Corría el mes de enero del año 2017 y el Doctor César Salazar Schneider comenzaba a trabajar en el servicio de urgencias del Hospital El Carmen de Maipú. Contratado bajo la modalidad “honorarios”, el médico se desempeñaba en lo que se conoce como “recuperador”, que es el lugar donde llegan pacientes, que están bajo riesgo inmediato de perder la vida.
Sin embargo, una desavenencia con la Doctora Ruth Leiva, le costaría su salida del Hospital, a pesar del apoyo de médicos, enfermeras, técnicos en enfermería, OIRS y el consejo consultivo de usuarios. Salazar denunció los hechos en Contraloría y entabló una demanda en contra de la doctora Leiva y el director del Hospital: Doctor Juan Kher por “tutela de vulneración de derechos fundamentales y despido injustificado”. Además, ambos médicos, fueron denunciados al Tribunal de Ética del Colegio Médico, al que no se han presentado en dos ocasiones.
Pero la historia comienza antes.
El día 18 de octubre de 2018, se podría decir que el Doctor Salazar firmó su desvinculación del HEC. En ese tiempo, Salazar estaba en el recuperador de urgencia y la doctora Ruth Leiva trabajaba en la unidad de pacientes críticos (UPC) del mismo hospital.
Ese día Salazar notó que había una paciente a muy mal traer y con serios problemas respiratorios. Ese caso no estaba asignado al médico, sin embargo, ante la gravedad de lo que vio, consultó a una enfermera las razones por las cuales, la paciente no había sido llevada al recuperador. La respuesta que recibió fue espeluznante, pues se le informó que la Doctora Leiva, había indicado “limitar el manejo terapéutico”. En términos simples, Leiva habría dejado instrucciones para que en esa paciente “se omitiera la realización del procedimiento estabilizador y se esperara su fallecimiento”.
La malograda mujer era paciente frecuente del hospital, y conocida por Salazar: en situación de calle, sin redes familiares y con diagnóstico de policonsumo de drogas, su ingreso al servicio de urgencias debido a enfermedades respiratorias, era constante.
El doctor Salazar no lo pensó mucho. Vio que salvarle la vida era posible y la trasladó al reanimador, donde logró su estabilización. Una vez hecho el procedimiento, lo que corresponde es que la paciente sea trasladada. Los recuperadores de los hospitales, son espacios para salvar vidas. Pero los pacientes no pueden quedarse ahí.
Por ello el doctor Salazar, se comunicó con la unidad de pacientes críticos, para solicitar una cama para trasladar a la mujer.
Sin embargo, su solicitud se estrelló con una respuesta negativa por parte de la doctora Leiva, quien habría señalado que “las camas no son ilimitadas” y que “cuando vuelva a salir a la calle va a seguir consumiendo drogas”.
El Dr. Salazar Schneider insistió que las condiciones clínicas de la paciente, no sólo encajaban, sino que hacían necesario su traslado a la UPC, por lo cual Leiva debía darle cupo.
La conversación, dice Schneider, se repitió en tres ocasiones pero Leiva no daba su brazo a torcer. Ante la negativa, el médico se contactó con el Jefe Técnico del Servicio de Urgencias, para informar lo que estaba sucediendo y preguntar cómo proceder.
El jefe técnico consideró desafortunada la negativa de Leiva a recibir a la paciente y le pidió a Salazar que insistiera. Además, le sugirió que la doctora debía ser llevada al “comité de ética”. Fue tanta la insistencia de Salazar, que consiguió la cama, aunque el traslado lo debió realizar de manera personal.
Al arribar a la UPC, la bienvenida se la dio la doctora Leiva, en un estado de descontrol evidente.
¿La vas a cuidar tu?
Testigos de la situación cuentan que Leiva estaba fuera de sus casillas y le gritaba a Salazar “¿La vas a cuidar tú cuando salga del hospital? ¿Has tenido algún familiar enfermo en tu vida?. las camas no son ilimitadas, cuando salga a la calle va a seguir consumiendo droga”
Una fuente del hospital que entregó su testimonio solicitando reservar su identidad, señala que “es frecuente ver cómo la doctora Leiva en situaciones incomprensibles, muestra insensibilidad y prepotencia y, aunque no es agradable, no es mucho lo que se puede hacer, puesto que cuenta con el respaldo del doctor Kher (Director del Hospital) y eso la hace escurridiza”.
El ascenso de Leiva: Jefa de Urgencias y despido a Salazar
Con la llegada a la dirección del Hospital, del Doctor Juan Kher, la Doctora Leiva ha experimentado un ascenso laboral vertiginoso. Un ascenso que la tiene hoy en día como jefa del servicio de urgencias, donde tenía a su mando a un viejo conocido: César Salazar Schneider.
