Fue en la emisión del podcast «32 minutos», conducido por Alejandra Matus y Dario Quiroga que la diputada de COMUNES, Camila Rojas, analizó el presente del congreso y el clima que se vive por la conmemoración de los 50 años del golpe de estado.
La diputada reconoció que ve con buenos ojos la idea de fusionar los partidos políticos que componen el Frente Amplio en uno solo. Explicó que, con el correr del tiempo, ha ido convenciéndose que puede ser una buena idea. Adujo por ejemplo que en tiempos de campaña cada partido debe tener a militantes en tareas administrativas y dijo que si fuese uno el partido, esos militantes podrían ser desplegados en otras áreas.
Camila Rojas rememoró el inicio del proyecto político y cómo al principio se impugnaron fuertemente los 30 años, a propósito del debate político actual. Rojas ejemplificó con el endeudamiento de los estudiantes en medio de los gobiernos de la concertación y la derecha. «Si nosotros no somos capaces de defender que seguimos siendo críticos de esos procesos, entonces no tenemos sentido de ser», disparó.
Sobre el caso convenios reconoció que «Es un caso lamentable, es una situación crítica para nosotros». Además explicó que si bien el problema parte con RD, la gente los toma a todos como si fueran -en la práctica- un partido único. Rojas puso el enfoque en que si bien puede haber corrupción en cualquier lado, el actuar del frente amplio, al apartar militantes y perseguir los delitos, tiene diferencias con otros bloques. A juicio de la parlamentaria la mejor defensa se encuentra en lo dicho por «el exFiscal Gajardo (quien) ponía en comparación lo que ha hecho este gobierno con este caso versus lo que había ocurrido en otros casos de connotación social (…) como PENTA, SOQUIMICH».
Rojas explicó lo que a estas alturas parece ser un diagnóstico compartido de su generación. Ser gobierno es más complicado que ser oposición. Y profundizó en cómo la impugnación sobre la que nace el Frente Amplio, no puede ser el único común. «Siendo gobierno se nos va a medir por lo que logremos hacer», explicó.
Tal vez te interesa leer. Tomás Vodanovic: «No sabíamos hacerlo y tenemos que ser conscientes de eso»
Los entrevistadores conversaron sobre cómo tras ser una generación impugnadora, se terminó gobernando con el PS y el PPD. En particular se habló sobre Carolina Tohá (PPD), quien comienza a sonar como carta presidencial. A Rojas la hicieron ver que podría terminar pegando carteles por Tohá, quien viene precisamente de la concertación.
Rojas graficó la elección: «A mi me ponen a José Antonio Kast y un queso y yo voto por el queso». La frase sacó las risas de Matus y Quiroga. ¿Habrá querido tratar de queso a Tohá?.
Camila Rojas y la polarización en el parlamento
El ingreso al parlamento de la nueva generación fue difícil. Rojas reconoció que en la magistratura pasada el choque generacional era más fuerte, toda vez que habían parlamentarios que llevaban 30 años en el congreso, cuando ella tenía casi esa edad al asumir como diputada.
Sin embargo el actual parlamento trajo nuevos bríos para la derecha. Rojas reconoció que hay «negación al cambio climático, negación a las violaciones de los derechos humanos».
Camila Rojas sinceró que «La sala se vuelve un espacio muy hostil», dijo a propósito de los Republicanos. Recordó que la diputada de extrema derecha Gloria Naveillán tildó de leyenda urbana los abusos sexuales cometidos por agentes de la dictadura y explicó que RN y la UDI muchas veces se terminan cuadrando con Republicanos.
Lo preocupante a juicio de Camila Rojas, es que -a su juicio- lo que se dice no es una performance. «Yo creo que hay gente en el congreso que si tuviera una metralleta nos mataría” dijo y secundó su idea añadiendo que “hay gente que defiende la dictadura y que probablemente está disponible para que haya otra dictadura”.
Deja una respuesta