En la Villa San Luis 5, pasaje Leguisamo #1975, a eso de las 17 horas del pasado 9 de marzo, Froilan Lara se vio involucrado en un altercado que lamentablemente terminó con su vida.
El adolescente de 16 años pertenecía a una familia trabajadora, compuesta por su madre Marina -quien también se vio afectada en la balacera- su papá y sus tres hermanas, de las cuales dos también resultaron con lesiones tras el inédito conflicto: una salpicadura de agua.
Información policial relataba que «la madre se encontraba en su hogar, en un segundo piso regando unas plantas que tiene en la terraza, y producto de esta situación habría salpicado agua a la vía pública», lo que enfureció al sujeto a tal punto que terminó sacando un arma.
Froilan, junto a su mejor amigo y vecino David, le ayudaban a su madre en el puesto de la feria a vender distintos tipos de productos, e incluso llegó a tener su propio puesto en la pasada feria navideña con ropa y nieve artificial.
Era estudiante del Liceo Industrial Alberto Widmer de Maipú, y recién comenzaba su año con la especialización en mecánica, considerando esta profesión como su puerta para los estudios superiores.
“Su plan era salir de ahí con mecánica y después entrar al DUOC para especializarse”, narra su hermana mayor Leandra, quien tras lo ocurrido reconoce y valora el gran apoyo recibido por la comunidad del establecimiento.
“Él era muy querido y apenas se enteraron, todos vinieron a apoyar. Se acercaron los compañeros, los profesores y los directores a despedirlo con carteles, poleras y una carta de sus amigos, porque lo reconocían como un buen niño y sobre todo un buen compañero”, cuenta Leandra.
El paso de la caravana por fuera del liceo fue esperado por los estudiantes, quienes se formaron para despedir a Froilan, uno de sus queridos compañeros.
“Se nos acercó la mamá de un compañero suyo, que era nuevo y le costaba socializar a contarnos que Froilan, con su grupo de amigos, le ayudaron a sentirse mejor en el colegio”, expresa su hermana.
El fanático de Colo-Colo, razón por la que quizás se ganó el apodo entre cercanos de “Indio” o “Indio Chico”, tenía su entrada comprada para el último clásico que el cuadro albo disputó en el Estadio Monumental contra Universidad de Chile, el 10 de marzo, el día después de la tragedia.
Otra de sus facetas era la de gamer, la cual lo impulsó a subir sus partidas de Fornite o Grand Theft Auto V a la plataforma de Youtube en su pequeño canal llamado «FroilanGamer», el cual abrió con solo 11 años el 2017. Además, practicaba calistenia en el Parque Tres Poniente y siempre se le podía ver junto a su mejor amigo David en bicicleta por todos lados.
“Siempre nos contaba que ganaba batallas y cosas que no le entendíamos muy bien, pero siempre se lo pasaba cerca de los videojuegos y la bicicleta”, menciona su hermana mayor.
Su gusto por Tony Montana, personaje de la película Scarface de 1983, le marcó su personalidad alegre y carismática, la cual no tenía miedo de demostrar ante nadie. De igual forma, su fanatismo por el protagonista interpretado por Al Pacino le influenció su carácter.
“Siempre peleaba y molestaba a mi mamá porque no lo dejaba ser como él quería, siempre bromeaba con “ser choro” y era muy bueno para hacer reír a la gente”, comenta Leandra.
Lamentablemente, la investigación por el fallecimiento de Froilan, junto a los cuatro delitos de homicidio frustrado que el imputado realizó contra la familia, aún no tienen un avance en las instituciones policiales, aunque él se encuentra detenido.
Las dos hermanas, de 12 y 18 años, además de David y su mamá, se encuentran en recuperación tras las heridas de bala que recibieron, mientras que la lucha de «Justicia por Froilan» sigue en campaña a través de redes sociales.
“Catalina, mi hermana menor, está con más complicaciones por su brazo, ya que ella tiene que recuperar la movilidad de su antebrazo. A mi mamá la bala le atravesó el estómago y Samira recibió cuatro y un roce, por centímetros no fue una pesadilla más grande”, señala la hermana mayor.
“Hemos recibido mucho apoyo de parte de vecinos y de gente que nos veía en la feria. Queremos que se haga justicia por mis hermanos, mis dos hermanas fueron heridas dentro de la casa, porque él ingresó, entonces queremos que se aplique la ley”, continúa Leandra.
Leandra Rojas, además de ser una de las que está impulsando la investigación, tiene para denunciar que está sufriendo una serie de represalias de parte de la familia del autor de los disparos a través de redes sociales.
“Comenzaron a darle like a mis publicaciones en Facebook y se crearon cuentas para acosarme. Tuve que cerrar mi cuenta”, denuncia la hermana del menor fallecido.
Igualmente, la familia de Froilan se fue de la villa y continúan su recuperación en diferentes domicilios, aunque todavía con el miedo de volver al lugar que hasta el 9 de marzo fue su hogar.
“Nosotros no tenemos por qué tener miedo, nosotros no somos los culpables, hay que seguir luchando para que las armas ya no estén en las calles. Vamos a hacer lo que sea posible para que caiga el responsable y los otros involucrados, aunque tenemos miedo porque si cualquier cosa me llega a pasar a mí o a mi familia, yo los responsabilizo totalmente a ellos”, sentencia Leandra.