En una carta enviada por el Doctor Salazar el 6 de marzo de 2019 al Dr. Juan Kher, Director Médico, Dr. Ramírez Escobar, Subdirector Médico y Hermes Araya, Subdirector de Administración y Finanzas, éste explica la forma en que se fraguó su salida del hospital.
Era febrero de 2019 y el Dr. Salazar se encontraba en vacaciones, sin embargo, recibió un correo electrónico, donde era conminado a reunirse el 4 de marzo de ese año, con la Doctora Leiva.
A pesar de que seguía en vacaciones, llegó a las 11 de la mañana a la reunión, y no fue atendido hasta 30 minutos pasado el medio día.
Leiva se hizo acompañar del Dr. Sempertegui, Jefe Técnico del servicio de urgencias, indicándole al Doctor Salazar que la cita era “porque no le gustaban sus competencias técnicas”, motivo por el cual “no quería que yo trabajara en el servicio de urgencia”.
La doctora, acusa Salazar, citó tres casos de pacientes atendidos por él, pero sin tener las fichas clínicas a mano, para ser analizados. En palabras del médico: “con imprecisiones y errores en su relato (Leiva), justificó lo antes mencionado. Solicité las fichas clínicas con el objetivo de aclarar de manera formal la ejecución realizada, pero se me comentó que no estaban disponibles. Me limité a explicar entonces, que en dos de estos casos el manejo clínico realizado fue decisión conjunta con especialistas del hospital y que el tercero, se trataba de un paciente en cuya hospitalización me demoré más de lo habitual, asumiendo mi error, pero que eso pudiese ser explicable en un contexto de colapso del Servicio de Urgencia”
Ante lo expuesto por Leiva, el Doctor Sempertegui manifestó -siempre en palabras de Salazar- “explícitamente estar en desacuerdo con la posición técnica de la Dra. Leiva en el primero de los casos, señalando que el proceder adecuado respecto de los otros dos, debía ser la revisión detallada de éstos”.
En su calidad de jefa del servicio de urgencias, la Dra. Leiva dio por finalizada la reunión señalando que ella “no tenía que consultar a nadie más sobre mi rendimiento”, porque “para eso ella trabajaba en la urgencia”.
Salazar, ante las acusaciones graves que se le hicieron, pidió que se le comunicara por escrito su desvinculación, con cumplimiento de las formalidades legales, pues su idea era defenderse.
Pero la carta formal no llegó y César Salazar Schneider se presentó el 9 de marzo de 2019, a cumplir con el turno de 24 horas que tenía agendado en el Hospital El Carmen.
Antes, concurrió a conversar con el encargado de relaciones laborales del hospital, el sicólogo: Felipe Martínez, quien le señaló que se presentase a su turno, pues no existía documento que avalara su desvinculación.
Lo que pasó ese día, está escrito en la demanda que el Doctor Salazar realizó en contra del hospital. “Al inicio del turno, constató, en conversación con el jefe subrogante de turno, Dr. Ihovany Fleites, que ya no se encontraba asignado en la nómina, habiéndose integrado un nuevo médico en su reemplazo, por indicación de la Dra. Leiva, mediante correo electrónico, por lo que registró en la planilla de asistencia de personal médico, que no se encontraba en la nómina de asistencia, por lo que la jefatura de turno le indicó que se retirara”.
Y así lo hizo. Sin embargo, a la carta enviada al hospital, sumó copias a compañeros de trabajo. En pocos días, la urgencia era un hervidero. Personal de distinto rango, condenaban el despido del médico. De hecho, el 11 de marzo de 2019, más de 40 médicos del hospital firmaron una carta, donde respaldaban a Salazar.
La reunión con el Director Médico del Hospital: ¿Váyase por la buena?
Fue el 11 de marzo de 2019 que Salazar se reunió con el Director Médico del HEC: Dr. Juan Kehr. En la cita -explica Salazar- el máximo responsable del hospital le sugirió que mejor renunciara. Salazar se negó a ese escenario, y adujo que su despido era verbal y que no correspondía. Entonces el Director le planteó que negociara un cambio de labores dentro del HEC.
Sin embargo, Salazar se negó. Su idea era especializarse en urgenciología. En ese sentido, estar en la urgencia, le permitía ganar experiencia valiosa. En esa cita entre Kehr y Salazar, el último afirma en su demanda que “el Dr. Kehr le indicó que este tipo de problemáticas podían llegar a un sumario administrativo, el que podía perder, más estaba dispuesto a ello, ya que era la manera formal y transparente de revisar las acusaciones de la Dra. Leiva, refiriendo que el Director finalizó la reunión señalando que hablaría con la Dra. Leiva, sugiriéndole enviara un correo electrónico a esta”.
