios es por falta de comunicación. Porque uno puede haber cometido una imprecisión, por ejemplo, un paciente alérgico a la anestesia, puede morir y eso no es culpa tuya, pero debiste habérselo comunicado a la persona.
¿Y les ha pasado a ustedes?
Sí, nos ha pasado. El otro día estaba recordando que he ido dos veces a un juzgado por algún paciente y en esas ocasiones yo no había ni siquiera tocado a la mascota. Nunca pasó nada, lamentablemente tampoco está normado, no existe una fiscalía médico veterinaria.
¿Qué piensa de los nuevos veterinarios?
En conocimiento saben mucho. Yo veo a mi hija y le digo «tú sabes más que yo», lo importante es el trato humano. Saber qué decir y qué hacer, cómo actuar y en eso seguimos siendo mediocres, no solamente en veterinaria.
La veterinaria que dirige hace 23 años Luis, está ubicada en Avenida 3 poniente #0676 y se puede agendar una consulta a través de su página veterinaria3poniente.com.
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