Empezaron los primeros días de junio y con ello el mes LGBTIQ+, oportunidad en la que se visibiliza a la comunidad y, anterior a la pandemia, se realizaban los 28 de junio la llamada «Marcha del Orgullo LGBTIQ+», donde las disidencias sexuales salían a las calles a exigir derechos y a expresar el ser ellos mismos. ¿Cómo se originó esta fecha?
El origen de la protesta se remonta específicamente al 28 de junio de 1969 cuando comenzaron los disturbios de Stonewall en Nueva York, Estados Unidos. En esa ciudad yacía el pub llamado Stonewall, situado en el Greenwich Village.
El pub era propiedad de la mafia y uno de los pocos lugares que acogía a homosexuales, travestis, dragqueens y jóvenes sin hogar permanente.
En la época las redadas a estos lugares eran algo habitual considerando que la homosexualidad era algo ilegal en los 60’s, sin embargo, lo que marcó la diferencia fue que la policía perdió el control de la situación y los presentes se rebelaron; el agotamiento e irritación de los asistentes al Stonewall se materializó en una serie de disturbios.
Esto ocasionó el cierre y fin del pub, pero fueron los inicios de la rebelión contra un sistema que los marginaba y les prohibía su forma de vida, marcando un precedente en la lucha por los derechos de las disidencias sexuales.
Las primeras manifestaciones LGBTIQ+ en Chile
En nuestro país, según menciona la Biblioteca Nacional de Chile, los primeros registros de rebelión LGBTIQ+ sucedieron en los 70’s: «En la tarde del 22 de abril de 1973, durante el gobierno de la Unidad Popular y en un contexto de polarización política, un grupo de jóvenes homosexuales protestaron en la Plaza de Armas de Santiago. Estos demandaban que se pusiera fin al acoso policial que sufrían y que les entregaran algunos derechos civiles, tales como el matrimonio». Un panorama no muy distinto al contemporáneo donde los derechos civiles siguen siendo relegados.
Tras las manifestaciones surgieron varios titulares en los medios de comunicación de evidente carácter homofóbicos, nombrando a las disidencias de forma peyorativa y discriminatoria, lo que reflejaba, como un espejo, la visión de la sociedad chilena de aquella época.
La Gitana
La organizadora de la primera protesta fue «La Gitana», tenía 26 años y era una travesti reconocida del sector de Plaza de Armas, donde ofrecía sus servicios sexuales. La Gitana era brava, frontal y misteriosa. Nadie nunca supo su verdadero nombre. «La Raquel», quién conoció a La Gitana, la describe como un bello travesti de pelo negro, solitario y con un alma justiciera intolerante a los abusos policiales y las burlas de la gente.
«Ese fue el motivo de la marcha», relató hace unos años Raquel al The Clinic y agregó: «La policía nos perseguía mucho. Nos veían y nos llevaban altiro detenidas por ofensas a la moral y las buenas costumbres. La Primera Comisaría de Santo Domingo era como un hotel para nosotras. Ahí nos pegaban y nos rapaban al cero. Y eso era lo que más dolía. Después, a una le daba vergüenza mirarse al espejo y los clientes no te daban ni la hora».
Esa tarde del 22 de abril de 1973, La Gitana se encaramó en la pérgola central de La Plaza de Armas y gritó con vehemencia: «Somos los colas de la Plaza de Armas y estamos haciendo está manifestación para que nos dejen vivir tranquilas». Los transeúntes le insultaron, pero ella continuó: «Lo único que pedimos es que los pacos no nos ahuyenten. No le hacemos mal a nadie. ¡Estamos hartas de que nos lleven detenidas!, ¡Somos buenas personas!, ¡Nosotras también tenemos derechos!».
Transcurrida la jornada se acumularon algunos transeúntes curiosos y otros horrorizados, y con ello, llegaron los medios a fotografiar tal evento. Luego irrumpió la policía: «Bastó que nos amenazaran para que todas nosotras saliéramos corriendo despavoridas. No se pudieron llevar a ninguna detenida». relata Raquel.
La Gitana comenzó a ser una cara visible y a sufrir persecución por parte de las autoridades, lo que fue causando su distanciamiento del lugar y posterior a eso, desapareció sin dejar rastro. Meses después llegó el golpe militar.
Según los registros, las manifestaciones no se retomarían hasta 1999, con la primera convocatoria del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) bajo el nombre de “Marcha por la No discriminación”.
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