La Doctora Ruth Leiva, habría retrocedido en su decisión inicial de despedir a Salazar. Prueba de ello es que le escribió un correo el día 11 de marzo de 2019, invitándole a reintegrarse al trabajo en el servicio de urgencias. Pero le cambiaba las condiciones laborales: “se reintegra mañana martes a su cargo, pero tendrá que estar a cargo de pacientes C4, por 6 meses, así como iniciar una mejora en la atención de los pacientes, desde el punto de vista médico, como examinar a los pacientes y hablar con ellos, según su condición clínica; como en la entrega de información médica”.
En la práctica, el Doctor Salazar era colocado en un puesto fijo dentro del turno de la urgencia. Lo que le convertía, en el único médico en estar asignado de forma frecuente a atender a un tipo de paciente. Los otros médicos van rotando
En la demanda de Salazar se lee que la solución propuesta por Leiva, constituye a juicio del afectado “una discriminación arbitraria, sin justificación alguna, pues ninguno de los doctores de la Unidad se encontraban radicados a un área específica, y en su caso, casi sin excepción, fue siempre designado por su jefatura en Reanimación y Hospitalización, a cargo de los pacientes más graves de la Unidad, reincorporación que, en esos términos, rechazó”.
Las condiciones que le imponían para volver a trabajar fueron rechazadas por Salazar, y también por 42 médicos, 94 enfermeras y enfermeros del servicio de urgencia adultos, además de personal de admisión y OIRS de urgencia; además del Consejo Consultivo de Usuarios del hospital. El 11 de marzo se envió una carta al Director del HEC, rechazando la decisión de Leiva, que tenía todos los ingredientes para ser catalogada como un “castigo para el Doctor Salazar”.
Con el servicio de urgencias en llamas, el Director del hospital se reunió el 14 de marzo de 2019 con representantes del Consejo consultivo de usuarios y el 15 de ese mes, con la Presidenta del Sindicato de Honorarios: Catalina Rojas.
En ambas reuniones Kehr habría negado el despido y alertado que “existían acusaciones” en que al médico se le atribuía “agravamiento y fallecimiento de 3 pacientes”.
Ante las cartas de reclamos, el Director del Hospital contestó el 20 de marzo, señalando “su asombro por la inexactitud y falta de información que contiene, indicando que no había ocurrido ningún despido, que no existe documento o trámite formal en que se dé término al convenio de honorarios, señalando la solicitud de un sumario administrativo para determinar su posible responsabilidad en la atención de tres pacientes en el Servicio de Urgencia que presentaron complicaciones”.
De ese sumario, Salazar se enteró el 7 de mayo de 2019, cuando fue citado a declarar.
La demanda de Salazar
Con el caso judicializado, el Hospital solicitó el rechazo total de la demanda, con costas para el médico. Salazar pidió que se declarara la existencia de relación laboral entre ambas partes y pidió 39 millones de indemnización según el artículo 489 del código del trabajo, 7 millones por indemnización por dos años de servicio, más un recargo de un 50% (3.5 millones). A eso se le sumó cotizaciones previsionales adeudadas y feriados proporcionales.
Tras no prosperar las acciones de la justicia, en torno a buscar una conciliación entre las partes, se estimó que los hechos controvertidos, o que estaban en disputa, era la efectividad del vínculo laboral entre médico y hospital, la base del cálculo de los montos demandados, y si el médico había sido vulnerado en sus derechos fundamentales, al ser despedido.
Finalmente la justicia, al analizar los testimonios de testigos, indica que el relato cronológico ofrecido por el Doctor Salazar tiene lógica, pero no es suficiente para probar que fue afectada su honra. Sin embargo la sentencia, reconoce que “se tendrá por acreditado que la relación laboral concluyó por despido verbal del empleador, decisión que por haberse manifestado de aquella manera resulta injustificada, desde que carece de fundamentos fácticos y jurídicos, siendo procedente ordenar el pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo y por años de servicios, incrementada esta última en un 50%”.
Además el médico, al acreditar su relación laboral, consiguió el pago de cotizaciones previsionales en AFP y Fonasa.
Finalmente el Hospital El Carmen, Representado por su director: Doctor Juan Kehr Sotodon, se lee en el fallo emitido por la Magistrado Titular: Marcela Solar Catalán, Juez del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo en Santiago, deberá pagar $2.480.476 por indemnización sustitutiva del aviso previo; $4.960.952 por indemnización por dos años en servicio, más $2.480.952 por el incremento del 50% establecido en la letra B) del artículo 168 del código del trabajo y $235.811 por feriado proporcional. Además de las cotizaciones de salud y seguridad social. Todo más intereses y reajustes.
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