Siete niños de la Fundación Transitar, organización que agrupa a niños y jóvenes transgéneros, realizaron un trámite que para la mayoría de la población chilena es sencillo: sacar carnet de identidad.
Sin embargo, para las niños, jóvenes y adultos trans puede ser un calvario. Diligencia que los lleva a dar una explicación tras otra, además, de que los llamen por su nombre legal y no social.
Esta experiencia para menores de edad es una incomodidad aún más grande, ya que no están acostumbrados a esta sociedad discriminadora.
El día lunes 29 de febrero, los padres con sus hijos, junto la compañía del asesor de la Oficina de la Diversidad de Maipú, Bladymir Muñoz, se dirigieron al Registro Civil ubicado al costado del Mall Arauco.
«Al llegar hablamos con la Oficial Civil, que es la señora que encargada de la oficina. Ella nos dijo que no nos preocupáramos que no íbamos a tener ningún problema, que ningún papá de ningún niño va tener que dar ninguna explicación, que tomáramos un número como cualquier persona y que iban a atender a todos los niños en el mismo módulo«, comenta a La Voz de Maipú Evelyn Silva, presidenta de la Fundación Transitar.
A pesar de que en el documento aparece su nombre legal, de igual manera sale una foto actualizada del niño, con la identidad de género que los representa, y cada uno de los menores firmó con su nombre social. Lo cual para la familia es de gran relevancia.
«Es súper importante para los papás que esté una foto actualizada del niño, con el transito hecho, con el aspecto que la identidad de género que los representa. Porque al menos de esa manera no hay un niño NN, que no existe en el fondo. Lo que es súper complejo, porque si se pierde uno de los niños y no tienes como demostrar que es tuyo, porque el aspecto físico no da con el nombre legal.
Ahora él ya va a tener la foto en su carnet, con su identidad de género reconocida, con el transito hecho, a pesar de que aparece el nombre legal, al menos ya coinciden las dos cosas. Ya es mucho más fácil todo tipo de trámite«, dice Evelyn.
Los niños que fueron a realizar esta diligencia tenían entre 4 y 16 años. El mayor, por ejemplo, nunca había sacado carnet, ni tampoco registrado sus huellas dactilares, por lo que en caso de alguna emergencia sería muy complejo ubicarlo.
«Vamos hacer de esto una práctica recurrente, por lo menos una vez al año, que los niños de la fundación vayan renovando su carnet, hasta que salga la Ley de Identidad de Género. Para que las fotos del carnet vayan siendo lo más actualizadas posible, para no tener que dar explicaciones al salir del país o por esta ley que va salir ahora de detención por sospecha, por ejemplo», explica Evelyn Silva.
La presidenta de la Fundación reconoce que ha sido en Maipú en el único lugar que han realizado este tipo de trámite, que lo intentaron en Ñuñoa y Providencia, pero la experiencia no fue positiva.
«A mí me tocó hacer un trámite en el Registro Civil de Providencia, explicándoles, pero igual llamaron a la Selena por su nombre legal, les dio lo mismo. Entonces, al final eso es lo que queremos evitar«, finaliza Evelyn Silva
Foto portada: Revista Vida Magazine.
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