La historia podría haber sido benévola con Herman Silva Sanhueza. Porque como todas las historias, la del ex alcalde de Maipú tiene un lado claro y otro oscuro. Herman, el mismo que hace años se dedicaba a inspeccionar sanitarios en la empresa Lozapenco, para ver si estaban buenos o malos, fue un militante DC que reconstruyó el partido por dentro.
Y lo hizo en dictadura, arriesgando el pellejo. Y llegó la democracia y su candidatura a alcalde fue un éxito: con un 11,74% de los votos, Silva se sentaba en el sillón de alcalde. El primero democráticamente electo en la comuna. Eran tiempos favorables para la DC, más aún en Maipú. Porque aparte de Herman Silva en la alcaldía, la falange tenía a Patricio Aylwin en la Moneda, Andrés Zaldivar era el senador y Carlos Dupré el diputado. De hecho, cuando Silva asume como alcalde tres de seis concejales eran de su partido: Mario Ortiz, Hector Canales y Humberto Salas.
Su gestión al mando de Maipú al parecer fue buena, porque cuatro años más tarde volvía a salir electo alcalde de la comuna. Esta vez con un 30,09% de los votos. Es decir, casi triplicaba su votación anterior, en momentos que el sistema electoral permitía que todos fueran candidatos a alcalde, y que los que quedaban más abajo conformaran el concejo municipal, quedando como concejales.
La década de los 90 fue una época dorada para Herman Silva. Con todo el poder que le daba el ser alcalde de Maipú, construyó varias obras que hasta hoy están en la comuna. Pero llegó el cambio de siglo y todo se derrumbó.
El año 2000, la entonces concertación sacó mal las cuentas. Algunos concejales crecieron en votos, en desmedro de Silva. Roberto Sepúlveda Hermosilla, quien había sido concejal en el periodo anterior por la UDI, le ganaba la municipal por poco más de un 1% de los votos. Nadie lo creía.
Al ser un sistema electoral donde todos aspiraban a la alcaldía, Herman Silva quedó segundo en la elección lo que le permitió asumir como concejal de Maipú. Claro que la intención de Silva y sus cercanos era recuperar la comuna cuatro años más tarde.
Pero nada salió como estaba planeado. En Maipú buena parte de la concertación estaba convencida que Herman Silva ganaría las elecciones. Sobre todo porque el escenario había cambiado.
El año 2004 los candidatos a alcaldes y concejales irían en listas separadas. Un escenario que le permitiría a Herman Silva marcar claras diferencias con Roberto Sepúlveda. Muchos se frotaban las manos. Y soñaban con integrar el nuevo gobierno local del ex alcalde.
Nace Undurraga en Maipú
El gobierno local de Herman Silva le había permitido tener una enorme masa de adherentes y clientes del municipio. Sin embargo, también en la DC, había quienes sentían que Silva no era el indicado para los nuevos tiempos. Entre pasillos, en reuniones en casas de varios militantes de la DC, se murmuraba que Silva no debía ser candidato. Aunque todos en la comuna lo daban por hecho.
Las reuniones entre los DC contrarios a Silva con Undurraga se daban en un café cercano al SERNAC, organismo del cual el ex alcalde era Director Nacional. Un grupo de militantes de Maipú le sugerían a la joven figura DC que viniera como candidato a alcalde en Maipú. Le hablaban de la comuna y le aclaraban que tenía opciones de ser electo.
Undurraga sonreía y mostraba interés, pero no se decidía. Quería conocer la opinión de Luis Pareto, sobre su intención de ser candidato en Maipú.
La reunión fue en el Tip y Tap de Avenida Vitacura 5365. Undurraga, Pareto y otros militantes de Maipú conversaban de cualquier cosa. Hacía el final de la cita, Undurraga le preguntó a Pareto como veía su eventual incursión en Maipú. Pareto se frotó las manos, le sonrío y no le dijo sí. Tampoco le dijo que no. Muy en el estilo de Pareto.
Con el beneplácito de Pareto, el grupo opositor a Herman Silva necesitaba debilitarlo en Maipú. La DC local presidida por Mauricio Ovalle llamó a un consejo comunal del partido. La idea era que de ahí saliera Herman Silva como candidato único. Para demostrarle a la dirección del partido, presidida por Adolfo Zaldivar (líder de los colorines), que el nombre del ex alcalde generaba amplios consensos en las bases partidarias.
Sin embargo, los opositores a Silva hicieron una jugada maestra. En ese consejo comunal, se levantó como candidato a la alcaldía Leonardo Grijalba, ex CORE y vecino de Estación Central; también aparecieron las candidaturas de Andrés Ávila (presidente de la juventud DC), Mauricio Soto (concejal DC) y la de Herman Silva.
La jugada de la mesa comunal salía torcida. Al partido llegaron cuatro nombres como candidatos a alcalde por Maipú. Y también llegó un quinto que no se inscribió en Maipú: el de Alberto Undurraga.
Era junio de 2004 y las elecciones serían en octubre. Si Zaldivar apoyaría a Undurraga tenía que apurar el tranco. Debía darle tiempo al Director del SERNAC para darse a conocer. ¿Pero qué hacer? ¿Apoyar al caudillo local y ex alcalde o jugar las fichas por una joven promesa?.
Los colorines de Maipú apoyaban la candidatura de Alberto Undurraga y Zaldivar optó por hacerle un gesto a su sector. Por ello le tocó venir a notificar personalmente a Herman Silva que no sería candidato a alcalde por la DC.
La reunión fue en la casa del concejal Mauricio Ovalle y la cara de Silva lo decía todo. Estaba deshecho y amenazaba con no presentarse a concejal. La DC local ardía de rabia y se hacían campañas para frenar la llegada de Undurraga como candidato a Maipú.
El grupo de militantes DC de Maipú que sacaron del camino a Herman Silva, brindaban en la intersección de las calles La Colonia con Hermanos Carrera , satisfechos por una operación política que había salido de forma impecable.
Comenzaba el ocaso de Herman Silva, quien muchas veces intentó volver a ser alcalde. Pero nunca más siquiera se acercó a la opción real de serlo.
La apuesta por Undurraga resultó perfecta. En 4 meses de campaña logró sobrepasar a Sepúlveda y convertirse en alcalde. Esa noche terminó celebrando en La Moneda, con el Presidente Lagos. Silva, a esa hora, estaba celebrando un triunfo con sabor a derrota, en su casa de Maipú
Herman Silva: El Concejal eterno
La primera campaña de Herman Silva a concejal la hizo en un estado de permanente enojo y buscando tensionar siempre a la DC. Las heridas de guerra que habían dejado la elección del candidato por parte del partido, hacían que Silva comenzara a manejarse políticamente. Sin ir más lejos, costó tiempo y conversaciones lograr que el otrora alcalde de Maipú, apareciera en una paloma de PVC con el candidato Undurraga.
Con una elección con alcaldes y concejales separados, la del 2004 fue una elección fácil para Silva. Con el 18,02% de los votos, fue el concejal más votado de la comuna.
El año 2008 bajó su votación a un 11,14% de los sufragios, aunque mantuvo su primera mayoría como concejal. El 2012 volvía a competir para la concejalía y alcanzaba un 10,96%, volviendo a ser primera mayoría. El 2016 Herman Silva se presentaba para concejal y volvía a ser electo. Aunque ya no como primera mayoría. Con un 7,74% de la votación quedó en segundo lugar, tras el RN: Alejandro Almendares Muller.
A la fecha entre sus dos periodos como alcalde y cinco como concejal, Herman Silva acumula 26 años en el Municipio de Maipú. Hoy con 87 años Herman Silva no es la sombra de lo que fue.
¿Está en condiciones de ser concejal Herman Silva?
En sus 14 años como concejal de Maipú, lo de Herman Silva ha ido de más a menos. Con Undurraga y Vittori logró insertar a sus cercanos y amigos en distintas áreas de la gestión municipal. Con los votos que a su edad sigue moviendo, ningún alcalde fue capaz de decirle que no a sus peticiones. Hoy en el Departamento de Salud del Municipio, varios de sus conocidos conforman equipos. Barriga no ha tocado a ninguno de ellos. Con Herman no existen los trabajadores fantasmas, ni las persecuciones laborales.
A cambio, Silva levanta la mano para aprobar. Defiende puntos que son indefendibles y, a la hora de ir a la contraloría pidiendo más transparencia, brilla por su ausencia. Los papeles dicen que es militante de la DC. Su actuar político lo sitúa a medio camino entre la UDI y RN.
Silva es un político de otra época y es incapaz de leer el mundo moderno. Cuando el Concejal del PC: Ariel Ramos, pide una ordenanza contra el acoso femenino, tampoco el ex alcalde estampa su firma.
Errático y titubeante. Lento e irreflexivo, el concejal DC ya no argumenta y su participación en el concejo municipal se remite a aprobar, comer galletas y hablar nimiedades. Herman Silva no supo escoger el momento del retiro. Podría haberse ido en medio de aplausos y por la puerta ancha, pero optó por hacerle de la peor manera: en medio de cuchicheos y risas; por cierto también de bostezos.
Herman Silva, antaño apodado “Zorro Plateado” por sus cercanos en los tiempos de la alcaldía, hoy se parece más a un Zorro Culpeo en edad avanzada: con poca visión, falto de olfato y en peligro de extinción.
Deja una respuesta